Luego de divorciarse en 1992 de la actriz Talia Balsam, el actor prometió no volver a casarse. Desde entonces, se convirtió en uno de los solteros más codiciados de Hollywood, y su fama de rompecorazones se extendió por el mundo. Sin embargo, en 2014, sorprendió a todos al contraer matrimonio con la abogada libanesa Amal Ramzi Alam Uddin, con quien hoy son padres de dos mellizos. En esta íntima entrevista desde la isla de Cerdeña, George nos habla sobre la vida que lleva en Italia y reflexiona sobre su vida amorosa, como previa al estreno de la serie “Catch-22”, que lo devuelve a la pantalla chica.
Por: Yenny Nun @yennynun
A mediados de 2018, nos llegó una misteriosa carta invitándonos a la isla de Cerdeña, Italia, donde George Clooney se encontraba filmando una serie de TV inspirada en “Catch-22”, la novela clásica de Joseph Heller. El viaje incluiría una visita al set y una entrevista con el icónico actor. ¿La condición? Que la entrevista no se publicara hasta 2019, porque existía un embargo que se levantaría solamente antes del estreno de la serie.
Después de un viaje largo desde Los Angeles hasta Londres, con varios trasbordos posteriores, ya que la isla solo tiene un aeropuerto para aviones pequeños, llegamos al paradisiaco lugar donde nos esperaba una deliciosa cena en los comedores de un hotel con vista a la Costa Esmeralda. “George tiene muy buen gusto y se preocupó de todos los detalles”, nos reveló uno de los publicistas.
Al día siguiente, un bus nos esperaba para trasladarnos por sinuosos caminos hasta el set, ubicado al costado del aeropuerto. Bajo una serie de carpas, nos esperaba un fabuloso almuerzo y, durante el postre, apareció Clooney muy sonriente para darnos la bienvenida y conversar con nosotros. Superafable, cálido y simpático como de costumbre, nos adelantó que el nombre de su personaje, Scheisskopf, tiene un significado muy feo, y agregó que casi todos los caracteres de la novela reconvertida en serie tienen nombres denigrantes que reflejan sus respectivas personalidades.
Luego de sentarse en nuestra mesa y tomarse un vaso con agua, puesto que en el recinto hace mucho calor, comenzamos a conversar, primero, de “Catch-22”, para luego pasar a las preguntas más personales; sobre todo, ahora que está felizmente casado con Amal Alam Uddin.
¿Qué te hizo volver a la TV?
El guion. Me llamaron por teléfono y me preguntaron: “¿Te gustaría hacer ‘Catch-22’?”, y les contesté: “No, porque se trata de una novela clásica y no quiero echarla a perder”. Entonces nos enviaron tres de los seis guiones de esta serie. Junto a mi socio Grant Heslov, los leímos esa misma noche y les contestamos: “Si los otros tres guiones son de la misma calidad, aceptamos”. Los leímos e, incluso, los encontramos mejores.
Pensé que era extraordinario tomar una historia clásica y trasladarla a la pantalla. No me importaba cuál era el medio en que se exhibiría; lo que me interesa es poder contar historias buenas. Además, hoy existe mucho material de primera calidad en la TV, por lo que es un momento excelente para estar allí.
¿Cómo describirías a tu personaje?
En esta serie no soy un personaje bueno. En general, casi todos los personajes no son agradables, tienen problemas serios, salvo los más jóvenes. No es que sea antipático todo el tiempo, pero no soy perfecto, ni mucho menos. Y maltrato mucho a Chris Abbott, el actor que interpreta a Yossarian. Realmente me porto pésimo con él, pero, por otro lado, se está acostando con mi mujer, así que al final se equilibra la situación.
¿Desde el comienzo te ofrecieron el mismo rol?
No, querían que interpretara a Colonel Catheart, quien es el segundo personaje más importante de la historia. Pero era demasiado para mí, porque también soy el productor de la serie y el director de dos de los episodios. Tuvimos suerte de que Kyle Chandler aceptara, y él está realmente sensacional en este rol, como una especie de George C. Scott loco que nos recuerda a Dr. Strangelove, un maniaco fuera de control. Nunca lo había visto en un papel similar, está fabuloso.
