La futura reina de España desembarcó en El Callao. Su travesía por el Atlántico ha avivado rumores de un romance en altamar, mientras que en tierra firme su llegada coincide con un estado de emergencia en el primerpuerto y la capital. Durante su estancia en nuestro país, se informó que participará de ceremonias privadas, visitará restaurantes y recorrerá la ciudad.
Por Daniel Crespo Pizarro
La princesa Leonor acaba de llegar a los mares peruanos. A bordo del Juan Sebastián de Elcano, la heredera al trono español ha completado con éxito la travesía por el Atlántico y el Pacífico, un trayecto que, además de ser parte de su formación, ha puesto a prueba su capacidad para adaptarse a la vida en alta mar. A pesar de las estrictas exigencias de su futuro papel, Leonor ha logrado mantenerse fiel a una faceta cercana, natural y sin pretensiones.
La despedida en Cádiz fue un reflejo de la unión familiar dentro de la realeza. Cuando Leonor se embarcó junto a los guardiamarinas, el rey Felipe y la reina Letizia, visiblemente emocionados, no pudieron contener las lágrimas al verla partir. La princesa inició su travesía con el sólido respaldo de sus padres, quienes, aunque conscientes de los desafíos que le esperan, no ocultaron el profundo cariño y la fuerte conexión que los une a su hija.

El 11 de enero, en Cádiz, empezó el periplo continental de la heredera de la Corona española. Los reyes, orgullosos, fueron a despedirla.
Tras zarpar el 11 de enero de 2025, el buque realizó escalas en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas, en las Islas Canarias. Un mes después, hizo su primera parada en América, en Brasil. Allí, la joven se unió con entusiasmo a una batucada, una celebración de música y danza tradicional, sin reparos en mostrar su alegría y simpatía. A pesar de las estrictas normas que rigen la vida de la familia real, Leonor ha demostrado una personalidad cálida y accesible, desenvolviéndose con naturalidad entre los demás miembros de la tripulación. Gracias a ello, ha logrado ganarse la admiración tanto de los marineros como de quienes han seguido su formación desde el inicio.
Se prevé que la agenda incluya un coctel a bordo del Elcano y una recepción en la embajada española en Lima.
La visita al Perú, será un reflejo de este nuevo estilo de monarquía que Felipe VI representa: serio, cercano y adaptado a los tiempos modernos, pero siempre respetuoso de las tradiciones. Aunque la agenda de la princesa sigue siendo incierta debido al estado de emergencia en Lima por la creciente inseguridad, se anticipa que se mantendrán actividades de carácter cultural y académico, así como encuentros con jóvenes peruanos, en línea con el enfoque de la Casa Real de estrechar lazos con las nuevas generaciones de América Latina.

Leonor y los aspirantes navales aprenden a bordo navegación, astronomía, meteorología y mantenimiento.
En cuanto a los eventos oficiales, se prevé que la agenda incluya un coctel a bordo del Elcano y una recepción en la embajada española en Lima. También se anticipa un recorrido por el casco histórico de la ciudad, emblema de la herencia compartida entre ambos países. Más allá del protocolo, esta visita tiene un fuerte valor simbólico, ya que tanto el actual rey como su padre, Juan Carlos I, han sido firmes defensores de la hispanidad, un tema especialmente relevante en el marco del 500 aniversario de la llegada de Francisco Pizarro al Perú. La memoria histórica y los vínculos entre ambas naciones jugarán un papel central en las actividades programadas en la capital.
El rol de Leonor: La heredera y sus expectativas
En medio de la crisis de imagen que ha golpeado a la familia real, la princesa Leonor enfrenta un desafío aun mayor: proyectar la monarquía española hacia el futuro mientras preserva su legitimidad. La institución sufrió un duro golpe con los escándalos de corrupción que involucraron al rey emérito Juan Carlos I, y que derivaron en su abdicación. Las revelaciones sobre su fortuna oculta en los Panama Papers, estimada en más de 100 millones de euros, y la posterior retirada de su asignación económica por parte de Felipe VI, marcaron un punto de inflexión en la historia de la Corona. Con la firme decisión de renunciar a la herencia de su padre, Felipe VI ha trabajado incansablemente para restaurar la credibilidad de la monarquía, adoptando una postura austera y distante de las controversias del pasado.

