El exvicepresidente de Colombia, advierte sobre los riesgos del autoritarismo, la actual guerra comercial, y el avance de China en América Latina. Asegura que el Perú necesita un gobierno con visión y firmeza para enfrentar el crimen organizado y defender su soberanía en un nuevo escenario geopolítico.

Por José Ignacio Beteta*

Vicepresidente, cuéntenos ¿cuál es el motivo de su visita al Perú?
Fundamentalmente, vengo a participar en un seminario sobre el autoritarismo externo de China, Rusia e Irán, y el impacto que está teniendo en América Latina. Es un debate que tiene que existir porque el mundo cambió. Vivimos una Guerra Fría 2.0, donde se enfrentan democracia y libertad contra autoritarismo y dictadura. Ya no es Capitalismo contra Comunismo, Este contra Oeste, no. Es una pugna entre valores contrapuestos en la que estos países juegan fuerte.

«La ley china dice que donde tienen infraestructura, por seguridad nacional, ellos pueden implementar bases militares cuando sea necesario».

 Este autoritarismo que menciona, se ve reflejado en estos tres países, según usted. Hablemos primero de China. ¿Cómo operan? ¿Qué piensa de la influencia de China en la región?

China tiene un poder comercial muy grande que utiliza para abastecerse, pero luego como palanca política para lograr sus objetivos. China es un imperio. En ese sentido, no le importa la soberanía de nuestros países. Rusia es un disruptor de sistemas y un desinformador. Irán también, pero opera concretamente promoviendo redes de crimen organizado y contrabando.

Ahora, China juega un papel distinto. Su modus operandi tiene que ver con lo que ustedes viven hoy. Tiene el control del Puerto de Chancay, y podría convertirlo en un puerto militar, no por cuenta de ustedes, sino por cuenta de ellos. La ley china dice que donde tienen infraestructura, por seguridad nacional, ellos pueden implementar bases militares cuando sea necesario.

China controla la energía en Perú. Son distribuidores, de forma polémica, del 100% de la electricidad en Lima y del 60% de la energía eléctrica del país. Así que, cuando llegue la ofensiva de China para suplir los mercados que perderán con EE.UU. debido a los aranceles, y cuando debido a esa ofensiva ustedes empiecen a perder su pequeña industria, ¿qué van a hacer? ¿Cómo le dices que le vas a poner aranceles a quien maneja toda tu energía y es tu principal socio comercial? China no juega con las reglas del mercado. Esto hay que recordarlo. No es una economía liberal. No tiene libre empresa. Todo lo controla el Partido Comunista. A ellos no les importa el peruano pobre o humilde; les importa su poder como imperio. Y en ese sentido, ustedes se van a enfrentar —más temprano que tarde— a un problema de esa naturaleza.

«Este no es un conflicto entre China y Estados Unidos; es un reto para nosotros como países soberanos frente a un nuevo orden mundial», afirma Francisco Santos Calderón.

En este partido que estás describiendo, hay una potencia que tiene un rol clave: EE.UU. ¿Qué piensa de EE.UU. y su influencia en la región?
EE.UU. abandonó la región. Dejó un vacío que China llenó. EE.UU. debió ser el comprador de todo lo que está comprando China. No lo hizo. Al contrario, en muchos casos impuso barreras paraarancelarias. Colombia, por ejemplo, no puede exportar —o exporta muy poco— azúcar, a pesar de ser gran productor. ¿Por qué? Porque hay que proteger a los azucareros de Norteamérica. Tratamos de exportar carne, no podemos. ¿Por qué? Por esas mismas barreras. Entonces, EE.UU. también tiene responsabilidad y debe asumir un papel distinto.

Pero esto no es un tema de EE.UU. frente a China. Es un tema de nosotros frente a China. Porque China va a seguir existiendo, pero hacer negocios con ellos tiene costos: soberanía, transparencia, corrupción, extorsión política, hegemonía. Seguiremos haciendo negocios con China, pero los países deben fortalecer sus políticas para poder decirle: “Venga, usted opera con mis reglas”.

En el puerto de Chancay, por ejemplo, su objetivo es claro: “a mí no me puede supervisar la agencia que supervisa los puertos”. Y están en una pelea jurídica porque no quieren que les revisen nada. Es un tema muy complejo.

En la línea del rol de EE.UU., ¿Cuál es su opinión sobre los aranceles que quiere imponer Trump y esta guerra comercial con China?
Mira, lo que está haciendo EE.UU. es algo que China ha hecho siempre. Con ellos, aquí teníamos un libre comercio, entre comillas. No nos digamos mentiras. Hablé con Arturo Sarukhan, quien fue embajador de México en EE.UU., y me dijo una frase que nunca olvidaré: “El libre comercio con China es un espejismo”. Nadie entra a China si el Partido Comunista no lo autoriza. Y si lo hace, es porque le ofrece tecnología o algo que no puede producir. Pero luego aprenden, lo copian, y quiebran al que dejaron entrar.

China jugó con las reglas del comercio internacional solo para beneficiarse: “venga, yo le exporto, pero nadie me exporta a mí”. Y entonces Trump dijo: “Un momento, eso se acabó. Yo quiero exportar con las mismas condiciones que usted me exporta”. No sé si China pueda dialogar con los Estados Unidos, porque ellos no pueden permitir realmente que el libre mercado funcione en su país. Ellos aprovechan nuestro respeto por la libertad económica pero ellos no nos dejan ser libres económicamente en China. China no es una sociedad libre.