¿Cómo resumirías la trama?
Lo que es interesante es que el libro fue escrito mirando atrás hacia la Segunda Guerra Mundial, pero se transformó en un símbolo contra la guerra de Vietnam en la década de los sesenta y setenta. Aunque esa no era su intención, sino más bien enfocarse en la inoperancia de la burocracia militar y en la estupidez de la burocracia en general, lo que persiste hasta hoy. Todos esos trámites que debemos hacer, muchos de ellos totalmente ridículos.
Mirando “Catch-22” nos damos cuenta de lo absurdas que son las guerras. ¿Por qué crees que los seres humanos continúan enfrentándose?
Porque nunca aprendemos completamente de nuestros errores pasados, estamos destinados a repetir muchos de ellos una y otra vez; comenzando por las guerras. Si vemos lo que está ocurriendo ahora con los niños separados forzosamente de sus padres en la frontera de Estados Unidos y México, algo que anteriormente no habíamos hecho como país, me preocupa mucho lo que estamos haciendo como seres humanos.
Hoy sentimos que existe una nube negra sobre todo. Pero aun así, soy optimista y creo que en algún momento en el camino las cosas mejorarán. Solía reírme de ciertos países y sus gobiernos, pero ahora ya no puedo seguir tirando piedras a raíz del gobierno que tenemos en Estados Unidos. Espero estar vivo cuando las cosas cambien para mejor.
¿Piensas que la política extranjera de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial ha sido una especie de “Catch-22”, con errores que se repiten una y otra vez?
Las opciones que hemos elegido en lugares como Siria o Afganistán, son obviamente estilo “Catch 22”, no existen buenas respuestas. Hemos tenido varios liderazgos cuestionables. No es muy atractivo reconocer que estamos cometiendo errores tontos y haciendo elecciones tontas.
Enamorado de Italia
¿Por qué elegiste Cerdeña para filmar la serie?
Solía venir a Cerdeña, año tras año, a manejar mi moto alrededor de la isla, por lo que conozco muy bien el lugar. Y para “Catch-22”, necesitábamos una locación en el sur de Italia que tuviese una base aérea, y pensé que este lugar era ideal porque tiene una base aérea abandonada justamente al lado del aeropuerto.
¿Qué más te gusta de Cerdeña?
La comida es muy diferente a la del resto de Italia, el lugar es espectacular, el lenguaje es totalmente distinto al italiano, muchos de mis amigos italianos no entienden el sardo. Y la gente acá es increíble, muy fuerte y con mucho temple. Han sido muy gentiles y bondadosos con nosotros. Lo único malo es que nos tocó mucha lluvia, algo que casi nunca ocurre en Cerdeña en verano, lo que nos obligó a cambiar la secuencia del rodaje.
¿Cuál es tu plato favorito del lugar?
El carta di musica, es una especie de pan con hojas muy finas, podría comerme una bolsa diaria. Es delicioso (justamente lo tenemos frente a nosotros en la mesa).
¿Dirías que estás enamorado de Italia?
¿Cómo no se puede amar a este país? La comida, el vino, la gente, la arquitectura, el clima, las artes… Solía burlarme de su gobierno, pero ya no lo puedo hacer porque estoy viviendo en una casa de vidrio a raíz de lo que ocurre en mi país. Pero, en serio, es un lugar espectacular.
Todos los años en verano me quedo durante varios meses en mi casa en el Lago de Como, y ahora viajo los fines de semana a ver a mi familia, hasta que termine el rodaje. A los mellizos les encanta Como, comen mucha pasta y es muy divertido verlos con los tallarines desparramados por todas partes.
¿Qué te llama más la atención de este país?
La actitud diferente de cómo se vive la vida. Por ejemplo, en el pueblo donde vivimos, veo al obrero de la construcción caminando a su casa con un pedazo de pan bajo el brazo y una botella de vino, y va cantando. No veo eso en Estados Unidos.Es totalmente cierto que los estadounidenses viven para trabajar y los italianos trabajan para vivir. Pasé treinta años almorzando de pie, y luego vas a Italia y te sientas, conversas y te diviertes, te tomas tu tiempo. Realmente lo aprecio.
¿La gente te molesta cuando te ve en la calle?
