La vigesimoquinta subasta del Museo de Arte de Lima se realizará por primera vez de manera absolutamente digital este sábado 17 de octubre a través del mundo. Este año, la subasta estará dedicada de manera exclusiva a piezas de diseño, y el MALI espera recaudar con ella más de 120 mil dólares, como explican sus organizadores en este reportaje.

Por Claudia Pareja

“Nosotros no somos cualquier país, hemos sido el centro de América del Sur, somos uno de los seis países cuna de civilización, uno de los diez países milenarios”. Armando Andrade, presidente del Comité de Subasta del Museo de Arte de Lima, empieza así al hablar de la institución que representa, y lo que esta representa para el Perú. Para Andrade, el MALI es un museo vivo, consciente del legado histórico del país y el talento inmenso de los artistas contemporáneos que siguen creando en la actualidad.

Ese es un punto clave para ubicar la importancia que tiene el MALI, tanto como preservador del acervo cultural milenario de nuestro país como impulsor de nuevas generaciones de creadores: el museo tiene claro que la riqueza cultural del Perú no se ha quedado en el pasado, sino que tiene un lugar muy trascendente en nuestro presente. La subasta del MALI viene trabajando desde hace veinticinco años bajo esa premisa.

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Desde Ayacucho. Para Armando Andrade, esta pieza es notable porque en ella tenemos a “Meche Correa colaborando con Alfredo López Morales, un artista ayacuchano discípulo de Joaquín López Antay que trae no solo todo ese bagaje cultural sino su propio talento”.

La subasta ha sido uno de los primeros espacios en el mundo que, de manera consistente, ha equiparado en términos de valor real piezas de arte contemporáneo procedentes de la tradición de las bellas artes occidentales con piezas de arte tradicional elaboradas en un mismo periodo. Para Andrade, al hablar de arte tradicional, se debe destacar el “diseño peruano, distintivo en el mundo”. Y, para ello, utiliza un ejemplo clarísimo, cuando pregunta: “¿Qué es el bordado para el Perú? Una tradición que va desde la cultura paracas hasta el bordado que hoy día se trabaja en la zona del Mantaro. Una línea ininterrumpida de 2700 años. Es el tránsito en el tiempo de un acervo milenario.”

Armando Andrade MALI

Armando Andrade, presidente del comité de Subasta, se prepara para el primer martilleo virtual, junto a Fernando Rodríguez Larrain y Carlos Kouri .

Y una de las metas de la subasta del MALI es, precisamente, presentárselo al mundo, pero primero a los peruanos. Ayudar a que seamos conscientes de cómo nuestra actualidad es una consecuencia de tensiones y narrativas que están presentes en la historia y atraviesan nuestra cultura. Pero también asegurar, para el futuro, un espacio de creación para los artistas quienes, según Andrade, “son importantísimos en la vida de cualquier sociedad, porque anticipan el futuro, trabajan sobre los grandes temas que vienen. Tienen la capacidad de ver y anticiparse, y eso es absolutamente fundamental”.

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Lote 53. El galán de verano de Maya Ballén, diseñado como pieza única.

Pensando en los jóvenes coleccionistas

Una subasta de diseño es, sin duda, una manera interesante de acercar al museo un público más joven. Para el arquitecto y urbanista Gonzalo Li, miembro del Comité de Subasta, es imprescindible comprender la relación directa entre el diseño y el espacio habitable. “Las generaciones más jóvenes, que se independizan antes, viven naturalmente en espacios más reducidos. Necesitan escoger con más cuidado qué piezas ponen y cuáles no. Tan solo el ejercicio de elegir lo más eficiente, lo más estético o lo más proporcionado a nuestro espacio, nos hace pensar mucho más que antes en el diseño, particularmente el diseño utilitario”, asegura.

Esa será una de las principales novedades de la subasta del presente año. Li explica que el comité “ha comisionado piezas específicas a un grupo heterogéneo de talentosos profesionales de arquitectura, arte y diseño industrial. He seguido muy de cerca estas piezas, que surgieron como bosquejos, maquetas o prototipos hasta convertirse en productos terminados únicos en su especie”.

