La cena de gala incluyó una mesa de 43 metros, un menú de productos británicos presentado en francés y una selección de vinos históricos, en un evento al que asistieron empresarios, diplomáticos y figuras de la cultura.

Por: Mery Jiménez

La segunda visita de Estado de Donald Trump al Reino Unido ha dado de qué hablar. Este encuentro, que tuvo como evento principal un banquete de gala en el Castillo de Windsor, reunió al presidente estadounidense y su esposa, Melania con el rey Carlos III y la reina Camila, quienes los recibieron con todos los honores el 17 de septiembre.

Dicho banquete fue celebrado en el Salón de San Jorge, la sala más majestuosa del castillo con techos góticos abovedados y 55 metros de longitud. Una mesa de casi 43 metros recorrió el salón y sentó a 160 invitados entre los que figuraron personalidades como el CEO de Apple, Tim Cook, el magnate Rupert Murdoch y el director ejecutivo de Blackstone, Steve Schwarzman, además de diplomáticos y representantes culturales.

Banquete real

En total fueron 160 los invitados que compartieron mesa con Donald Trump, el rey Carlos III y la reina Camila, entre ellos figuras como Tim Cook, Rupert Murdoch y Steve Schwarzman.

Donald Trump ocupó el centro de la mesa junto al rey, mientras que frente a ellos estuvieron la reina Camila y Melania. Kate Middleton atrajo todas las miradas al portar la tiara favorita de Diana de Gales. De hecho, Trump elogió públicamente a Kate , a quien describió como “radiante” y “saludable”, y no dudó en tener atenciones durante la cena, como ayudarla con la silla.

Los preparativos reales

Cabe mencionar que esta cena fue preparada con precisión. Los trabajos comenzaron seis meses antes y la mesa requirió una semana para ser montada. Cada cubierto se colocó a 45 centímetros exactos, siguiendo un protocolo riguroso. Para ello, se utilizaron varas de medir y calzado especial que permitió a los empleados desplazarse sobre la superficie sin dañarla.

Las estaciones de servicio, diecinueve en total, estuvieron atendidas por equipos de cuatro personas que coordinaron los tiempos con un sistema de semáforo.

Banquete real

Una mesa de 43 metros con capacidad para 160 invitados.

El menú fue escrito en francés, en línea con la tradición de la realeza europea, y destacó por su homenaje a los productos británicos. Los comensales degustaron una panna cotta de berros de Hampshire con huevo de codorniz y galleta de parmesano, una balotina de pollo orgánico de Norfolk envuelta en calabacín y, como postre, una bomba helada de vainilla con sorbete de frambuesa y ciruelas Victoria.

El cóctel inicial evocaba la calidez de un S’more estadounidense, coronado con espuma de nuez pecana y un malvavisco tostado sobre galleta en forma de estrella.

Banquete real

Los preparativos del banquete comenzaron seis meses antes y movilizaron a decenas de empleados.

El maridaje incluyó vinos y licores de añadas excepcionales: un Corton-Charlemagne Grand Cru de 2018, un Ridge Monte Bello de 2000, champán Pol Roger de 1998, Oporto Vintage de 1945 y un coñac Hennessy de 1912. Como guiño a la reina Isabel II, se sirvió un whisky Bowmore de 1980. Aunque Trump es abstemio, se diseñó para él un cóctel sin alcohol: una reinterpretación del Whiskey Sour con mermelada cítrica y espuma de nuez pecana, creado para simbolizar la relación entre ambos países.

La visita del mandatario y su esposa incluyó una ofrenda floral en la tumba de Isabel II como parte del itinerario y un almuerzo ligero antes de los actos centrales. En los jardines de Windsor, Trump fue recibido con honores militares por tres regimientos de la Guardia de Infantería. Carlos III incluso cedió el paso a su invitado para encabezar la revista militar, un gesto que marcó el tono de la jornada.

Banquete real

Trump describió a Kate como “radiante” y “saludable”.

En el cielo británico sobrevolaron cazas F-35 estadounidenses, evocando las tradicionales celebraciones de la monarquía. La caballería real participó en un desfile con un centenar de caballos y reses procedentes de las granjas de Windsor. La llegada de los Trump al castillo también fue ceremonial: primero en helicóptero y después en carrozas históricas junto a Carlos y Camila, acompañados por el príncipe Guillermo y Kate Middleton en un segundo carruaje.

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