En enero del 2013, Alessandra de Osma, con 23 años cumplidos, apareció en la portada de COSAS. Fue su primera portada en un medio nacional. La entonces modelo, abogada y figura social nos concedió una entrevista en la que nos habló sobre su niñez por las instalaciones del Museo Pedro de Osma, la sesión de fotos que estaba realizando para la revista Vogue de Brasil, sus viajes por el mundo e incluso sobre sus planes de casarse (en aquel momento, ya era novia del Príncipe Christian de Hannover). Esta es la nota que publicamos aquella vez, y esto lo que nos contaba una jovencísima Sassa, como la llaman cariñosamente sus amigos.
Alessandra de Osma, belleza de museo
En un editorial realizado en el Museo de Osma, la modelo y figura social peruana luce deslumbrante en la versión brasileña de “Vogue”. COSAS conversó con Sassa sobre sus proyectos, sus viajes y la importancia de la amistad y la familia en su vida.
Por Stefano De Marzo
La niña que andaba en bicicleta por los jardines del Museo de Osma se convirtió en una bella mujer. Rodeada de piezas de arte, pasó momentos muy especiales de su vida en aquel lugar. Ocasiones como su primera comunión o su fiesta de 15 años se celebraron en lo que antaño fue la casa de playa de Pedro y Angélica de Osma.
Fue en ese mismo recinto donde posó para unas fotos de la edición de octubre de “Vogue” Brasil. La oportunidad surgió cuando la publicación planeó un especial dedicado al Perú. La edición brasileña de la emblemática revista de modas decidió rendirle un homenaje a nuestro país, y en la portada, en la que aparece el rostro de la modelo holandesa Lara Stone, se podía leer la siguiente frase: “Neón, plata y estampas étnicas: el verano brasileño será del Perú”. Esta fue la oportunidad perfecta para que Sassa, como la llaman sus amigos, volviera a posar para los flashes en una sesión de fotos.
“En realidad, todo fue gracias a Mario Testino”, cuenta Sassa. “Nos conocimos hace un par de años y estuve trabajando para él en Londres”. Con varios años de trayectoria como modelo, este editorial para “Vogue” Brasil ha sido uno de los que más satisfacciones le ha deparado. “Cuando le preguntaron a Mario a quién no debían dejar de incluir en el especial… ¡Respondió que a mí! De verdad que me tomó por sorpresa. Obviamente, ¡con una sonrisa de oreja a oreja!”.
En las fotografías, Sassa luce elegante y despreocupada. Posa con seguridad en los ambientes del museo que la vio crecer. La sección que protagonizó se llama “Fashionista”, pero quisieron añadirle un giro más personal. “Me dijeron que la idea también era describir Lima a través de mis ojos”, recuerda Sassa. Estaban interesados en conocer más sobre la cultura y la gente del país, así como los lugares que los lectores de la revista no debían dejar de visitar si pasaban por Lima.
Le hicieron preguntas, buscando dar con la esencia de la mujer peruana. Ella no dudó en señalar cuatro aspectos que sorprenden por su consistencia. “Las peruanas somos independientes, buenas bailarinas, sensuales y orientadas al núcleo de la familia”, dijo. “Parecerán cualidades bastante básicas para muchos, pero viajando me he dado cuenta de que no son cualidades tan obvias”.
Pasión en movimiento
Viajar, trasladarse, verse inmersa en realidades nuevas. Conocer, aprender, sentir. Los viajes son muy importantes para Sassa. En las fotos que capturan sus travesías podemos ver la plena realización dibujada en su rostro. El asombro y la experiencia conforman el credo que rige sus aventuras. Hace poco estuvo en el misterioso Nepal. “Es el lugar más fascinante que he visitado últimamente”, afirma.
La belleza y la espiritualidad de este país contrastan con su historia reciente, plagada de guerras civiles y penurias económicas. “Fue chocante ver el nivel de pobreza, que uno no imagina”. Sin embargo, “es un lugar muy místico y con paisajes increíbles”, recuerda Sassa. La espiritualidad invade el ambiente de este país de Asia Meridional, ubicado geográficamente en el Himalaya. No obstante, la fauna silvestre es de lo más exótica y llamativa.
Un día, Sassa se fue de excursión en busca de tigres de bengala. Montada en un elefante, vivió la experiencia de un safari recorriendo los bellos paisajes de naturaleza montañosa del país. “No pudimos ver tigres, pero observar un rinoceronte a diez metros de distancia fue igual de emocionante”.
Los viajes le han deparado, además, muchas amistades que recuerda con cariño, aunque sus amigas de Lima siempre estarán en un lugar especial para ella. “Mis compañeras del colegio serán mis amigas para toda la vida. ¿Te imaginas pasar juntas ocho horas diarias durante doce años de nuestras vidas?”, nos pregunta Sassa. “Ese vínculo nunca se rompe”.
Es evidente que la amistad es uno de los valores que más aprecia, y se ha hecho de muchas amistades en diversas partes del mundo. “Me han abierto la mente y me gusta mantener contacto con ellas”.
