El nuevo instrumento espacial de la NASA y de la Agencia Especial Europea, el telescopio James Webb, ha revelado las mejores imágenes del universo jamás vista.
Por Cecilia Navarrete
El telescopio James Webb es el principal observatorio científico espacial del mundo. Es un potentísimo instrumento espacial que ha revelado las mejores imágenes del universo hasta la fecha. «Es una forma completamente nueva de explorar el universo, que marca el comienzo de una nueva era», dice la astrónoma Michelle Thaller.
La Nebulosa de Carina
La Nebulosa de Carina fue un objetivo del telescopio anterior, el Hubble. Es una de las nebulosas más grandes y brillantes del cielo, ubicada aproximadamente a 7,600 años luz de la Tierra.
La Nebulosa de los «Ocho Estallidos»
El Anillo Sur visto por el telescopio Webb (izquierda) y el Hubble (derecha). (Fuente: NASA)
El Anillo Sur o nebulosa de los «Ocho Estallidos» es una esfera gigante de gas y polvo en expansión iluminada por una estrella moribunda en el centro.
A medida que las estrellas envejecen, cambian la forma en que generan energía y expulsan sus capas externas. Tiene casi medio año luz de diámetro y se encuentra a unos 2,000 años luz de la Tierra. El Webb tiene la capacidad y resolución de ver cómo las estrellas mueren.
La primera imagen del espacio profundo del telescopio Webb. Es la imagen más profunda y nítida del universo hasta la fecha.
¿Cómo se compara con el telescopio Hubble?
El Hubble fue lanzado en 1990, con gran éxito para los científicos. Sin embargo, el Webb supera a su predecesor. «El Webb ha revelado galaxias enteras que el Hubble no podía ver, mostró detalles y estructuras subyacentes que no eran visibles en las imágenes del Hubble, y nos dio una vista previa increíble de lo que está por venir», dice Emma Curtis-Lake, miembro del STFC Webb en la Universidad de Hertfordshire, Reino Unido.
El Webb además es capaz de producir imágenes ricas mucho más rápido, mientras que el Hubble miraba el cielo durante semanas. «Lo que Webb logró en 12 horas es realmente sorprendente en comparación con lo que Hubble logró en alrededor de 10 días», dice Curtis-Lake.
Tomó tres décadas en diseñar, construir, lanzar y configurar el telescopio espacial más poderoso. Hubo momentos en que se pensaba que este día jamás llegaría, cuando el proyecto supero el presupuesto y se atrasó en el cronograma previsto. Se esperaba que el Congreso de Estados Unidos termine por desechar el James Webb.
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