El célebre chelista franco-estadounidense Yo-Yo Ma llegó a nuestra capital para ofrecer un concierto y mañana 1 de mayo visitará el mural hecho por  Olinda Silvano y otras artistas de la comunidad shipibo-konibo.

Por Manuel Coral González

A sus sesenta y cuatro años, Yo-Yo Ma -nacido en París en 1955- es considerado como uno de los chelista más importantes del mundo. Sus galardones que reconocen su talento -e incluso genio, en opinión de especialistas- son prueba de ello: ha ganado más de dieciocho Grammys a lo largo de su carrera y ha recibido, por ejemplo, la Medalla de las Artes que otorga la Casa Blanca de Estados Unidos. Hijo de artistas chinos -su madre es la cantante Marina Lu y su padre el violinista Hiao-Tsiun Ma- aprendió, desde niño, a deslizar con delicadeza sus dedos sobre las teclas del piano y tocar el violín con una técnica bastante depurada y estética para su edad.

Desde que comenzó a ensayar con estos instrumentos, su relación con la música clásica se fortaleció y sus conocimientos -y sensaciones- comenzaron a profundizar y arraigarse dentro de sí. Pero fueron las piezas musicales del compositor alemán Johann Sebastian Bach las que impregnaron con sus melodías y silencios, su sensibilidad y curiosidad musical, alimentando su educación sentimental, la cual despertó -con el paso de los años y la práctica- el talento artístico que llevaba en el alma.

Uno de sus primeros maestros fue violonchelista estadounidense Leonard Rose con quien estudió, a los diecinueve años, en la Juilliard School of Music de Nueva York. Luego de un tiempo, ingresó a la Universidad de Harvard, donde su talento hizo eco de sus habilidades musicales, lo que comenzó a llevarlo a tocar en las mejores sinfónicas del país. Así, en 1983, cuando tenía veintiocho años, grabó las “Seis Suites de Bach”, con la cual su talento y técnica -a pesar de su juventud- fueron considerados impecables y maduros, debido a la complejidad que demandan las obras de Bach. Desde entonces, el reconocimiento y fama mundial, no le serían esquivos.

Pintar el vacío

A inicios de agosto de 2018, Ma comenzó con la gira musical “Bach Project”, con la cual tiene planeado visitar treinta y seis diversas ciudades de todos los continentes del mundo para ofrecer treinta y seis conciertos con el fin de promover, a través del arte y la cultura, un afinamiento de la sensibilidad y comprensión humana para encaminar el comportamiento humano hacia la paz y la tolerancia. “Entendamos que la cultura puede generar en estos tiempos de división una unión global que nos pueda guiar para tomar decisiones políticas y económicas que beneficien a la especie humana”, ha dicho Ma sobre la influencia de las artes y la cultura en el mundo.

La artista shipibo-konibo, Olinda Silvano, tiene una importante obra pictórica sobre las expresiones de la Amazonía peruana.

Por ello, el día de hoy Ma ofrecerá un concierto en la Huaca Pucllana de Miraflores, donde interpretará las “Seis Suites de Bach” como un elemento sensitivo de expresión de las relaciones humanas y su interacción con la realidad que lo rodea.

Además, en paralelo, la artista shipibo-konibo Olinda Silvano, pintará el muro vacío de una playa de estacionamiento en una calle peatonal del Centro Histórico de Lima, ubicada en el jirón Ucayalai 246,  el que tiene como fin “celebrar la importancia de la cultura Amazónica y el rol que la mujer ha desempeñado en su protección”.

Para este mural el diseño propuesto de la artista  incorpora diseños geométricos tradicionales y contemporáneos -inspirados en la flora y fauna de la Amazonía-, los que capturan el poder místico de la naturaleza e invitan al público a reflexionar sobre el presente (y futuro) de la región amazónica de la región.  De esta manera, uno de los tantos muros monocromáticos que rodean el Centro Histórico de Lima, servirá como espacio creativo para pintar con colores ese vacío existente -muchas veces invisible- de la relación del ser humano con el mundo que lo rodea.

El 1 de mayo, Yo-Yo Ma, junto con autoridades de la Municipalidad de Lima, visitará el mural hecho por  Olinda Silvano y otras artistas de la comunidad shipibo-konibo, para pintar los elementos finales de este proyecto. El evento es gratuito y abierto a todo el público.