Entonces va a ser muy interesante esa negociación en los próximos 90 días. ¿Quién perdió? La Organización Mundial del Comercio (OMC), que no sirvió para nada. Nunca dijo nada frente al proceder chino. No dijo nada frente a sus violaciones de derechos humanos, sus pésimas prácticas laborales, sus subsidios y precios predatorios para ciertos productos. Este puede ser el comienzo del fin de la OMC.

¿Cree que Occidente va a alinearse frente a China en esta “guerra” comercial?
Ojalá. Porque si no nos alineamos, nos devoran. Hay que entender que esto es una guerra ideológica. No es solo comercial. Hay que entender qué fue China en el pasado, qué quiere ser ahora y hacia dónde va. China quiere ser el poder hegemónico del mundo. EE.UU. también quiso serlo, pero con otra mirada: con leyes, con libertad, con comercio. China necesita el mundo a su servicios, bajo sus reglas, para abastecerse y expandirse.

Regresemos a nuestra región. Se vienen elecciones en Perú y en Colombia casi al mismo tiempo: abril 2026 en Perú y mayo 2026 en Colombia. Empecemos por Colombia, ¿cómo ve las próximas elecciones en su país?

Si gana el continuismo de Petro, entraremos en un declive brutal y en una catástrofe económica, que no te quepa la menor duda. Petro ya destruyó el mejor sistema de salud de América Latina. La gente está muriendo porque no le dan medicamentos. Cortó los recursos a las empresas promotoras de salud. Entonces ellas dicen: “Perdóneme, pero sin recursos no sirvo, no atiendo”. Una cita que te daban en ocho días ahora te la dan en tres o seis meses. Un medicamento que te daban en una semana, ahora no te lo dan. Ese es el populismo: pobreza y destrucción.

Con 43 organizaciones inscritas, se cerró oficialmente la lista de partidos políticos habilitados para participar en las Elecciones Generales de 2026.

¿Cree Petro distorsionó el sistema de salud colombiano por ineficiente, por falta de recursos o porque quería intencionalmente destruirlo?

Para destruirlo. Él no cree en el sistema donde la empresa privada ofrece el servicio y el Estado lo paga. Y lo que está haciendo afecta principalmente a los más pobres. Los que tienen un seguro privado están bien. Nunca olvidaré una frase que dijeron Lula, Petro y Chávez: “Si sacamos a los pobres de la pobreza y los metemos en la clase media, perdemos. Porque se vuelven de derecha.” Petro necesita pobreza.

Por otro lado, la derecha tiene que organizarse, empezar a encantar. Hoy no lo está haciendo. ¿Qué está ofreciendo? Pero ha sido tan malo el gobierno de Petro que es muy posible que el péndulo se devuelva. Y ahí empieza el reto de la derecha si gobierna: dar resultados, ser cercana, resolver el problema de salud, de seguridad, el fiscal.

¿Crees que Petro quiere quedarse?
Estoy convencido. Son así. Correa también quiere volver. Si gana, se acabó la democracia en Ecuador. Correa no vuelve a soltar el poder.

¿Y en Perú? ¿Qué cree que le espera al país?

Lo primero que debemos entender y es positivo, es que no importa qué pasa en las elecciones, la economía sigue funcionando. Pero hoy hay una diferencia: la criminalidad organizada es cada vez más fuerte, y sí se necesita un gobierno que la combata, con políticas serias, inversión en inteligencia, seguridad, con metas y seguimiento. Y el combate contra la inseguridad es una gran oportunidad para la derecha o la centro derecha. La izquierda no sabe ni puede hacerlo. Está debilitada.

Cuéntenos de sus proyectos. ¿Qué viene ahora? ¿En qué proyectos está involucrado?
Yo soy un activista. Mi vida ha sido el periodismo. Me secuestró Pablo Escobar, salí, creé una fundación para ayudar a víctimas del secuestro, y eso me metió en el mundo del activismo. Haber sido vicepresidente y embajador fue una casualidad. No pensaba en política. Mi vida es el periodismo y el activismo, van de la mano. Hoy mi activismo está centrado en vigilar el autoritarismo, también en Venezuela. Tengo un portal donde mostramos lo que otros no pueden. En Colombia estoy muy activo organizando ciudadanía para que Petro no se quede. Si dice que se quiere quedar, nos toca salir todos a la calle, como en Bangladesh…

Para Francisco Santos Calderón, el «Perú es un país lleno de posibilidades, pero necesita un gobierno con visión, firmeza y autonomía para enfrentar los retos que vienen».

Finalmente, ¿cómo has visto el Perú? ¿Qué sensaciones has tenido?

No me imaginé que el tráfico de Lima fuera tan horrible. Pensé que Bogotá era fatal, pero lo de Lima es peor. Me encanta cómo mantienen los parques. Amo su clima. La comida apenas la estoy explorando. Vine muchas veces como vicepresidente, pero no me quedaba. Perú es muy particular: ustedes son muy pragmáticos, y eso les va a servir. Han tenido muchos presidentes en cinco años y la economía sigue funcionando. Los políticos en general tienen poca incidencia en la economía, y eso es algo bueno. Les vaticino un gran futuro. Están en un momento difícil en este nuevo entorno geopolítico, pero qué país tan maravilloso tienen. Lo veo bien, lleno de posibilidades, con riesgos —sobre todo en seguridad y crimen organizado—, que es un problema de todos nuestros países, no solo del Perú, pero sobre todo veo un país hermoso de muchas oportunidades.

*Presidente – Asociación de Contribuyentes del Perú

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