Bueno, también me molestan en Los Angeles. Vivimos en tiempos extraños, culturalmente hablando. Salgo en moto y los fotógrafos me siguen por horas, pero creo que se aburrirán después de un tiempo. Siendo hijo de un reportero de noticias de TV, al menos entiendo la idea de que hay que aceptar ciertas cosas cuando se es una figura pública, aunque ahora se pasan muchas veces de la raya.
Almas gemela
Cuando el 27 de setiembre de 2014 George Clooney contrajo matrimonio con Amal Alam Uddin, todo el mundo se sorprendió. El actor, director y productor, uno de los solteros más codiciados de Hollywood, quien había prometido una y otra vez que jamás volvería a contraer matrimonio luego de su breve unión con Talia Balsam en 1989, rompía su palabra y, dichoso, unía su vida con Amal en la romántica Venecia, rodeado de su familia y sus mejores amigos.
Muchas mujeres se preguntaban qué cualidades poseía Amal para haber conquistado al ‘Warren Beatty’ de nuestra generación, un actor que tuvo relaciones con decenas de hermosas modelos y actrices, a quienes siempre dejaba con el corazón roto. No es secreto que aunque Clooney salía con mujeres de poco peso intelectual, siempre le atrajeron las personas inteligentes.
Quizá por la influencia de su progenitor, Nick Clooney, un distinguido reportero que, desde que su hijo era pequeño, compartió con él los temas noticiosos que ocurrían tanto en Estados Unidos como en el resto del planeta. Incluso, el actor llegó a estudiar Periodismo, pero dejó la carrera cuando a los 21 años decidió probar suerte en Hollywood.
Quizá George Clooney, el eterno soltero, nunca imaginó que conocería a alguien que reuniera las cualidades que, varias veces nos confesó, le atraían en una mujer: belleza, inteligencia y sentido del humor. Pero cuando menos se lo esperaba, durante un foro de derechos humanos, conoció a Amal Alam Uddin, una abogada radicada en Inglaterra que viajaba alrededor del mundo a cortes internacionales, en pro de la defensa de los derechos humanos de diferentes minorías.
Cuando conversaron, descubrieron que tenían demasiadas cosas en común. Clooney no lo podía creer. Amal no solo era hermosa, distinguida y elegante, sino que además era súper culta e inteligente. El amor fue instantáneo, y la apuesta de diez mil dólares que hizo a Nicole Kidman y Michelle Pfeiffer años atrás, asegurando que nunca más pisaría el altar, pasó al olvido. Hoy la pareja vive feliz en Londres, su residencia principal, junto a sus mellizos, Alexander y Ella, nacidos el 6 de junio de 2017. Además, tienen residencias en Los Angeles y en el Lago de Como, Italia.
Siendo soltero durante tanto tiempo, ¿cuál es el mayor ajuste que has tenido que hacer después de tu matrimonio? ¿Ha sido difícil?
Al contrario. Con Amal nunca hemos tenido un desacuerdo. Realmente nos llevamos muy, muy bien. El ajuste ha sido planificar nuestras vidas. Ella es abogada especialista en derechos humanos, lo que significa que está empleada de forma independiente y debe trasladarse a diferentes lugares. Y yo también, como actor, estoy viajando a las locaciones de mis películas. Tratamos de ajustar nuestros horarios para estar juntos el mayor tiempo posible. A lo mucho estamos una semana separados.
¿Qué significa el matrimonio para ti?
Tú me conoces bien, no tenía intenciones de casarme, pero conocí a una mujer con la cual sentí que deseaba pasar el resto de mi vida, y tenía esperanzas de que ella sintiera lo mismo. Cuando le pedí que nos casáramos, y no se lo había planteado antes, pensé que reaccionaría pensando que estaba loco. Pero acepto (ríe).Y desde el momento en que conocí a Amal hasta ahora, pasar el resto de mi vida junto a ella ha sido lo más importante y lo que me trae más alegría en el mundo. No podría sentirme más feliz; mi vida ahora es fantástica. Tengo una gran compañera, dos hijos. Es fabuloso, nunca pensé que viviría algo así.
¿Cómo se ha ajustado Amal a ser una celebridad? ¿Cuál ha sido el mayor desafío para ella?
