Hay un hombre que sabe muchos secretos sobre la alimentación de la realeza británica. Darren McGrady trabajó durante 15 años como chef real para reyes, príncipes y princesas en el Palacio de Buckingham. El cocinero entró a trabajar para la monarquía en 1982 y se calcula que percibió aproximadamente US$ 22, 000 mensuales por su cargo.
“En el palacio de Buckingham hacíamos un libro menú que se le mandaba a la reina para que pudiera elegir los platos que quería […] El menú se hacía con tres o más días de antelación, y ella se mantenía fiel a él religiosamente”, ha contado en una entrevista a la revista Marie Claire. Y es que, 20 años después de haber dejado de cocinar para la corona, McGrady sigue revelando los secretos de la monarquía a través de su página web o en entrevistas.
El cocinero también ha contado que los miembros de la realeza tomaban el té todas las tarde en ropa de calle. Sin embargo, a la hora de la cena, todos se vestían de gala y se sentaban a la mesa “como en la serie Downton Abbey”, ha referido. En esas ocasiones, el personal de servicio sacaba toda la porcelana china y, al final de la comida, “un músico tocaba una gaita alrededor de la mesa”, según El País. Otro detalle que no se le ha escapado es que Isabel II a veces comía fruta en un plato valorizado en US$ 660,000. Y es que dicho objeto tenía incrustaciones de diamantes, rubíes, zafiros y esmeraldas.
McGrady trabajó para Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo, hasta 1993. A partir de ese año, se convirtió en el chef personal de la princesa Diana de Gales. Él profesional de la cocina cuenta que Lady Di pidió que cambiaran todo la carta por platos saludables. “Le gustaban los platos como los pimientos y berenjenas rellenos y le encantaba el pescado”. También ha dicho que le preparaba versiones más ligeras, sin muchas grasas, de lo que comían todos, sin que nadie se percatara. La razón, se supone, fue la bulimia que sufría la princesa.
El chef también ha contado que los príncipes William y Harry, cuando eran niños, han crecido degustando cocinas de todos los rincones del mundo. Sin embargo, ambos eran fanáticos de la comida rápida de McDonald’s y de la pizza.
Otro secreto divulgado por McGrady es sobre las costumbres etílicas de la reina. Según lo que dijo a Vanity Fair, Isabel II tomaba en ese tiempo cuatro bebidas alcohólicas al día. La primera, una ginebra con Dubonet con una rodaja de limón y mucho hielo, la tomaba antes de la primera comida. Para acompañar sus platos, prefería un dry Martini. A la hora del postre, solía beber una copa de vino. Y, antes de ir a dormir, una copa de champagne. Tal vez ese sea el secreto de la longevidad que ostenta la reina Isabel II.
McGrady ha publicado dos libros. Uno se titula Eating Royalty: Recipe and Remembrances from Palace Kitchen y, el otro, The Royal Chef at Home. Ha aparecido, asimismo, en el programa de Oprah contando anécdotas de esa época.