Siendo Pupi la reina de los detalles, organizó una magnífica sorpresa para sus parientes y amigos cercanos, donde darían a conocer el sexo del nuevo integrante de la familia. Alonzo Vega García Miró y la feliz madre, Pupi Gallese de Osma, repartieron lentes de sol, y cada uno escogía el color celeste o rosado, según creían que iba a ser: niña o niño. Llegado el momento de dar la noticia, una gran caja que semejaba un cofre de piratas y sirenas anunció con globos rosa la llegada de Augusta, nombre que desde tiempos romanos traía buenos augurios.
Por Rodrigo Schang
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