El domingo 26 de noviembre, Vania Masías y su compañía de baile, D1, presentaron una función especial de “Orígenes Virú” en el Gran Teatro Nacional, con el propósito de recaudar fondos para el proyecto social que lidera la bailarina. El espectáculo, que acaba de regresar de una exitosa gira por Londres, es un llamado a la integración y a la paz.
Luego de las palabras de presentación de la gerenta general de D1, Mary Ann Lynch, y la proyección de algunos vídeos que mostraban cómo nació el proyecto de Vania Masías, el telón del imponente Gran Teatro Nacional se abrió para dar la bienvenida a Susana Baca, quien apareció sobre el escenario vestida de blanco y descalza sobre una alfombra, acompañada de cuatro músicos. Después de interpretar una versión del Himno Nacional, empezó “Orígenes Virú”.
Al ritmo de un huaino moderno, el cuerpo de bailarines de D1 se encargó de contar –a través del baile– una historia que tenía como ejes centrales temas como la conservación de la Tierra, el maltrato a la mujer y la unión de los seres humanos para transformar el país y –por qué no– el mundo.
Las imágenes de nuestros paisajes naturales más conocidos –proyectadas al fondo del escenario– cambiaban por fotografías que mostraban el deterioro del planeta a manos del hombre: deforestación, derrames de petróleo, deshielo e, incluso, fuertes imágenes de guerras y asesinatos. A la par, la música empezaba a tener un tono más dramático y angustiante. Luego, apareció Vania Masías vestida de rojo, y, en compañía de algunas de las bailarinas, realizó un baile que claramente representaba el problema del maltrato a la mujer. Después, una pregunta apareció proyectada en letras gigantes: “¿Por qué nos sorprende tanto el maltrato a la mujer si venimos maltratando a nuestra madre Tierra?”.
Así, el espectáculo relaciona unos temas con otros, demostrando que no se trata de hechos aislados. Pero no se limitó a mostrar nuestros errores como sociedad, sino que sugirió caminos para un mundo mejor, como la empatía, para lograr la integración desde nuestras propias diferencias. “Tenemos que empezar a voltear a mirar al otro y empatizar, porque cuando eso pasa, sucede magia”, dijo Vania Masías al finalizar el show. “Hoy es un día superemocionante para nosotros”, agregó. “Venimos de Arequipa muchos de nosotros, acabamos de llegar. No hemos almorzado, los chicos se han sacado la mugre para poder darles lo mejor de nosotros. Creo que la mejor manera de decir lo que hacemos es bailándolo, abriendo el alma y el corazón, para mostrarles a todos que esto funciona, que el arte es una herramienta poderosísima de transformación”, finalizó.
D1, el proyecto que fundó Vania Masías, nació hace doce años con el propósito de generar un cambio social en el Perú. A través de él, más de 7 mil jóvenes se benefician al año de este programa y, además, se calcula que alrededor de 170 mil personas han sido impactadas positivamente por él, ya que aproximadamente cien jóvenes líderes han emprendido y replicado otros proyectos personales que han generado impacto en más jóvenes en los distritos de la capital.