La princesa y guardiamarinas junto con otra formación de la Marinha do Brasil en el Fuerte de Santa María de Salvador (Bahía).
Aunque el pueblo, en su momento, celebró con entusiasmo su matrimonio con Letizia, una plebeya que simbolizaba el “aburguesamiento” de la monarquía, hoy en día parece haber adoptado una postura más conservadora.
Leonor, como heredera al trono, debe continuar con este legado de responsabilidad y discreción. Y a medida que crece la expectativa sobre su papel, se espera que encarne una monarquía seria y sea respetuosa de los valores tradicionales que caracterizan a la Casa Real.
El beso en Brasil y los rumores sobre su novio
Uno de los temas más comentados durante este viaje ha sido el supuesto romance de la princesa Leonor, especialmente tras la difusión de una imagen en la que aparece besando a un joven marinero durante el carnaval de Salvador de Bahía, Brasil. Se trata de un compañero guardiamarina del Juan Sebastián Elcano, un madrileño rubio y de alta sociedad con quien se la ha vinculado desde hace meses.
La princesa y su compañero se conocieron en agosto pasado, cuando ya sabían que compartirían destino en el Elcano, donde ambos se forman como guardiamarinas. Él concluirá su preparación en dos años, obteniendo el grado de Alférez de Navío, equivalente a teniente.
Sin embargo, este no es el primer nombre asociado sentimentalmente a la heredera. Durante su estancia en el internado UWC de Gales, se especuló sobre un posible vínculo con Gabriel Giacomelli, un joven brasileño que también despertó rumores en su momento, aunque nunca se confirmó nada oficialmente. En cuanto al marinero madrileño, su identidad sigue siendo un misterio, pese a las conjeturas sobre su apellido y su origen familiar.

Tras Lima, a Leonor y sus compañeros les quedará llegar hasta Ciudad de Panamá (Panamá), Cartagena de Indias (Colombia), Santo Domingo (República Dominicana) y Nueva York (Estados Unidos).
Siguiendo el ejemplo de Felipe VI, es previsible que la Casa Real mantenga silencio sobre la vida privada de Leonor y evite comunicados oficiales. Durante su juventud, el rey estuvo vinculado a varias mujeres, entre ellas, la modelo Inés Sastre, la socialité Isabel Sartorius, y las periodistas Eva Sannum y Gigi Howard, entre otras, pero Zarzuela nunca confirmó ninguna de esas parejas hasta que Felipe habló abiertamente de su romance con Letizia.
Así, aunque las fotos del beso en Brasil y los rumores sobre el marinero continúan, seguramente no se realice un pronunciamiento hasta esperar la decisión de Leonor. Por ahora, la joven heredera parece disfrutar de su relación con total privacidad, respaldada por su familia.
ESCÁNDALO EN CHILE
La situación en Chile se complicó aun más. Horas después de llegar a Punta Arenas, la princesa fue vista en el Pub Colonial, un bar donde conversó con clientes, se mostró relajada e incluso sostuvo una cerveza en mano, un gesto poco habitual en la realeza. Sin embargo, tanto la encargada del local como los visitantes destacaron su sencillez y carisma.

No hubo medidas especiales en el Pub Colonial para la visita de Leonor: «No se cerró el local ni se tomó ninguna medida especial», aseguró la dueña del recinto.
Algunos medios españoles que aseguran haberlo identificado afirman que estudió en un colegio privado en uno de los barrios más exclusivos de la capital. Allí obtuvo una de las mejores calificaciones de la EBAU, lo que le permitió ingresar a la Escuela Naval de Marín. Apasionado por los deportes náuticos, compite en regatas, como los Borbones, y juega balonmano, al igual que Pablo Urdangarin. Además, es seguidor del Real Madrid, como Juan Carlos y la propia Leonor, y recientemente se les vio juntos en un bar viendo un partido del equipo de Florentino Pérez.
Al día siguiente, la princesa visitó un centro comercial junto a sus compañeros de la Escuela Naval, un recorrido que hubiese pasado desapercibido si las las imágenes no hubiesen sido vendidas a un medio local y difundidas en redes sociales.
La Casa Real reaccionó de inmediato, denunciando la filtración ante los Carabineros del país por vulnerar normas de protección de datos. Fue la primera vez que Felipe VI emprendía acciones legales por un caso de esta magnitud.
Más allá de los escándalos, el viaje continúa con normalidad. Tras su paso por el Perú, Elcano continuará su ruta por Ciudad de Panamá, Cartagena de Indias, Santo Domingo y Nueva York. A diferencia de sus compañeros, Leonor no regresará a España en el velero, sino que será trasladada a una fragata de la Armada para completar su formación. Finalmente, se reencontrará con el buque en Gijón y terminará su periplo en Marín, Galicia, en julio de este año.
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