Los tres autoritarios latinoamericano se reunieron por el vigésimo aniversario del ALBA para organizar sus planes respecto al regreso de Trump, la caída del régimen sirio y la incorporación de Palestina.

Por Redacción COSAS

La conmemoración del vigésimo aniversario de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), creada por Hugo Chávez y Fidel Castro como un instrumento diplomático para consolidar alianzas en la región y el Caribe, reunió ayer en Caracas a Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega y otros mandatarios latinoamericanos. Este trío de líderes autoritarios se reunieron para afrontar una coyuntura crítica, marcada por la inestabilidad interna y los desafíos externos. “Lograron unir sus capacidades y dar el paso audaz para decirle a América Latina y al Caribe que hay que construir juntos todas las fuerzas de un continente heroico”, declaró Maduro durante un su retórico discurso antes de encontrarse con sus invitados de honor.

Daniel Ortega, mandatario nicaragüense, y Nicolás Maduro.

Dos décadas después de su fundación, el balance de la ALBA está lejos de conseguir una de sus aspiraciones iniciales: la integración regional, pues la llamada «Patria Grande« sigue fracturada. Con los mandatarios latinoamericanos enfrentados en múltiples conflictos, esta nación soñada está lejos de unificarse. Para Maduro, Díaz-Canel y Ortega, las dificultades se agravan con el colapso económico y el estado represivo que define a sus gobiernos. Además, la reciente caída del régimen sirio, un aliado clave de sus regímenes, intensificó las incertidumbres para los tres.

Asimismo, a la cumbre se unió también el presidente de Bolivia, Luis Arce, quien atraviesa una pugna política con Evo Morales, su mentor y un aliado tradicional de los gobiernos autoritarios de Caracas, La Habana y Managua. Ambos líderes de la revolución indígena buscan asegurar su reelección en las elecciones de agosto de 2025, consolidando su posición como los aliados más cercanos del trío dictatorial. La reunión contó además con la presencia de varios mandatarios del Caribe, en un esfuerzo por definir una estrategia común para el próximo año, marcado por el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y la toma de posesión presidencial en Venezuela prevista para el 10 de enero.

Entre las propuestas discutidas en la cumbre destaca la incorporación de Palestina como miembro pleno de la ALBA, a pesar de su lejanía geográfica, y la participación de Honduras como invitado especial.

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