Héroe de guerra, notable político y un ejemplar hombre de familia… A lo largo de su vida, Lord Mountbatten se hizo merecedor de toda clase de elogios y distinciones. Pero la publicación de una nueva biografía escrita por el historiador Andrew Lownie, titulada “The Mountbattens: Their Lives and Loves”, revela detalles sombríos de su vida privada y la de su esposa, Lady Edwina. Los hallazgos, obtenidos a partir de una exhaustiva indagación en los archivos del FBI, evidencian que ni siquiera la realeza puede escapar de los designios del corazón.

Por Angie Yoshida

Hitos biográficos

“Ninguna biografía tiene valor a menos que esté escrita con defectos y todo”, solía decir Lord Louis Mountbatten, tío materno del duque de Edimburgo y mentor del príncipe Charles. Cuarenta años después del atentado dirigido por el Ejército Republicano Irlandés (IRA) que acabó con su vida, sus palabras cobran fuerza. Conocido como el primer Lord del Mar y el último virrey de la India, su impecable trayectoria en la Royal Navy y la política internacional han servido de insumo para escribir cientos de páginas y nutrir su leyenda. Pero fueron su voracidad por los hombres jóvenes y sus escandalosos encuentros sexuales lo que más interesó al servicio de inteligencia estadounidense. Todo esto fue minuciosamente recogido en una investigación de más de tres décadas que el FBI emprendió en 1944 y que ahora sale a la luz en una nueva biografía, escrita por el historiador británico Andrew Lownie y publicada el pasado 22 de agosto en el Reino Unido.

Lord Louis y Lady Edwina se casaron el 18 de julio de 1922 y permanecieron juntos durante treinta y ocho años, hasta la muerte de la condesa.

En “The Mountbattens: Their Lives and Loves”, el autor destapa la faceta privada más indiscreta de este célebre personaje, en cuyo obituario aún se puede leer con profunda admiración: “Parece increíble que un ser humano haya podido tocar la historia de nuestro siglo de tantas formas”. Y es que en una vida que cubrió los primeros ochenta años del siglo XX, Lord Mountbatten logró como pocos ostentar tantos pergaminos: desde Jefe de Operaciones Combinadas, miembro del Estado Mayor y Comandante Supremo de los Aliados, hasta tío favorito del primogénito de la reina Elizabeth II. Sin mencionar su relevancia como protagonista de sucesos tan importantes como controvertidos para su país, entre los que cabe destacar el asalto de Dieppe, en 1942, y la independencia de la India, en 1947.

Pero su historia no puede contarse sin mencionar a su esposa, Edwina Ashley. Hija de un banquero judío, era considerada la heredera más rica del mundo cuando se casaron en julio de 1922. Una mujer cuya reputación perdura en el tiempo gracias al trabajo humanitario que emprendió y a su no menos controvertida vida amorosa, en la cual el ex primer ministro de la India, Jawaharlal Nehru, ocupa un lugar importante. Como diría Dickie –apelativo que usaba su círculo más íntimo para referirse a Lord Mountbatten–, más tarde y con algo de pesar, “Edwina y yo pasamos toda nuestra vida de casados metiéndonos en las camas de otras personas”. 

Esposa modelo

Sin llegar a ser un texto duro ni carecer de rigor académico, la nueva biografía real llega a nuestras manos como un relato inteligente y, sobre todo, apasionante. Narra los avatares del matrimonio que, a pesar de las circunstancias –e innumerables acusaciones de infidelidad de ambas partes–, permaneció unido hasta el final, aunque solo lo hiciera por conservar su estatus social, ya que hasta 1930 el divorcio era motivo de vergüenza.

Lord Mountbatten, de quien se decía que era “más tímido en la cama”, acordó una relación abierta con Lady Edwina antes de embarcarse en sus propias aventuras amatorias. “Me gustaría saber cómo coquetear con otras mujeres, y especialmente con mi esposa”, habría escrito el bisnieto de la reina Victoria de Gran Bretaña, según revelan documentos del FBI descubiertos recientemente. Una frase que, como otras tantas atribuidas a él, revela la tensión que los abatía.

Lady Mountbatten conversa con uno de sus amantes, Jawaharlal Nehru, durante su visita a Nueva Delhi, en 1959.

Aclamada como “la más bella de su generación” y descrita como “una mujer obsesionada con el sexo”, se sabe que la condesa Mountbatten de Birmania llegó a tener hasta dieciocho amantes. Lownie confirma los rumores e incide en la fuerte atracción que sentía por el oficial de la armada británica Hugh Molyneux y, más tarde, por el millonario Stephen Sandford, con quien se involucró luego de contraer matrimonio con Mountbatten.

Los problemas realmente empezaron cuando su activa vida social se convirtió en uno de los focos de interés de la prensa, y su nombre apareció en la petición de divorcio de la esposa de un colega naval de Louis, Henry Simpson. La mujer alegaba que habían cometido adulterio.

