El Teatro Británico presenta «Nunca llueve en Lima», una puesta en escena muy recomendable.
“He sido un niño miedoso; sin embargo, también era seguramente testarudo, como son los niños; es probable que también me malcriara mi madre, pero no puedo creer que fuese especialmente indócil, no puedo creer que una palabra amable, un silencioso coger de la mano, una mirada bondadosa, no hubiese conseguido de mí lo que se hubiese querido”, son las palabras que Franz Kafka dedicó a su padre y que engloban un pensamiento tan universal que incluso, Sebastián Sileri, personaje interpretado por Lucho Cáceres, pudo haberle dicho al suyo.
La familia que plantea «Nunca llueve en Lima» se parece al único elemento que los mantiene juntos, pero que también los enfrenta: una casa grande y antigua. Por un lado, la supervivencia del clan depende de vender la casa; pero esto significaría también desprenderse de una parte de su linaje. “Tiene un acervo espiritual y anímico”, piensa Carlos Tuccio, quien en la obra es Rafel Sileri, el patriarca. “La construyó tu padre, allí naciste, se criaron tus hijos y la nieta… Es lógico que te aferres”, añade.
Para Tuccio, el problema radica en las decisiones de su personaje. Cuando tenía 40 años, y después de heredar mucho dinero de su padre, decidió jubilarse y gastar la fortuna en viajar y decorar la casa. Por eso, al parecer, su hijo Sebastián, parte de la segunda generación de la familia en vivir en la casa, nunca lo respetó. Tampoco lo hace Daniela (Patricia Barreto), su hija, quien mantiene a la familia con su trabajo de mesera.
La familia visitante tiene otros traumas. Juan Carlos Villena (Pold Gastello) ha trabajado mucho hasta convertirse en una persona adinerada. Roy (Emanuel Soriano), su hijo, se queda con él para apoyarlo, aun cuando tiene otros planes.
Podríamos estar observando, en términos de Fernando Savater, a hijos obedientes y héroes trágicos, esos que niegan al padre haciéndolo innecesario, adhiriéndose y siendo fieles a sus leyes pero no a ellos, los que disfrutan la culpa con el único fin de alejarse de su poder. Y así lo hacen quedándose en silencio. Hasta que llega la lluvia, crea caos y los redime porque, en palabras de Herman Melville, “solo cuando un hombre ha sido vencido, puede descubrirse su verdadera naturaleza”.
No obstante, después de la lluvia, los personajes logran trazar puentes y empiezan a proyectarse hacia el futuro, aceptando sus diferencias. Como cuando Kafka le escribe al padre: “Es verdad que tú, en el fondo, eres un hombre blando y bondadoso, pero no todos los niños tienen la constancia y la valentía de escarbar hasta dar con la bondad”.
Por Juan Diego Rodriguez
«Nunca llueve en Lima»
- Autor: Gonzalo Rodríguez Risco
- Director: Alberto Isola
- Actores: Haydeé Cáceres, Lucho Cáceres, Patricia Barreto, Carlos Tuccio, Magali Bolivar, Emanuel Soriano y Pold Gastello
- Lugar: Teatro Británico
- Horario: 8:00 p.m. de jueves a lunes