El Perú ante el mundo
“Muchos aquí no se dan cuenta de lo afortunados que somos por vivir en una ciudad con mar y con la mejor comida del mundo”, refiere Sassa. Usualmente, los limeños asumimos como cotidianas las bondades de nuestra ciudad, distraídos por los problemas que la aquejan. Sassa no se sorprende por la creciente atención que viene recibiendo el Perú en el exterior. Piensa que un país sudamericano, emergente y tan rico en cultura es una mezcla demasiado interesante. Cada vez que emprende uno de sus viajes, no duda en hablar sobre el Perú con las personas que conoce. “Soy apasionada cuando hablo de mi país, sobre todo cuando estoy fuera”. Si bien cuenta que la exposición podría ser aún mayor, señala que “la gastronomía es, sin duda, el gancho que está haciendo que nuestro país se vuelva más famoso”.
El grupo de brasileños que envió la prestigiosa revista de modas quedaron asombrados y felices con el país y la locación que utilizaron para el editorial. “Para mí, es un placer traer amigos, compatriotas y extranjeros, al museo”, cuenta Sassa. “Siempre quedan encantados”. Phillipe Kliot, el fotógrafo de la producción de “Vogue”, es un brasileño radicado en Londres. Al conocerse, se dieron cuenta de que tenían muchos amigos en común. En general, “hubo muy buena química con él y con todo el equipo que vino de Brasil”.
En busca del destino
Ya hace unos años que Sassa empezó a dejar el modelaje de lado. Siempre lo consideró un hobbie, y si estuvo dispuesta a realizar este editorial fue por la importancia del mismo. Que Mario Testino te recomiende como modelo para unas fotos en “Vogue” es, qué duda cabe, una ocasión sumamente especial. La última campaña que realizó Sassa fue para Ilaria. Sin embargo, fue algo excepcional, debido al cariño que le guarda a Ilaria y Beatrice Ciabatti.
En la actualidad intenta definir su futuro. Luego de estudiar derecho en la Universidad de Lima y trabajar muchos años como modelo, hoy se perfila como una empresaria de modas. “Tengo una cartera de diferentes marcas europeas que desean entrar al mercado peruano, y las estoy ayudando a posicionarse”, cuenta Sassa. La larga experiencia que tiene en el mundo de la moda, combinada con su carrera, le auguran un futuro promisorio. “Las leyes rigen nuestra vida cotidiana, todo lo que hacemos”, comenta en alusión a sus estudios de derecho. “Si tuviera que decir dos cosas que mi carrera universitaria aportó a mi vida, serían las siguientes: seguridad en hacer las cosas y tener una mente analítica en distintas situaciones”.
Aspectos de familia
Sassa espera lograr en su vida lo que sus padres consiguieron en las suyas. “En mi familia todos tienen la oportunidad de decir lo que piensan y hay democracia, pero por sobre todas las cosas hay amor”, cuenta. “Creo que la unidad comienza por la tolerancia”.
En los momentos en que la familia De Osma se reúne, buscan hacer juegos entre ellos. “Desde monopolio hasta charadas”, menciona. “¡Porque es cuando todos se relajan, ríen y se olvidan de los ‘estreses’ de la vida!”.
El Museo Pedro de Osma, con su espléndida colección de arte colonial y su hermosa arquitectura, tiene también una historia familiar y una tradición filantrópica digna de mencionar. Pedro y Angélica de Osma coleccionaron arte colonial de las diferentes escuelas peruanas, además de otras piezas que provenían de diversas partes del mundo.
“Se llegó a recolectar tanto que las piezas casi no entraban”, comenta Sassa. En la época en que Barranco era un balneario y las residencias de los limeños quedaba en el centro de la ciudad, don Pedro utilizó lo que hoy es el museo para exhibir su colección personal. Al mismo tiempo, empezó a vivir en una pequeña casa al costado.
En ese mismo lugar, Sassa vivió hasta los 11 años. Correteando entre sus jardines, descubrió el mundo a través de las piezas de arte que el museo resguarda. “Cuando Pedro recibía invitados, los guiaba por el museo y luego pasaban por un túnel subterráneo hasta llegar a la otra casa, conocida como ‘La casita chica’, a tomar algo”. Cuando Pedro y Angélica fallecieron, el museo y su patrimonio se convirtieron en una fundación cuyo enfoque principal es ayudar a niños y ancianos. En la actualidad, la fundación cuenta con un hogar para menores en Ñaña; la Casa Belén de Osma, para niños con síndrome de Down, en Barranco; además de organizar exposiciones benéficas periódicamente en el museo.
Uno de los proyectos personales de Sassa es continuar con la labor altruista de su familia. “Me gustaría estar involucrada con la obra social que mi familia viene desarrollando”. Menciona, además, que le gustaría “profundizar en las exposiciones de arte que se realizan”. Por eso realizó un internship en la casa de subastas Sotheby’s de Madrid, que le ayudó a tener una idea mucho más clara de cómo funciona el mundo del arte.
Al preguntarle si se casaría en la hermosa capilla del museo, uno de los espacios escogidos para la sesión de fotos, Sassa no tiene dudas. “¡Claro que sí!”, afirma rotunda. Y es que el museo es un lugar muy especial para ella. Es como si su destino estuviera entrelazado con este espacio consagrado al arte. Por eso, cualquier evento importante en su vida tendrá que pasar por este lugar, entre las obras de arte colonial y los históricos pasillos de esta hermosa casona, convertida en museo, en el corazón de Barranco.