¿Es posible imaginarse al capitán de la selección de fútbol buscando patrocinios para el equipo? ¿O a la estrella del plantel pidiendo ayuda económica para que sus compañeros tengan un uniforme de entrenamiento? Al hablar del llamado deporte rey, esto es imposible de concebir. Pero para aquellos deportistas que en el Perú le dedican su tiempo a otras disciplinas esto se trata de una realidad dura que hay que afrontar constantemente. Esa es la situación de la selección de básquet femenino, cuyas integrantes, además de jugar, deben dedicarle su tiempo a la búsqueda de auspicios.

13220909_1015615895141347_5197593728974977811_n

Le semana pasada se llevó a cabo, en Barquisimeto (al noroeste de Venezuela), el Campeonato Sudamericano de Baloncesto Femenino. Brasil y el país anfitrión disputaron el título que finalmente se lo llevó la selección verde-amarela. El combinado peruano no alcanzó las semifinales. ¿Qué tan difícil es competir, tras sólo unos meses de entrenamiento, contra equipos profesionales en los que las jugadoras se dedican 100% al deporte?

«Salimos contentas de este campeonato porque dejamos todo en la cancha«, nos cuenta Francesca Bellatín, pivot del equipo. «Tuvimos buenos partidos y nunca bajamos los brazos», agregó. Por su parte Daniela Porras, una de las aleras de la selección señaló que «la organización del torneo fue A1«, aunque también señaló algunos inconvenientes propios del momento actual de Venezuela: «había apagones de cuatro horas todos los días y nos quedábamos sin Internet». Mientras tanto Alessandra Vera, una de las capitanas del plantel apuntó que se trató de «una experiencia increíble«.

13237805_1016995678336702_4341327104446889182_n

Ellas tres forman parte de la delegación de doce jugadoras que, bajo las órdenes de Mariano Yvanicki, representaron a Perú en el torneo llevado a cabo en Venezuela. Todas se juntaron menos de tres meses antes para entrenarse para la competición que acabó el jueves veintiséis de mayo. Y no sólo eso. Como ya mencionamos antes, a la par también comenzaron a buscar patrocinadores para conseguir el dinero necesario para todos los gastos logísticos que esto implicaba. Situación en la que nunca imaginaríamos a un miembro de la selección masculina de fútbol. «Nosotras con algunos esfuerzos pudimos conseguir auspicios para poder venir bien vestidas, ya que la Federación nos da solo lo básico», afirma Alessandra. ¿Por qué ocurre esto?

«Creo que están enfocados en un solo deporte con una sola selección a la cual le dan el cien por ciento de su apoyo y eso impide que se vea un poco más allá», asegura Daniela. Esto lo confirma la capitana: «en el Perú sólo existe el fútbol«. Sin embargo, como dice Francesca, existe la esperanza de que esto no siempre sea así. «Cuando la gente aprenda un poco más de este deporte les va a encantar«. Pero hasta que eso suceda, hay algo que no se puede negar: mientras que este deporte no se profesionalice las diferencias con otros países van a seguir siendo abismales. Y también debemos tener claro algo más: todo esto se trata de un proyecto a largo plazo. Y así lo reconocen las jugadoras. «Posiblemente hoy en día no tengamos los resultados que todo el mundo quiere ver pero somos nosotras las que ponemos el pecho y damos todo por nuestro país», explica Daniela. «Apostamos por un cambio que nosotras no vamos a vivir pero que sí estamos iniciando.» Corazón hay, compromiso también. Pero es muy difícil saltar sin apoyo.