Bueno, no creo que ella se vea como una celebridad, es algo que le ocurrió porque nos casamos. Creo que es un ajuste difícil. Su trabajo en derechos humanos es muy delicado, existen consecuencias de vida o muerte. Por lo que la idea de estar rodeada de fama o que le formulen preguntas tontas cuando ella está haciendo algo importante, requiere de mucho control. Amal está lidiando con toda esta presión y lo ha hecho muy bien.
¿Conversan acerca de situaciones políticas? De Medio Oriente, por ejemplo.
Conversamos del tema casi diariamente, incluyendo la situación en Siria, ISIS, etcétera. Se nos rompe el corazón con lo que está ocurriendo en ese país. Pero no es solo allí, también está la guerra en Yemen, la situación en Venezuela… Existe violencia en muchas partes del planeta. Conversamos de todo.
Me imagino que ya has probado la comida libanesa… ¿Cocinas?
Cocino un poco, y mi mujer hace las reservaciones, o su mamá… No, en serio, me encanta el tabulé, lo preparamos a menudo. He comido varios platos libaneses, los encuentro fantásticos. Ahora entiendo mejor la cultura libanesa, están muy orientados a la familia. Después de nuestro matrimonio en Venecia, tuvimos otra fiesta en Inglaterra para la familia de Amal y llegaron más de cien personas, es una familia muy grande (ríe) y ahora soy parte de ella.
¿Qué te gusta cocinar?
Soy un chef decente, recuerda que estuve soltero por un tiempo muy largo. Preparo una buena pasta porque vivo parte del tiempo en Italia. También soy bueno para preparar desayunos y me queda muy bien la cena para el Día de Acción de Gracias.
Después del matrimonio, ¿ha cambiado tu estilo? ¿Quién paga por la ropa preciosa que usa Amal?
Ella paga por mucha de su ropa. Y muchas veces se la regalan porque desean que promocione ciertas
marcas. Desde que la conocí, Amal ha mostrado su propio estilo, sin necesidad de una estilista ni nadie que la asesore. Tiene ropa que le encanta usar, sabe exactamente cuál es, y posee un gran sentido de la elegancia. Pero a mí me mira confundida por mi estilo (ríe). Es divertido porque a veces hay como treinta paparazzi apostados afuera de nuestra casa, nos siguen y comentan: “Estás usando el mismo polo” (risas). A veces Amal me pide que use una camisa más decente y le hago caso (vuelve a reír).
Suerte y ambición
Mirando hacia atrás, ¿cómo describirías tu carrera en el cine?
Cambia mi percepción de acuerdo al momento que me lo pregunten, trato de no analizar demasiado porque es como si te dan el premio a tu trayectoria cuando eres demasiado joven (ríe). Lo que me interesa es hacer cosas nuevas y diferentes. Mi vida depende de que películas como “Up in the Air”, “Goats” y “The Descendants”, sean bien recibidas, entonces podre continuar haciendo más películas de calidad. Con mi compañía productora, tratamos que nuestros presupuestos sean bajos comparados con una típica película de Hollywood. Porque si se recupera la inversión, me seguirán contratando. Me interesa hacer filmes que duren en cartelera más que un fin de semana.
He tenido suerte de haber protagonizado cintas que han tenido larga vida como “O Brother, Where Art Thou?”, “Three Kings”, “Good Night, And Good Luck” y, por supuesto, “Michael Clayton” y “The American”. Hay otros filmes que no funcionaron pero no me importa ya que intentamos hacer lo mejor. Y tengo la suerte de estar en un lugar donde aún me permiten jugar con los juguetes, no sé cuánto durará, intentaré continuar trabajando, esperando que mis proyectos sean bien recibidos.
George Clooney es sinónimo de éxito. ¿Crees que tu fama es el resultado del destino o de tus acciones?
Pienso que la suerte juega un papel muy importante. Tú ya me conocías en los tiempos de la serie “ER”, que se convirtió en un fenómeno, con 40 millones de televidentes por semana. Cambió la vida de todos los que estábamos involucrados en ella, y eso es suerte.
