Lejos de simplemente hacer compañía a un rey en el dormitorio, las amantes reales, especialmente las que provenían de familias de alto rango, desempeñaban un papel importante en la corte y, a menudo, ejercían influencia a favor de sus propios intereses (y los de sus familiares).

Alice Keppel, 1906 – Eduardo VII

Si bien el rey Eduardo VII era conocido por sus muchas amantes, Alice Keppel fue considerada su favorita. Ella lo asistió incluso en su lecho de muerte. Una renombrada anfitriona de la sociedad, conoció a Edward en 1898 cuando ella tenía 29 años y él 56. A pesar de la diferencia de edades, pronto se convirtieron en pareja. El esposo de Alice estaba convenientemente en otro lugar cuando el rey iba de visita.

Alice le agradaba incuso a la esposa de Edward, la reina Alexandra, quien prefería su naturaleza discreta en comparación con otras de sus amantes anteriores. Gracias a su influencia, pudo conseguir un trabajo mejor pagado para su esposo.

Como una de las confidentes más confiables del rey, estaba perfectamente situada para exponer las opiniones de sus ministros, que a menudo acudían a ella con sus causas. Al mismo tiempo, su habilidad como anfitriona le permitió exponer las opiniones del Rey a figuras influyentes de la sociedad. De alguna manera, la historia se ha repetido: Camilla, duquesa de Cornualles, es bisnieta de Alice y, por supuesto, sostuvo una relación con el príncipe Carlos mientras él estaba casado con Diana, princesa de Gales.

Barbara Villiers, 1660 – Carlos II

El rey Carlos II era famoso por ser mujeriego: tuvo más amantes que cualquier otro monarca durante su reinado. Mientras que la más famosa fue la actriz Nell Gwynn, la más poderosa fue, sin duda, la sorprendentemente bella Barbara Villiers, más tarde Condesa de Castlemaine. Junto con su esposo, Roger Palmer, estuvo entre las familias que fueron a Holanda para mostrar su apoyo a Carlos II. Ahí se convirtió en su amante.

A los Palmer se les concedió el título de Condesa y Condesa de Castlemaine por parte del Rey, con el fin de asegurarse de que cualquiera de los hijos de Barbara por parte del Rey también tuvieran un título y una herencia (ella pasaría a tener cinco reconocidos oficialmente por él).

Su influencia sobre Carlos fue tan grande que pudo asegurar puestos en el Consejo Privado para sus amigos y familiares, e incluso interfirió políticamente en la paz entre Inglaterra y la República Holandesa. Fue conocida como la ‘Reina sin corona’.

Madame de Pompadour, 1756 – Luis XV

Quizás una de las amantes reales más famosas. Madame de Pompadour fue preparada para ese papel después de que un adivino le dijera a su madre que ella ‘reinaría sobre el corazón de un rey’. De joven casada, asistió a salones intelectuales en París, mezclándose con figuras clave de la Ilustración, como Voltaire. Al vivir cerca de la caza real, trató de darse a conocer al rey Luis XV conduciendo frente a él vestida de azul y rosa brillante. Funcionó: le envió venado y la invitó a un baile de máscaras en Versalles, donde declaró su interés en ella.

Rápidamente se convirtió en la principal amante del rey: la relación la aprobaba incluso la reina. Madame De Pompadour era tan importante que un diplomático austríaco le pidió que interviniera en un tratado entre Francia y Austria. Incluso cuando cesó su relación sentimental con el rey, ella continuó siendo una ‘amiga del rey’ y una de sus consejeras más confiables, así como también una de las pocas personas que podían mantener entretenido al eternamente aburrido monarca. Además, fue influyente en las artes: popularizó el estilo rococó y fue clave para hacer de París la capital cultural del mundo.

Diane de Poitiers – Rey Enrique II

Fue una mujer noble francesa que ayudó a elevar la fortuna de su familia a través de su relación con el rey Enrique II. Diane de Poitiers era conocida por estar más que a la altura de sus contemporáneos masculinos: estaba en forma atlética como nadadora y amazona entusiasta, y era ferozmente inteligente, gracias a que estudió latín, griego, etiqueta, retórica y aritmética.

