Las relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y Rusia se encuentran en un punto crítico: tras el envenamiento sufrido por el agente ruso que trabajaba para el gobierno británico, atribuido por los británicos al Kremlin, dos ingleses más parecen haber sido víctimas del mismo veneno. En este marco, el gobierno británico decidió no mandar a ningún representante a presenciar el Mundial, decisión a la que se ha sumado la Casa Real. El príncipe William, presidente de la Federación Inglesa y fanático de la selección, no acudirá ni siquiera a una posible final. 

La Casa Real británica trabaja cada día para acercar a sus representantes al ciudadano de a pie. Con lo difícil que esto puede ser, dado que muy pocos ciudadanos de a pie viven en un palacio o vuelan en jets de la Royal Air Force, los príncipes Harry y William y sus respectivas esposas lo están logrando. Hace algunos días, cuando la selección de Inglaterra acababa de clasificarse a cuartos de final del Mundial tras vencer a Colombia, William rompió el protocolo y utilizó, por primera vez, la cuenta de Twitter del Palacio de Kensington para expresar una opinión personal

En el tweet, William se mostraba orgulloso de su selección y se sumaba al apoyo de todo un pueblo. Firmado con una sencilla W, el tweet dio la vuelta al mundo en pocos segundos. Dada la conocida pasión que siente William por el fútbol, y que muestra cada vez que se le ve en el palco del Villa Park apoyando a su equipo, el Aston Villa, resulta sorprendente que el duque de Cambridge no haya asistido a Rusia, donde la selección inglesa está haciendo una gran Copa del Mundo. Inglaterra enfrentará el miércoles a Croacia en una semifinal después de 28 años de no llegar a esas instancias y está claro que a William le encantaría estar ahí. 

El príncipe William visitó a los integrantes de la selección inglesa en junio, antes de que partieran hacia Rusia. 

 

Tensión diplomática 

Todo comenzó en marzo de este año, cuando Serguéi Skripal y su hija Yulia fueron envenenados en Londres. Skripal es un exoficial de inteligencia ruso que trabajó como agente doble para el MI6 inglés. Después de ser arrestado en 2004 por la policía rusa, se asentó en Londres en el 2010 tras un intercambio de prisioneros entre ambos gobiernos. En marzo, su hija fue a visitarlo a Inglaterra y ambos fueron envenenados con un gas nervioso llamado Novichok, de fabricación rusa. Los dos fueron hallados en estado catatónico y estuvieron en el hospital hasta mayo.

 Karen Pierce, la embajadora del Reino Unido ante las Naciones Unidas, habla con Vassily Nebenzia, su homólogo ruso, en pleno Consejo de Seguridad de la UN, sobre el envenenamiento de Serguéi Skripal y su hija. 

La primera ministra británica Theresa May exigió una explicación al gobierno ruso por el envenenamiento de Skripal y su hija en territorio inglés. La administración de Putin ha negado cualquier responsabilidad, por lo que May expulsó a 23 diplomáticos rusos de Gran Bretaña.

Desde entonces las relaciones entre ambos gobiernos han sido más que frías, lo cual se agravó a fines del mes pasado cuando dos ciudadanos británicos fueron hallados en condiciones similares a Skripal y su hija. Se trata de una pareja, y se ha podido conocer que la mujer murió en el hospital. Ambos serían víctimas del mismo veneno que intoxicó a Skripal y su hija. 

Ningún representante del gobierno británico, ni de la Casa Real, acompañaría a Putin en una eventual final en Moscú. 

En este marco, tanto el gobierno británico como la Casa Real decidieron no enviar representantes a Rusia para la gran fiesta del fútbol, lo que explica que William, aficionado número uno de la selección inglesa, no esté siguiendo -como lo haría si todo estuviera bien entre rusos y británicos- a su equipo en el estadio