Desde retratos de finales del siglo XIX hasta películas de la década del sesenta con imágenes de la procesión del Señor de los Milagros: así de heterogéneo es el patrimonio fotográfico y audiovisual del Centro Histórico de Lima. Conozca el trabajo detrás de su recuperación, protección y preservación.

Por Jaro Adrianzén Fotos Prolima

La puesta en valor de documentos visuales —llámese fotografías o películas— forma parte del proceso multidisciplinario para recuperar el Centro Histórico de Lima, una tarea encabezada por el municipio capitalino desde hace cuatro años. Con aquella labor se le da pie no solo a la salvaguarda de fragmentos de nuestra historia, condensada en la imagen de una celebración, un inmueble, un monumento o una calle de antaño, por ejemplo; sino que, a la vez, permite utilizar dichos documentos como guía y referencia de primera mano durante la elaboración y ejecución de proyectos para recuperar esta área en la ciudad.

La Gerencia de Planificación, Gestión y Recuperación del Centro Histórico de Lima – Prolima, creó a inicios del 2023 una Fototeca y Mediateca encomendada a ese fin. Hoy por hoy, el equipo ha catalogado más de 17 mil unidades documentales de dos de las cinco colecciones con las que cuenta el Archivo de la entidad. En ese sentido, ha intervenido 1059 unidades, tanto en soporte fotográfico como audiovisual, lo que incluye más de 1080 acciones de conservación y restauración, así como la confección de 858 sistemas de almacenaje.

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La Fototeca y Mediateca se especializa en intervenir fotografías y películas.

Por ejemplo, se han aplicado procedimientos de conservación a una película en formato 16 milímetros llamada “Lima”, fechada en la década del setenta y con imágenes de la procesión del Señor de los Milagros. También se ha intervenido la colección fotográfica Caterina Gallo Antoniotti, donde se encontraron retratos de finales del siglo XIX realizados en Lima y, además, fotografías estereoscópicas de vidrio de origen europeo. De todas las piezas que se han trabajado hasta la fecha, la Fototeca y Mediateca recuerda con particularidad la fotografía titulada “Casa Molino de Santa Clara”, encontrada en un muy mal estado de conservación.

“Se trata de una fotografía que suscita interrogantes, pues aunque la copia fotográfica es una plata-gelatina fechada entre 1978 y 1980, exhibe una imagen que es definitivamente más antigua”, explica Alicia Slater, conservadora y restauradora a cargo de la Fototeca. “En la foto se observan las doce famosas esculturas italianas de mármol que decoraron la fachada del inmueble, y el cartel de la compañía que funcionó allí hasta 1913. Esto nos indicaría que la copia se hizo a partir de un negativo desarrollado a inicios del siglo pasado, y que estaría perdido”.

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Copia fotográfica de la Casa Molino de Santa Clara, razón de interrogantes.

Cabe precisar que para la restauración de documentos visuales se requiere un expertise específico en la materia (no es lo mismo recuperar una fotografía que un documento escrito, ciertamente). Hay que saber lidiar con la materialidad asociada a los componentes de su manufactura, aclara Slater: las diferentes técnicas, soportes, emulsiones, tintes; y la forma en que reaccionan a ciertas condiciones ambientales y tratamientos.

Siguiendo esa línea, en este ámbito predomina el deterioro relacionado con causas como el polvo, la suciedad, las huellas dactilares, las arrugas, los rayones, el cambio de color, el desvanecimiento de la imagen o los agujeros que dejan los insectos. Por eso, las medidas de prevención son priorizadas antes que una intervención directa en el bien: “resulta más eficiente bloquear las causas del deterioro que tratar los soportes cuando ya presentan síntomas”, agrega la especialista, para quien la relación médico-paciente grafica con cercanía el trabajo de los conservadores sobre los documentos.

La conservación de fotografías requiere de conocimientos especializados en la materia.

Para este 2024, la Fototeca y Mediateca de Prolima organizó sus objetivos en base a cuatro ejes de trabajo: i) preservación; ii) conservación y restauración; iii) mantenimiento de colecciones externas puestas en valor; y iv) apoyo en conservación para convenios institucionales. Los dos primeros van a priorizar la creación de documentos guía, como protocolos de conservación y manejo de colecciones para preservarlas de cara al futuro. Los dos ejes restantes buscan dar asesoría en conservación y restauración para instituciones adscritas al plan de puesta en valor del Centro Histórico de Lima.

 

A la fecha, el equipo ha catalogado 17 mil unidades documentales.

Todo este trabajo se planifica bajo el amparo de una premisa: facilitar el acceso a la información del público general y especializado. Es por eso que se viene desarrollando un proyecto de digitalización para filmes con temática del Centro Histórico, de la mano con colectivos e instituciones culturales que custodian archivos audiovisuales. Después de todo, “una persona puede no saber leer o escribir, pero puede entender lo que ve en una fotografía o una película. Esto confiere a los documentos visuales de una gran importancia en cuanto a la democratización y el acceso a la información”, reflexiona Slater.

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