Juan Sheput critica al Congreso, el rol de la oposición y los viajes de la presidenta en plena emergencia de peruanos en Israel. Además, el exministro de Trabajo comenta el proceso al expresidente Alejandro Toledo, exige que se ejecute el indulto a Fujimori y reclama cambios en el premierato y en el MEF.
Por Carlos Cabanillas Fotos José Rojas Bashe
Tras las marchas, y ante la falta de un enemigo en las calles, se acabaron las excusas. La ciudadanía exige políticas de gobierno. ¿Qué es lo urgente que deberían hacer?
Lo fundamental: resolver la crisis económica, la madre de todas las crisis. La falta de oportunidades y la desesperación gatillan la delincuencia, sin que eso sea una justificación. Para ello, hay que recuperar la confianza en los inversionistas, y eso pasa por una recomposición del gabinete. Otárola no puede seguir de premier, y el ministro de economía tampoco.
Los viajes han resultado una especie de búmeran. Se hizo lo imposible porque la presidenta viaje, pero no se ven grandes resultados. Los viajes, incluso, resultan desafortunados, como ahora que se cruzó con la expatriación de refugiados peruanos en Israel.
Como la presidenta no sabe de política, no se da cuenta de que estos viajes le pasarán factura. Está pésimamente aconsejada por individuos que solo se preocupan de sus intereses particulares y que luego no dudarán en abandonarla a su suerte. La situación del país exige la dedicación de la presidenta a tiempo completo. Los viajes son una expresión de la frivolidad y falta de tino de este Gobierno. Lo de Israel es emblemático. Cualquier presidente con un dedo de político habría suspendido el viaje y enviado el avión presidencial a Tel Aviv. Se habría ganado el favor ciudadano. Pero la presidenta prefirió viajar empujada por quien se quiere quedar con todo el poder por estos lares mientras ella viaja.
¿Qué fue de la ruta que trazaron Dina y Otárola hacia el 2026 y cuál sería la ruta sensata que ve en ese tiempo si se le pidiera ser constructivo?
Hasta ahora, ni la presidenta ni su premier han cumplido con ninguna de las promesas hechas ni en sus discursos de asunción como de 28 de julio. Es evidente que es un Gobierno que responde a las coyunturas y no tiene un plan de acción. El principal error es que no se ven como un Gobierno de transición, puesesoleshubieraservidoparatrabajarentres ejes: reactivación económica, reforma electoral y fortalecimiento institucional, empezando por la lucha frontal contra la corrupción.
Forzando paralelos entre la política y el fútbol. ¿Juan Reynoso y Alberto Otárola han improvisado o tienen un plan? ¿El hincha peruano prefiere a Messi o Milei a falta de referentes y mística en los referentes peruanos?
Mi paralelo va por otro lado. Dina Boluarte y Reynoso son conscientes de que su trabajo es desastroso, pero aún así se aferran al cargo ¿Por qué? Porque se aprovechan de una ciudadanía que ha perdido la fe y busca referentes en otros lados. El pensar en extranjeros como Bukele o Milei en el Gobierno, o Messi en el fútbol, tiene que ver con esa ausencia de liderazgo y de referentes locales.
La Mesa Directiva del Congreso está entrampada en denuncias de corrupción y episodios de nefasta frivolidad. ¿Cómo cambiar la imagen del Congreso?
Para efectos prácticos, el Congreso ha desaparecido. Su nivel de popularidad de 5% no se condice con una penosa realidad de la cual ellos no se dan cuenta: a la gente no le interesa lo que hagan. Es algo más penoso que el peor Congreso de todos los tiempos, es el más despreciado.
¿Qué decisión se debería tomar con respecto a la Mesa Directiva, en específico, con el caso Amuruz?
Es muy difícil que el Congreso adopte una posición de censura de la congresista Amuruz. Esta debe ser consciente del daño que le hace al Parlamento y ella debería renunciar. Ignora que su permanencia generará un nefasto precedente.
¿Qué ministros deberían ser interpelados, censurados o simplemente cambiados?
Cualquier cambio será cosmético si no se cambia a Alberto Otárola, principal responsable de esta crisis generalizada. Es un premier cuya popularidad está por debajo de la propia presidenta, por lo tanto, es un lastre. Su presencia será garantía de que la crisis continuará. Él y el ministro de Economía no dan para más.
¿Qué grandes medidas deberían tomarse para reactivar la economía peruana, con este o con el próximo ministro, si hubiera?
