El silencio que la realeza británica tenía en torno a los insistentes rumores sobre un retiro de la Reina Madre en favor de su hijo, el príncipe Carlos, fue roto para negarlo tajantemente.

La prensa británica hizo una comidilla en los últimos días al hacer eco de los rumores de una posible renuncia al trono de la reina Isabel II, lo que hubiera subido al trono real a Carlos de Gales. Dicha especulación comenzó a tomar forma a partir del retiro de la vida pública al cumplir 95 años de Felipe de Edimburgo, esposo de la monarca, dando pie a pensar que su consorte haría lo propio al cumplir dicha edad. Nacida el 21 de abril de 1926, la reina británica cumplirá 95 años en 2021.

Los rumores se vieron fortalecidos luego que el primogénito de la soberana empezara a dejarse ver más a menudo como representante de la familia real. Una circunstancia en particular jugó a favor de esta situación, ya que el protagonismo de Carlos aumentó al desempeñar un papel fundamental en la reciente jubilación forzada de su hermano, el príncipe Andrés, salpicado este último por un escándalo sexual que sacudió los cimientos de la Casa Real.

La realeza se pronuncia

Cuando el ambiente se había convertido en una olla de grillos, un vocero de Clarence House, la residencia habitual del príncipe de Gales y su esposa Camila, rompió el silencio al declarar al medio británico Daily Star que no existe ningún plan para hacer de Carlos el príncipe regente cuando la reina cumpla 95 años o, incluso, cuando envejezca todavía más.

 «No hay planes para una transferencia de responsabilidades (de la Reina) a los 95 años o a cualquier otra edad», afirmó categóricamente la fuente oficial al medio, dando por finalizada la especulación.