Elizabeth II regresa a Windsor tras pasar la noche en el hospital. La monarca de 95 años se sometió a unas “pruebas preliminares” antes de recibir el alta.

Elizabeth II

“Tras descansar por unos días por consejo médico, la reina acudió al hospital la tarde del miércoles para llevar a cabo unas pruebas preliminares, volviendo de buen ánimo al castillo de Windsor”, reza el comunicado oficial.

A sus 95 años de edad, lo cierto es que Elizabeth II sigue gozando de una salud considerablemente buena. Pero una agenda apretada puede pasarle factura al más enérgico, y a la monarca se le aconsejó que suspendiera sus obligaciones durante esta semana para disponer de un breve período de recuperación antes de pasar la noche del miércoles en el hospital.

Un comunicado de la Casa Real británica la noche del jueves 21 de octubre citó a un portavoz del palacio de Buckingham exponiendo que “Tras descansar por unos días por consejo médico, la reina acudió al hospital la tarde del miércoles para llevar a cabo unas pruebas preliminares, volviendo de buen ánimo al castillo de Windsor hoy a la hora de comer”.

Hospital Eduardo VII

El hospital Eduardo VII en el centro de Londres. 

BBC News añade que la monarca acudió al Hospital Eduardo VII en Marylebone, situado a unos 30 km de Windsor, y pasó ahí la noche por motivos puramente prácticos. Se dice que el jueves por la tarde ya estaba de vuelta en su escritorio llevando a cabo tareas algo más ligeras.

El hospital privado Eduardo VII se ha convertido en la opción predilecta de los miembros de la realeza británica de mayor rango, y en su día fue el que atendió al difunto marido de la reina, Philip de Edimburgo, que fue tratado allí antes de su fallecimiento a principios de este año. La visita de esta semana supone la primera vez que la reina ha pasado la noche en un hospital desde 2013, cuando padeció los síntomas de una gastroenteritis.

Las últimas novedades se han conocido tras un anuncio previo desde el Palacio de Buckingham en la mañana del miércoles 20 de octubre, según el cual “la reina había aceptado a regañadientes descansar durante los próximos días siguiendo el consejo de sus médicos”.

“Su majestad se encuentra animada y decepcionada por no poder visitar Irlanda del Norte, donde tenía previstos una serie de compromisos en el día de hoy y mañana”.

“La reina Elizabeth II transmite sus mejores deseos al pueblo de Irlanda del Norte y espera poder visitarlos en el futuro”.

Elizabeth II, una gran reina nonagenaria

Elizabeth II y Philip de Edimburgo en su visita a Irlanda del Norte realizada en el 2016. 

Elizabeth II y Philip de Edimburgo en su visita a Irlanda del Norte realizada en el 2016. 

Poco se puede discutir el hecho de que Elizabeth II sea una nonagenaria extraordinariamente activa, ya sea por su afición a montar a caballo y sacar a pasear a los perros o por asistir a su larga lista de compromisos como jefa de Estado. En las dos últimas semanas, ha ejercido de anfitriona en una recepción de la Cumbre Mundial de la Inversión en el castillo de Windsor, ha visitado Gales para asistir a la ceremonia de apertura del parlamento galés, ha asistido a un servicio religioso para celebrar el centenario de la Real Legión Británica en la Abadía de Westminster y asistido a la apertura del parlamento escocés, entre otros compromisos.

No obstante, también ha tenido que tener en cuenta su avanzada edad y adaptar su estilo de vida al paso de los años. Por ejemplo, ya no lleva la pesada Corona imperial del Estado (cuyo peso supera por poco el kilo) al asistir a la ceremonia de apertura del parlamento británico, y en lugar de eso la histórica pieza hace acto de presencia en las cámaras del parlamento sobre un cojín situado al lado de la monarca. Además, hace poco hemos podido verla ayudándose de un bastón y al parecer se le ha aconsejado renunciar a su martini nocturno, según Vanity Fair US.

En aquel artículo se cita una fuente descrita como un “amigo de la familia real británica”, según el cual “No es que suponga un gran problema para ella, no es una gran bebedora, pero parece un poco injusto que a estas alturas de su vida tenga que renunciar a uno de sus pocos placeres”.