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Lote 74. Esta pieza de las diseñadoras Chiara Macchiavello y Ena Andrade forma parte de un proyecto colaborativo llamado “Taparte para ser libre”, presentado en la exhibición “Weavers from the Clouds” en el Fashion and Textile Museum del Reino Unido.

Subasta digital

Como todas las instituciones en el mundo, el MALI tuvo que adaptarse rápidamente a las consecuencias que trajo la cuarentena impuesta por el COVID-19. La Subasta XXV, tan significativa para quienes trabajan en la continuidad del evento año tras año, tuvo que repensarse entonces para que esta vez pudiera realizarse de una manera absolutamente digital.

Para ello, la respuesta del museo fue convocar a expertos de clase mundial para crear una estrategia digital que, más allá de la monetización de la plataforma, se convirtiera en una verdadera puerta de entrada al MALI. Así se creó la iniciativa “Tu/Yo con el MALI” que, a la fecha, ya cuenta con más de 170.000 visitantes provenientes de todo el mundo, y ha permitido dar a conocer el trabajo de artistas, arquitectos y diseñadores cuyas piezas participarán de la subasta. Además, como bien indica Armando Andrade, se ha formado un archivo que, en treinta años, “va a ser un documento fantástico para la discusión sobre el diseño en el Perú”.

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“La caja de Mariana Leguía es absolutamente fantástica”, asegura Gonzalo Li. Viene a ser casi una pieza de origami. La caja en sí es una alusión a la función, pero la función está también en disfrutar con ella, en despertar una sensación lúdica. Logró una pieza que es utilitaria y una escultura a la vez. Nos pareció importantísimo que Leguía participara (de la subasta), porque ella fue quien ganó el concurso para hacer el ala contemporánea del MALI, entre más de 300 firmas internacionales de arquitectura que se presentaron”.

La subasta tendrá lugar el sábado 17 de octubre, a partir el mediodía. Quienes deseen apreciar con anterioridad las piezas y ofertar por ellas, podrán hacerlo a partir del 7 de octubre, entrando a la página www.subasta.mali.pe y registrándose como usuarios. El día del evento, las piezas saldrán a la venta al mayor valor ofertado durante la preventa, pero todos quienes participen del evento online y se hayan registrado como postores tendrán la oportunidad de pujar por las piezas.

El MALI busca recolectar US$120.000 dólares una vez concluida la subasta, fondo que será destinado a la operación del museo, una institución que no cuenta hoy día con apoyo sostenible del gobierno ni de instituciones privadas. En ese sentido, el MALI es un ejemplo más de la resiliencia de la que somos capaces los peruanos, pero también del desapego que, como ciudadanos, le mostramos a una institución que se ha convertido en la depositaria de la memoria visual de nuestro país. La subasta será, entonces, una oportunidad para ayudar a preservar nuestra historia y apoyar a quienes están creando el futuro.

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“La lámpara de pie de Horacio Goitre me hace pensar en esa película del año 1927, ‘Metrópolis’, un clásico. Tiene una estética que recuerda a los edificios de los afiches de la película. Es una pieza con una presencia muy fuerte”, afirma Gonzalo Li.

Jiajia Fei y la digitalización del MALI

Fei es la fundadora de la primera agencia digital para el arte. Además de exdirectora digital del Museo Guggenheim y el Jewish Museum de Nueva York. Hoy forma parte del equipo encargado de la digitalización del MALI. “Muy a menudo, los museos se apresuran a replicar algo que otro museo está haciendo o reaccionan rápidamente a una tendencia en lugar de examinar profundamente el núcleo de la institución y responder con una estrategia que sea holística y, lo más importante, sostenible», expresa.

«Nunca es una buena idea ejecutar proyectos tecnológicos por el bien de la tecnología, porque, en última instancia, los museos no son empresas de tecnología. Por esta razón, admiro que el MALI haya tomado las medidas necesarias para pensar cuidadosamente a largo plazo y entender la transformación digital como algo iterativo, que toma forma en múltiples etapas e impacta en todas las dimensiones del museo. La fuerza de este enfoque prevé acertadamente que una infraestructura tecnológica sólida es algo que perdurará (después de una pandemia), ¡porque lo hará!», agrega la estratega digital para el mundo del arte.

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Fei forma parte del equipo encargado de la digitalización del MALI.