En 1931, Lord Mountbatten enfrentó a su esposa y, tras sostener una acalorada discusión, finalmente aceptó que debían mantenerse juntos pero en camas separadas. Con su consentimiento, Lady Edwina encadenó un romance tras otro, y su estrecha amistad con el actor afroamericano Paul Robeson suscitó polémica en un momento en el que las relaciones interraciales eran mal vistas. El Palacio de Buckingham, incluso, demandó al periódico “The People” por hacer eco del rumor. Más comentada aun fue su cercanía con el cantante Leslie ‘Hutch’ Hutchinson, a quien se cree que le habría regalado un brazalete de oro con su nombre grabado y una funda para su pene con joyas Cartier.

Lord Mountbatten y su esposa Edwina, junto a sus sobrinos, los príncipes Charles y Anne, durante un picnic en Malta, en abril de 1954.

Sin embargo, es su romance con Jawaharlal Nehru el que más intriga ha despertado en todos estos años, y el que ocupa más páginas en la citada biografía. Nehru no fue otro más de sus amantes, sino aquel que la acompañó hasta su muerte, en 1960. Lownie afirma que cuando falleció, a los cincuenta y ocho años, Lady Edwina tenía junto a su lecho varias cartas escritas por él.

Al contrario de lo que muchos piensan, su relación con Nehru no solo fue tolerada por Lord Mountbatten, sino también valorada. En una carta a su hija Patricia Knatchbull, Mountbatten escribió: “Ella y Jawaharlal son tan dulces juntos que realmente se enamoran el uno del otro”. Por eso, aunque su esposo fue obligado a devolver la “joya de la Corona” y a sellar la independencia del subcontinente indio en 1947, y a retornar al año siguiente a Inglaterra, Lady Edwina regresaría anualmente a la India para visitar al líder revolucionario. Entre tanto, las misivas fueron el único contacto que mantuvo viva la llama de su amor.

Honorable caballero

Louis Mountbatten, cuarto hijo del príncipe Louis de Battenberg y la princesa Victoria de Hesse, nació en Windsor en 1900, y al interior de la familia real británica fue como un padre para el príncipe Philip, duque de Edimburgo, cuya infancia estuvo marcada por los problemas económicos y la tragedia tras el exilio de sus padres, el príncipe Andrés de Grecia –séptimo hijo del rey George I– y la princesa Alice de Battenberg –bisnieta de la reina Victoria y hermana de Louis–, en 1922. Ya en Inglaterra y a la muerte de su tío, el marqués de Milford Haven, la tutela de Philip pasó a manos de Lord Mountbatten. A partir de ese instante, el destino de aquel pequeño desamparado daría un vuelco insospechado. Dickie lo ayudó a ingresar a la Royal Navy y, tiempo después, en 1939, le presentó a su futura esposa: la heredera al trono británico, Elizabeth II. Dispuesto a casarse con ella, Philip renunció a sus orígenes helenos y a sus títulos, y tomó el apellido Mountbatten. El 20 de noviembre de 1947 se celebraría la histórica boda en la Abadía de Westminster.

Posteriormente, Mountbatten entablaría una relación igual de cercana con el primer hijo de Philip, el príncipe Charles, quien llegó a ver al Lord como el abuelo que nunca tuvo. Él habría recomendado a Charles tener todas las amantes que quisiera y luego elegir a una aristócrata ejemplar como esposa. Un consejo que, a la luz de los hechos, el hijo mayor de Elizabeth II cumplió a cabalidad. Tal habría sido la influencia del Lord en el núcleo de la familia real que incluso el príncipe William y el tercer hijo de este, el príncipe Louis, lo honrarían llevando su nombre.

Lord Mountbatten con el duque de Edimburgo en el cuartel de Eastney, en octubre de 1965

“The Mountbattens: Their Lives and Loves” recoge estos pasajes de la historia familiar, pero también saca a relucir la afición de Dickie por los hombres, un tema que fue blanco de especulaciones por largos años, pero que hasta la fecha no había sido escudriñado con tanta rigurosidad. Las revelaciones sobre su bisexualidad figuran en un capítulo titulado “Rumores”, donde el investigador incluye los testimonios de otros miembros de la corte, extrabajadores de confianza y presuntos amantes que por décadas optaron por guardar silencio.

En 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill lo nombró Comandante Supremo Aliado del Sudeste Asiático, un puesto para el que, en opinión de Elizabeth de la Poer Beresford –baronesa de Decies y amiga de la reina María de Teck y de la Reina Madre–, lo incapacitaba su “perversa fijación en los jóvenes”. “Lord Louis Mountbatten es conocido por ser homosexual. Esta condición le impide dirigir cualquier clase de operación militar”, se lee en uno de los documentos del FBI recopilados por el historiador. En otro informe, con fecha de mayo de 1968, se recogen las declaraciones de distintos personajes de la época, como Lady Judith Listowel, esposa de Billy Hare, quinto conde de Listowel, quien fue secretario de Estado de la India y corroboró las preferencias sexuales de Mountbatten.