Había trabajado en varias series anteriores incluyendo la primera temporada de “Roseanne”, el show número uno en aquel tiempo, pero nada pasó conmigo. Pero opino que uno crea su propia suerte, no es que simplemente ocurra. Jack Nicklaus, el famoso golfista, realizó un tiro perfecto y alguien comentó: “Qué suerte tuviste”, y él respondió: “Es increíble que cuando más practico, más suerte tengo”. Pero aun así se necesita suerte. Hay muchos actores con los cuales he trabajado que deberían haber tenido mucho mejores carreras, pero no estaban en el lugar adecuado en el tiempo correcto.
Me imagino que ahora, siendo tan famoso, te das algunos gustos.
No estoy tan echado a perder. He sobrevivido haciendo colas desde que trabajé en la serie “ER”. No me importa hacer filas. Por ejemplo, cuando comemos en los sets de mis películas, prefiero no ser el primero en la cola, sino que me coloco al final; es lo justo, me avergonzaría hacer otra cosa. Por supuesto que he viajado en aviones privados; lo hice ayer para llegar acá.
El chiste actual es “la primera clase apesta”, pero no vuelo privadamente a menudo. Si es un vuelo internacional es más fácil de entender, es mejor estar con un grupo pequeño de personas para poder dormir bien y que no te fotografíen mientras corre saliva de tu boca. Pero a menudo trato de evitar el trato preferencial, no me atrae. Además, siempre me estoy preparando para el día en que no tenga tratamiento de élite; es mejor acostumbrarse con tiempo.
Pero algún lujo tendrás sin el cual no puedes vivir…
Nuestra villa en el Lago de Como (ríe). Cuando crecía, mi papá me aconsejó que comprara bienes raíces y que no colocara mi dinero en acciones. Creo en eso, siempre he pagado todo, no me he endeudado. Pero esta villa ha sido lo mejor que he hecho en mi vida. Si la pierdo, gritaría y patearía.
¿Cuándo la compraste?
Hace nueve años. Compré la casa sin tener idea qué esperar, te lo juro. Simplemente la adquirí porque el señor Heintz, su antiguo dueño, me dijo: “Si quieres comprarla, te haré una propuesta que no podrás rechazar”. Era una casa muy hermosa y él realmente me ofreció un buen precio. Pero lo vi como una movida financiera, nunca me imaginé viviendo allí, sobre todo ahora junto a Amal y nuestros hijos.
Jamás me había tomado vacaciones, porque había estado mucho tiempo desempleado, y cuando empecé a trabajar, seguí haciéndolo. Pero cuando fui a la villa por primera vez, me dije: “Este es un lugar bueno para vivir, recargar baterías, invitar amigos, a la familia, organizar cenas amenas”. Mucha gente nos ha ido a visitar. Relaciono nuestra villa con la alegría y la felicidad. Es el mejor regalo que me he brindado.
¿Qué es lo que más valoras?
La integridad y la amistad. Y las personas generosas; valoro la caridad, a los individuos que hacen cosas que les cuestan porque es lo correcto. Valoro la honestidad, aunque ninguno de nosotros somos totalmente honestos. En mi caso, a raíz de donde me encuentro, siento que tengo la responsabilidad de ayudar a personas que no pueden valerse por sí mismas.
¿De dónde te nace esta ética?
Fui criado con estos valores. Mi papá me decía: “No vuelvas mirándome a los ojos a menos que hayas hecho lo correcto”. Desde muy niño me enseñaron que quizá esta conducta no me haría el chico más popular del colegio, pero era el mejor camino. Y noto que cada día es más difícil vivir con estos valores en un mundo tan complejo. Cuando crecía en los sesenta y setenta, todo era mucho más blanco y negro, mucho más fácil de entender. Ahora, a través de mis películas, toco temas con los que puedo mirar los ojos de mi papá; eso es lo que más me enorgullece.
¿Eres ambicioso?
Me gusta empujarme a mí mismo. Si no logro una meta, me despierto en la noche con otra idea. “Ahora sé lo que tengo que hacer”, me digo. Siento que me han dado estas llaves y que tengo la capacidad para manejar el automóvil como mi papá. Y sé que en algún momento alguien me quitará las llaves, así que quiero conducir lo más que pueda. Eso es lo que me impulsa a hacer películas.