La reconocida modelo Maple Sam y el empresario Cristóbal García-Miró celebraron el día más especial de sus vidas con una ceremonia y recepción de ensueño jamás vistos en Lima
Por Belén Medina
Maple Sam y Cristóbal García-Miró contrajeron matrimonio en una velada que, sin lugar a dudas, redefine el lujo nupcial en el Perú. Desde su elegante ceremonia hasta la extravagante recepción inspirada en tradiciones orientales, cada momento de este evento parecía diseñado para grabarse en la memoria de sus asistentes, en un espectáculo que la convirtió sin duda en la boda del año.
La modelo Maple Sam y el empresario Pedro García Miró protagonizaron unos de los matrimonios más espectaculares jamás vistos en Lima.
Los vestidos de Maple Sam
Maple Sam, impecable y deslumbrante, hizo una entrada memorable de la mano de su padre con la melodía de «Can’t Help Falling in Love», de Elvis Presley, para darse el «sí» con Cristóbal. La modelo llevó un original ramo con flores blancas, rojas y fucsia.
Su vestido blanco de ensueño, fue una creación de Noe Bernacelli, que combinaba encaje translúcido y flores en un diseño intrincado. El novio, a su vez, mostró también un sentido impecable del estilo, al usar un elegante smoking blanco para la ceremonia.
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Noe Bernacelli diseñó los dos impactantes vestidos que lució Maple Sam durante la ceremonia y la recepción.
Una torta de 3 metros
La atención al detalle fue evidente, incluso en el catering. La espectacular torta de seis pisos y tres metros de altura, elaborada por Dulcefina y decorada en blanco floral, coincidía a la perfección con el primer vestido de la novia, mientras una segunda torta en tono rojo aportaba un contraste audaz.
La espectacular torta fue elaborada por Dulcefina, con un patrón que emulaba el encaje del vestido de la novia.
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Una fantástica noche
La ceremonia fue seguida por una ostentosa recepción en El Cortijo, donde se honró las raíces orientales de la novia, y la temática central fue la estética china.
Para su segunda aparición, Maple lució un vestido rojo bordado a mano, con un dragón chino que cubría la espalda y cuyo bordado tomó 300 horas de meticuloso trabajo por parte del equipo de Bernacelli. Cristóbal la complementó con un vibrante traje granate a juego.
Para la novia, el rojo es su color de la suerte, «representa la pasión, el amor genuino, el coraje, la creatividad y calidez».
La decoración fue un espectáculo en sí misma, evocando un auténtico festín visual inspirado en la cultura y tradición de China. Las paredes, adornadas con papeles pintados a mano en tonos rojo y crema, crearon un entorno lujoso y exótico. Tradicionales lámparas orientales colgaban del techo de la pista de baile, mientras dragones simbólicos adornaban el salón en un despliegue de elegancia que rivalizaría con una celebración de Hollywood o una boda de la realeza europea.
«El rojo es el color más feliz», dijo Maple Sam sobre el vibrante tono que resaltó en su boda.
Los bellos detalles de la recepción rindieron homenaje a la ascendencia china de Maple Sam.
Y por si fuera poco, los invitados fueron agasajados con un segundo buffet nocturno que incluía tortitas, ramen y delicias chinas, en un guiño a las tradiciones gastronómicas asiáticas.
La noche alcanzó su clímax con una “hora loca” inspirada en Elvis Presley, donde el espíritu de Las Vegas y su “Little Chapel” se apoderaron del salón. Los invitados, entusiastas, no dejaron de bailar mientras Cristóbal lucía un atuendo digno del Rey del Rock.
La mesa buffet incluyó una torre de galletas de la fortuna doradas, postres rojos, dragones ornamentales y figuras de buda…
La noche del 9 de noviembre va a quedar en la memoria de todos los asistentes. La fantástica boda de la modelo es solo el inicio de esta etapa tan importante en su vida, momentos que compartió con sus familiares y amigos cercanos.
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