Este viernes falleció el príncipe Philip a los 99 años en el castillo de Windsor, su residencia desde el inicio de la pandemia. Así lo anunció la reina Elizabeth II a través de sus redes sociales oficiales. En la siguiente nota, recordamos su paso por el Perú hace casi seis décadas.

El duque de Edimburgo ha sido el modelo a seguir para todos los consortes reales del siglo XX. Philip, hijo menor del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca y de la princesa Alice de Battenberg, nació en Corfú (Grecia) en el 1921, como príncipe griego, pero siempre fue británico. Su tío Louis Mountbatten, virrey de la India, se ocupó de él y lo preparó para cumplir su sueño de acceder a la Corona. Mounbatten -apellido que a principios XX sustituyó al alemán Battenberg- siempre se consideró superior a sus primos Windsor, pero su puesto en la lista de sucesión al trono no le permitía hacerse ilusiones. La única forma que tuvo de llegar a Buckingham fue a través de su sobrino Philip, un apuesto joven oficial de la Armada, al que apadrinó y convenció de conquistar a la entonces princesa Elizabeth.

príncipe Philip Duque de Edimburgo (1)

La hija mayor del rey George VI se enamoró perdidamente de él y en 1947, con solo 21 años, se casó con Philip de Grecia, de 26. Tras la boda, el joven obtuvo el título de duque de Edimburgo. Hasta la coronación de Elizabeth II, el matrimonio vivió un idilio. Tras una temporada en Malta, Philip acompañó a la princesa en un recorrido por los países de la Commonwealth. Con dos hijos, Charles y Anne, fue proclamada reina y su esposo pasó a un segundo plano. No obstante, como consorte el príncipe Philip fue impecable y pese a los problemas conyugales que enfrentaron siempre se mostró leal e incondicional. Aunque fuentes cercanas a la Familia Real sostienen que vivió algunas aventuras a espaldas de la reina, con discreción y sin dar escándalos.

príncipe Philip Duque de Edimburgo (3)

Con el paso del tiempo esa cualidad se iría desvaneciendo y ya en la madurez el príncipe destacaría por su habilidad para meter la pata. Su sentido del humor ha sido sumamente cuestionado así como algunas impudencias. La más reciente tuvo lugar el año pasado, cuando protagonizó un aparatoso accidente de tránsito cerca a su residencia de Sandringham. El duque, quien iba conduciendo su Land Rover, resultó ileso pero producto del choque dos mujeres que iban en otro vehículo tuvieron que ser trasladadas al hospital al presentar múltiples contusiones. En efecto, las críticas al esposo de la monarca no se hicieron esperar. Desde aquella ocasión, el príncipe Philip ha mantenido un perfil más reservado. Retirado de la vida pública desde 2017, mantiene el aislamiento voluntario como medida de prevención frente a la pandemia del coronavirus.

De visita en Perú

Según “The Telegraph”, el duque de Edimburgo ha encabezado más de 22 mil compromisos y ha ofrecido cerca de 6 mil discursos a lo largo de su trayectoria. Solo en su último año al servicio de la Corona acudió a 110 actos oficiales y sus siete décadas como consorte real visitó 143 países, entre ellos el Perú, a donde llegó en 1962. El duque aterrizó el 21 de febrero a las 3 de la tarde en el entonces aeropuerto de Limatambo. Acompañado por una reducida comitiva, llegó con un equipaje personal compuesto por 200 maletas. Miles de personas lo aplaudieron en su camino hacia Palacio de Gobierno. Sin embargo, lo más llamativo de la ocasión fue un grupo de mujeres que le arrojaron pétalos de rosas. Una de ellas, incluso, se desmayó mientras lo miraba.

En Lima cumplió una serie de actos protocolares. Fiel a su costumbre y afición, Philip se animó a pilotear su propio avión durante una hora por el cielo capitalino. El alcalde de la ciudad Héctor García Ribeyro lo declaró huésped ilustre y el príncipe agradeció el gesto pidiéndole a los presentes en el municipio que se pongan cómodos porque iba a dar un extenso discurso. Dicha intervención duró menos de un minuto, lo que generó grandes carcajadas entre los presentes. En su estadía de seis días por el Perú, practicó equitación, paseó en yate por Ancón, recorrió Trujillo, Chiclayo y Cusco. En la Ciudad Imperial lo recibieron 30 mil personas, y más tarde visitó Machu Picchu. El viaje terminó en Puno y poco después partió rumbo a Bolivia.

 

Fotos: @bitter.tr, @zvezdnye_news