El texto incluye, además, entrevistas inéditas a dos testigos anónimos que aseguran haber sido llevados a Mullaghmore, donde Dickie acostumbraba vacacionar, en el verano de 1977. Los hombres, que en aquel momento tenían dieciséis años, afirman que tuvieron relaciones sexuales con el conde. Uno de ellos, bajo el seudónimo de Sean, detalla que, luego de practicarle sexo oral, tomó su mano y la puso en su pecho. “Parecía una persona triste y solitaria”, señaló. No obstante, no lo reconoció como Lord Mountbatten hasta que vio un reportaje en televisión dos años más tarde, cuando el conde fue asesinado.El segundo entrevistado, conocido como Amal, dijo haberse encontrado con Lord Mountbatten hasta en cuatro ocasiones aquel verano. Sostuvo que cada encuentro duró aproximadamente una hora y tuvo lugar en la suite de un hotel en el puerto de Mullaghmore. “Fue muy educado, muy amable”, refirió. “Sabía que era alguien importante. Me dijo que le gustaban las personas de piel oscura, especialmente las de Sri Lanka, ya que eran muy amables y guapos”.

Lord Louis y el príncipe Charles en 1969.

A dicho material se suma lo vertido por Ron Perks, quien fue su chofer en Malta, en 1948. Él reveló que uno de los destinos favoritos del aristócrata era The Red House, un burdel gay ubicado cerca a Rabat (Marruecos). Asimismo, Anthony Daly, un proxeneta muy popular en el jet set de los años setenta, cuenta que el fetiche predilecto de Louis Mountbatten eran los jóvenes con uniforme, tanto de tipo militar como colegial, y que sus allegados lo apodaron “Mountbottom”, un juego de palabras que combina su apellido con el término empleado en inglés para referirse al amante que ocupa la posición pasiva durante el coito anal homosexual: “bottom”. 

Tiempos modernos

Desde el ángulo que se observe, las de Dickie y Edwina fueron vidas épicas. El libro de Lownie, la primera biografía conjunta de la pareja, constituye un tributo a la altura de dos personalidades tan complejas. Leerlo ahora, a cuatro décadas de la muerte de Lord Mountbatten, amplía el panorama de aquellos años. Cómo se conducía un matrimonio real en su esfera más íntima, de qué manera la decencia y la inmoralidad convivían bajo el mismo techo, y en qué momento la bisexualidad dejó de ser un tema tabú al interior de una institución tan rígida como la monarquía inglesa, son algunas de las interrogantes que nos plantea su lectura. Esto a raíz de que ahora la orientación sexual de los miembros de la realeza no genera mayor discusión.

Lord Ivar Mountbatten, sobrino nieto de Louis, y James Coyle se convirtieron en la primera pareja abiertamente gay de la realeza británica, tras contraer nupcias el 22 de setiembre de 2018.

Precisamente, en setiembre del año pasado, Lord Ivar Mountbatten –sobrino nieto de Lord Louis y primo en tercer grado de la reina Elizabeth II– contrajo nupcias con su novio James Coyle, a quien conoció mientras esquiaba en Verbier, la misma estación suiza donde se enamoraron la princesa Eugenie de York y Jack Brooksbank. La primera boda gay en la casa real británica se celebró en la capilla de Bridwell Park, en el condado de Devon, dos años después de que la relación saliera a la luz.

En 2011, luego de dieciséis años de matrimonio y tres hijas en común, Ivar Mountbatten se divorció de Penelope Thompson. Las cuatro mujeres, no obstante, lo apoyaron en cada paso que dio desde entonces y, en un acto extraordinario, fue su exesposa quien lo acompañó al altar como su madrina. La complicidad de la expareja se evidenció meses antes de la boda, en una entrevista con el “Daily Mail”. “Antes de casarnos, Penny ya sabía que me atraían ambos sexos. Siempre me ha comprendido y se lo agradeceré eternamente”, expresó Ivar.

Hasta el momento, Coyle no ha obtenido el título de su esposo. El trabajador aeronáutico solo podrá acceder a él si se aprueba una ley que insta a que cualquier pareja civil, sin importar su orientación sexual, reciba el mismo trato que su cónyuge.

Si bien los miembros de la familia real no pudieron acudir a la boda por cuestiones de agenda, el evento no deja de ser relevante para la historia de la corona británica. Basta decir que Ivar pudo casarse con su prometido sin perder su puesto en la Cámara de los Lores. Sin embargo, pese a la aceptación que tuvo el enlace, hasta el momento, Coyle no ha obtenido el título de su esposo. El trabajador aeronáutico solo podrá acceder a él si se aprueba una ley presentada en 2013, que insta a que cualquier pareja civil, sin importar su orientación sexual, reciba el mismo trato que su cónyuge.

Al margen de las circunstancias, actualmente la pareja disfruta de lo que parece ser una prolongada luna de miel. A través de su cuenta de Instagram, comparten los viajes que realizan con frecuencia, momentos especiales en familia y su día a día juntos. Definitivamente, los tiempos han cambiado.