De hecho, fue su conocimiento de la ley y las finanzas lo que primero llamó la atención del rey Francisco I, quien quedó impresionado por su manejo de los asuntos relacionados con la muerte de su esposo, desafiando con éxito la convención de que ella debería devolver sus tierras. Debido a esto, se le permitió administrar las tierras sin un tutor masculino y tuvo un gran éxito en dicha labor.

Como la dama que esperaba a la reina Claude de Francia, el futuro rey Enrique II la conoció cuando era un niño. Según los informes, comenzaron su relación cuando él tenía solo 15 años y ella 35. Cuando él ascendió al trono, su poder era inconmensurable: él le otorgó los títulos de duquesa de Valentinois y duquesa de Étampes, así como un castillo, el Château de Chenonceau.

Para muestra de su influencia, una anécdota: en su visita, un Papa no solo trajo un regalo para la Reina, sino también para Diane. Tuvo tanto éxito en hacerse rica que logró financiar la construcción de varios castillos ella misma. Trabajaó de la mano del famoso arquitecto del Renacimiento Philibert de l’Orme.

Arabella Churchill – James II

Fue ampliamente recordada por haber sido muy sencilla. Aunque ingeniosa e inteligente, la acérrima monárquica Arabella Churchill logró ganarse el corazón del rey Jaime II y convertirseen su amante en 1665. Ella le dio cuatro hijos y logró obtener para estos títulos nobiliarios. Así, sus hijos se convirtieron en el primer duque de Berwick y el primer duque de Albemarle, con los condes Spencer y Diana, princesa de Gales, todos descendientes de sus hijos FitzJames.

 

Mesuline von der Schulenberg – Jorge I

Cuando el rey Jorge I ascendió al trono británico en 1698, trajo abiertamente a su amante desde Alemania. Mesuline von der Schulenberg, hija de un barón, había sido dama de honor de la madre de George, la electora Sophia de Hannover. Una vez en Inglaterra, dio a luz tres hijos suyos, por lo que se la consideraba, en gran parte, la esposa de George; de hecho, corrían rumores de que incluso se habían casado en secreto.

Se le concedieron varios títulos, incluidos los de duquesa de Kendal y Munster, y pudo amasar una fortuna considerable vendiendo cargos y títulos públicos. También actuó para el rey en ocasiones. Asimismo, recibió 10.000 libras esterlinas de él por conseguir el regreso del vizconde de Bolingbroke exiliado, a quien aquel perdonó.

 

Maria Fitzherbert, alrededor de 1788 – George IV

Maria Fitzherbert se casó dos veces y enviudó otras dos cuando entró en la alta sociedad londinense. Entonces, atrajo el afecto del Príncipe de Gales, quien era seis años menor que ella. Se ha dicho que estaba enamorado de ella y la persiguió sin cesar hasta que ella accedió a casarse con él; pero que como su padre no había aceptado el matrimonio, se consideró inválido.

La relación entre la pareja solo terminó debido a preocupaciones financieras: el Príncipe tenía una deuda de £ 60,000. Se acordó que, si rompía los lazos con María, se daría por saldada la suma. Sin embargo, en su lecho de muerte, pensó en María, mientras atesoraba entre sus manos una carta que le había enviado ella con la esperanza de que se recuperara pronto.

Virginia de Castiglione – Napoleón III

Glamorosa y hermosa, Virginia de Castiglione provenía de la nobleza italiana menor, pero ascendió hasta convertirse en la más notoria de las amantes del emperador francés Napoleón III. Conoció al último monarca francés cuando su primo, quien fue ministro de Víctor Manuel II, rey de Cerdeña, la envió a defenderle el caso de la unificación de Italia. Pronto se convirtió en su amante, provocando un escándalo que llevó a su marido a divorciarse de ella. Se convirtió en una habitual en los círculos de la sociedad y se mezcló con la realeza europea como Augusta de Sajonia-Weimar, Otto von Bismarck y Adolphe Thiers.

Era un personaje extravagante, conocido por su sentido de la moda. Además, defendió la fotografía temprana: gastó toda su fortuna en un proyecto para documentar su vida. Su influencia continuó incluso después de que terminó su relación con Napoleón, ya que la unificación de Italia se anunció cuatro años después de su separación.

*Artículo traducido de la versión original en inglés pubicada en Tatler. Fotos de Getty Images y Shutterstock.