A 150 años de su inaguración, Prolima revitaliza la Plaza Dos de Mayo con un proyecto iniciado durante la pandemia que promete hacer de esta un espacio de descanso y encuentro. Para dicha tarea, se desempolvaron documentos históricos de 1928 que permitieron restaurarla con precisión.
Por Redacción COSAS
La Plaza Dos de Mayo, un espacio emblemático del Centro Histórico de Lima, se ha revitalizado tras una restauración integral en el aniversario 150 de su inauguración. Esta plaza, que ocupa el antiguo óvalo de la Reina establecido en 1799, destaca por albergar el monumento conmemorativo al combate del 2 de mayo de 1866, el cual fue restaurado en el 2021. Con su renovación, se ha recuperado el protagonismo de este espacio público vital para la identidad limeña.
Rigurosidad histórica
Los documentos históricos fueron esenciales para guiar la restauración. Fotografías de la década de 1920 muestran la plaza con jardineras perimetrales, perdidas con el tiempo, pero ahora restauradas y plantadas con buganvillas arbustivas. Estas jardineras no solo añaden belleza y áreas verdes, también funcionan como un cerco vivo que separa a los peatones del tráfico vehicular.
Otro elemento crucial fue la restauración del basamento original del monumento, replicado meticulosamente en toda la plazuela con piedra granítica de cuatro tonos diferentes y colocada manualmente. Este detallado trabajo contrasta notablemente con la versión anterior y armoniza con las jardineras interiores: un jardín clásico formado por setos de laurel enano y buganvillas enanas.
Restauración del monumento
La restauración del monumento en 2021 fue un desafío para Prolima, la gerencia municipal responsable del proyecto. Este mide más 25 metros de altura y está elaborado en piedra, mármol y bronce. Además, presenta grabados del combate, esculturas representativas de los antiguos miembros de la «Unión Americana», Perú, Chile, Bolivia y Ecuador, y está coronado por la figura de la Victoria Alada. La restauración requirió la construcción de un andamiaje de treinta metros y la reposición de más de 200 piezas perdidas. Este proyecto se dio durante la pandemia, lo que añadió un nivel adicional de complejidad y precaución.
El proceso de revitalización no se detuvo en la restauración del monumento. Tres años después, se ha culminado la recuperación del espacio público circundante, lo que fortalece aún más su valor histórico. Entre las mejoras futuras se incluye la instalación de un sistema de iluminación ornamental, bancas de mármol, la restauración de las fachadas de los edificios cercanos construidos en 1924 y la reducción del tránsito vehicular en la zona.
Prolima ha demostrado un enfoque sostenible y progresivo en la revitalización del Centro Histórico de Lima. Anteriormente, restauraron las plazas Francia y Bolognesi, así como las plazuelas del Teatro y Santo Domingo. De esta forma, volvieron a ser zonas de descanso y encuentro en el corazón de la ciudad.
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