Lo fundamental es ganar confianza para recuperar la inversión privada. Y eso pasa por colocar al frente del gabinete y del MEF a personas que despierten esa confianza y credibilidad. Ninguna política pública tendrá éxito con el actual elenco. El problema fundamental es de recuperación de confianza.
La inseguridad ciudadana se ha convertido en un problema mayor. ¿Por qué no se avanza en temas que se creían resueltos, como los grilletes electrónicos, el bloqueo de líneas telefónicas alrededor de las cárceles, las unidades de flagrancia, las armas no letales y demás medidas que parecen paliativos, pero que tampoco se terminan de implementar?
El principal problema es la falta de decisión política y liderazgo. En el país, hay quienes reclaman un plan Bukele, ignorando que el principal atributo del presidente de El Salvador es la determinación política. Aquí hay liderazgo cero en materia de seguridad ciudadana. Hay una presidenta que no sabe qué hacer, un premier metiche y un montón de gobernadores y alcaldes de juguete que piden al Gobierno que haga lo que a ellos les corresponde hacer.
Hay voces que piden que se ejecute la sentencia del TC en torno al indulto a Fujimori. ¿Es políticamente viable? El propio expresidente no ha sido muy estratégico al reclamar en audiencia su indulto y a la vez declararse inocente de todo cargo imputado.
La pregunta es correcta: ya hay un indulto y corresponde ejecutarlo. Pedro Castillo se asustó con la grita caviar y los nexos de esta con el sistema interamericano de justicia, y cedió soberanía al impedir la salida en libertad de Alberto Fujimori. Es un tema de soberanía y sobre todo de respeto a nuestro Estado de Derecho. La presidenta Boluarte no entiende lo que le sobrevendrá en el futuro si es que algo le pasa a Alberto Fujimori en prisión. En un ánimo de voltear la página y como señal efectiva de reconciliación, Alberto Fujimori debe estar en libertad.
No se puede llegar a 2026 sin reforma del sistema electoral y sin un sistema uninominal de elección, es decir, que el legislador elegido tenga un compromiso directo de buena gestión con su distrito electoral.
Una reforma política debe ser integral y tener un sistema de pesos y contrapesos. Muchas de las soluciones que se plantean para el país operan en otros países y también están en crisis. Yo no veo que este Congreso tenga la fuerza política para poder impulsar una reforma electoral hacia 2026, por una sencilla razón: está deslegitimado. Un Congreso con 5% de popularidad genera dudas en la población por más que impulse buenas propuestas.
Un grupo relevante de constitucionalistas ha entregado al Gobierno su propuesta de reforma política, que es muy buena y puntual. El grupo conmina al Congreso a embarcarse en ese trabajo. Hay, pues, una agenda de reforma que está suelta. Nadie la asume.
No existe lo que no se conoce. La propuesta es tan buena que ha pasado desapercibida, y eso pasa fundamentalmente por falta de liderazgo desde el Gobierno, que, por lo visto, no la ha hecho suya. Y en política no se conmina, se convence. Uno de los grandes problemas de nuestro país es creer que las soluciones son jurídicas y no políticas. Hay un vacío político que es la madre de todos los problemas.
¿Qué se prevé del proceso a Alejandro Toledo? Se percibe una tendencia a direccionar todo hacia Maiman.
Espero que la justicia acelere sus pasos. En el Perú, los procesos se dilatan de manera inhumana. Las estrategias de los procesados siempre existirán, y se enfrentan en cualquier lugar del mundo con el trabajo de los fiscales. Aquí se verá si los fiscales han hecho su tarea o no.
¿Qué piensa de la acusación fiscal al expresidente? ¿Sigue creyendo que esto podría unir a los militantes del partido a futuro?
Estoy convencido de que no existen cadáveres políticos, y Alejandro Toledo sabe que la existencia de un partido es factor de poder. Eso puede significar un estímulo para que se reconstituya Perú Posible, sin ninguna duda.
¿Cuál debería ser el rol de la oposición en esta especie de calma chicha pre 2026? No se ve una futura unión posible.
He señalado desde hace dos años que no hay oposición. Ni parlamentaria ni extraparlamentaria. Todos los excandidatos presidenciales hoy están en buenas migas con el Gobierno, ignorando que eso les pasará factura. Sin oposición, nuestra democracia será débil y vulnerable y, sobre todo, pasto de la corrupción. No tengo ninguna duda de que en materia de corrupción hemos superado al gobierno de Pedro Castillo, y eso es responsabilidad principal del Congreso, que no fiscaliza y mucho menos hace oposición.
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