Uno de los romances más añejos que existe en el Reino Unido es aquel que une a los Windsor con el Grand Slam de Wimbledon. Y es que luego de las carreras de Royal Ascot, esta constituye la cita deportiva favorita de la realeza británica. En la siguiente nota, repasamos la historia de una tradición que empezó a principios del siglo pasado y que, contra todo pronóstico, perdura hasta la actualidad.

 Por Redacción COSAS

Esta semana, la federación británica de tenis anunció la cancelación definitiva de Wimbledon 2020, dada la crisis sanitaria del coronavirus. El Grand Slam que se disputa en Londres estaba programado para jugarse entre el 29 de junio y el 12 de julio. “Con mucho pesar la directiva del All England Club y el comité organizador de Wimbledon han decidido que los campeonatos de este año se cancelarán debido a la preocupación de la salud pública ligada a la pandemia”, se lee en un comunicado oficial.

Esta iba a ser la edición número 134 del torneo, que según anunciaron ahora se llevará a cabo en la temporada 2021, entre el 28 de junio y el 11 de julio. Con esta determinación, queda claro que no veremos a la Familia Real británica en el palco especialmente acondicionado para ellos, el mismo que ocupan desde hace casi un siglo.

Primeros años

Aunque el torneo comenzó en el siglo XIX, concretamente en 1877, no fue hasta unas décadas después que la realeza se involucró. En 1907, el príncipe de Gales y la princesa Mary −más tarde, el rey George V y la reina Mary− asistieron al torneo de Wimbledon. Esto marcó el primer acercamiento de la Casa Real con el torneo.

El rey George V y la reina Mary en la ceremonia de inauguración del campeonato en los años veinte.

El rey George V y la reina Mary en la ceremonia de inauguración del torneo de Wimbledon.

George Hillyard, actual secretario del club, era amigo de la infancia del príncipe de Gales, narra Bruce Tarran en el libro “George Hillyard: El hombre que movió a Wimbledon”, un relato de la historia del campeonato de tenis. Según el autor, Hillyard le pidió al príncipe George que fungiera como presidente del All England Club y que presentara el trofeo a los ganadores.

Tres años después, en 1910, el príncipe heredero se convirtió en el rey George V, obteniendo un nuevo papel como patrón del All England Club. Así sentó las bases de una nueva tradición: desde entonces los miembros de la Familia Real han asumido el patronazgo del club.

El hijo del monarca, el príncipe Albert, duque de York y futuro rey George VI, alguna vez tentó suerte con el tenis en el campeonato de 1926. Sin embargo, el padre de la reina Elizabeth II perdió “en la primera ronda y nunca volvió a entrar”, escribe Tarran. 

Aunque esa fue la única vez que un Windsor intentó competir en el torneo, el tenis se convirtió en una de las actividades de ocio favoritas de la Familia Real

Vínculo cercano

Actualmente, Kate Middleton es patrona del All England Club, cargo que ocupa desde hace tres años y al que renunció la reina Elizabeth II en 2016, después de su nonagésimo cumpleaños. La soberana inglesa desempeñó dicho rol desde 1952, según The Wimbledon Compendium 2019″, una enciclopedia publicada por el club. 

Además de acudir al torneo de tenis, Kate Middleton realiza visitas a organizaciones benéficas y programas deportivos apoyados por Wimbledon durante todo el año.

Pero hay más. Según el compendio, el primo hermano de la reina, el príncipe Edward de Kent, ha sido presidente del All England Club desde 1969. Su padre, además, ocupó el mismo cargo desde 1929 hasta su muerte en 1942. La viuda del príncipe, la duquesa de Kent, asumió la presidencia desde ese momento hasta su muerte en 1968, explica el libro.

Otro detalle no menos importante que recoge la publicación es el hecho de que la Familia Real posee un Royal Box en el club desde 1922. Con capacidad para ochenta personas, el palco ha recibido a líderes mundiales, miembros de la realeza de otros países, Fuerzas Armadas británicas y amigos de la Casa Real.

El año pasado, Kate Middleton y Meghan Markle, ambas fanáticas del tenis, acudieron a un partido juntas, dos meses antes de la boda de los Sussex. Como se sabe, la esposa del príncipe Harry es amiga íntima de la tenista Serena Williams, ganadora de más de una veintena de títulos del Grand Slam.