La primera reina de belleza de Nicaragua se convierte en símbolo político de resistencia ante la represión del gobierno de Daniel Ortega
Por: Redacción COSAS
A tan solo unos meses de haber sido coronada como Miss Universo, Sheynnis Palacios se convirtió en un símbolo de la resistencia política en Nicaragua. La joven, que en 2023 alcanzó un logro histórico al ser la primera nicaragüense en ganar la prestigiosa corona, no puede regresar a su país. La situación política en Nicaragua, bajo el gobierno de Daniel Ortega, forzó a Palacios a mantenerse en el extranjero, convirtiendo su triunfo en un complejo desafío político.
El éxodo forzado de una Miss Universo
El contexto político en Nicaragua complicó el regreso de Sheynnis Palacios a su país natal. Durante las protestas antigubernamentales de 2018, tanto Palacios como Karen Celebertti, directora de la franquicia de Miss Nicaragua, participaron activamente en las manifestaciones contra el régimen de Ortega, lo que fue interpretado por el gobierno como un desafío. Como consecuencia, Palacios no solo se convirtió en una figura de orgullo para muchos nicaragüenses, sino también en un símbolo de la resistencia contra el autoritarismo del presidente Ortega.
“Es para mi país”, dijo Palacios a la diseñadora de ropa Ksenia Konovalova en una reciente entrevista, mientras le pedía que cosiera una chaqueta con un boceto del ratón que su difunto bisabuelo le había dibujado, en referencia a una tradición familiar. Durante esa conversación, la diseñadora le preguntó si todavía vivía en Nicaragua, a lo que Palacios respondió, con una pausa cargada de significado, que residía en Nueva York, cumpliendo con sus compromisos como Miss Universo. La respuesta fue una evasión tácita de la realidad: Palacios, efectivamente, no podía regresar a su país.
La represión en Nicaragua es tal que hasta los familiares de Palacios tuvieron que abandonar el país. Su abuela y su hermano menor, por ejemplo, se marcharon a Estados Unidos en abril tras obtener libertad condicional humanitaria. Sin embargo, Palacios insiste en que no está exiliada. “Mi país no me ha cerrado las puertas, ni he recibido ningún tipo de documentación o información o correo electrónico donde me digan que no soy bienvenida”, afirmó en una entrevista reciente.
Un regreso incierto
Aunque mantiene una agenda de viajes internacionales como parte de sus responsabilidades de Miss Universo, Palacios expresó en diversas ocasiones su deseo de regresar a Nicaragua. «Por supuesto que tengo planes de regresar a Nicaragua», comentó, añadiendo que espera poder disfrutar de las playas y la biodiversidad del país, y pasar tiempo con su gente. «Me llena de mucha emoción, felicidad, orgullo ver a los nicaragüenses en todo el mundo triunfando, siguiendo sus sueños», agregó, destacando su conexión emocional con su tierra natal.
No obstante, su regreso aún no tiene una fecha definida. El hecho de que se haya convertido en una figura emblemática para la oposición nicaragüense y un símbolo de lucha frente a la represión política complica la situación. La reciente declaración de Anne Jakrajutatip, copropietaria de la Organización Miss Universo, en la que calificó a Palacios como una persona en “exilio indefinido”, fue eliminada poco después de su publicación, pero dejó clara la tensión política que rodea a la reina de belleza.
A pesar de las dificultades, Palacios reiteró que no teme regresar, ya que su compromiso con Nicaragua no está vinculado a una postura política específica. “He representado a Nicaragua con mucho orgullo y honor. No represento ninguna bandera política”, dijo, reafirmando su lealtad a su país, independientemente de las circunstancias políticas actuales.
La represión en Nicaragua: un contexto de miedo y huida
La situación en Nicaragua es cada vez más sombría. Desde las protestas de 2018, las autoridades de Ortega han intensificado la represión contra la oposición política. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos estima que más de 2,000 personas han sido detenidas arbitrariamente desde ese entonces, y cerca de 350,000 nicaragüenses han solicitado asilo en otros países, según datos de la ONU. La represión alcazó a líderes religiosos, artistas y opositores, mientras que el gobierno ha despojado de su ciudadanía a numerosos detractores.
El gobierno de Ortega no ha dirigido ataques directos contra Palacios, pero la vicepresidenta Rosario Murillo, a través de un comunicado ambiguo, hizo referencia a una “grosera explotación” de la victoria de Miss Universo y calificó el apoyo internacional a Palacios como un “golpe destructivo” para el régimen. Este tipo de acusaciones forman parte del contexto en el que Palacios no puede regresar a su hogar sin enfrentar riesgos tanto personales como para sus seres queridos.
La historia detrás de la victoria
Sheynnis Palacios, nacida en Managua, siempre soñó con representar a su país en el mundo de la belleza. A los 16 años, ganó su primer certamen de belleza, Miss Teen Nicaragua, lo que marcó el inicio de una carrera que la llevó a obtener la corona de Miss Nicaragua en 2023. A raíz de esta victoria, fue elegida para competir en Miss Universo, donde alcanzó la gloria, convirtiéndose en la primera nicaragüense en lograr este título.
Sin embargo, en lugar de ser recibida con celebraciones, como suele ocurrir con otros ganadores de Miss Universo, Palacios se encontró con un panorama político tenso en Nicaragua. En los días posteriores a su coronación, el gobierno de Ortega cambió su actitud hacia ella y la directora del certamen Miss Nicaragua, Karen Celebertti, quien había sido una de sus principales impulsoras. Tras su victoria, las autoridades nicaragüenses comenzaron a perseguir a los allegados de Celebertti, incluyendo el arresto de su familia.
Hoy, Sheynnis Palacios vive en Nueva York, donde continúa con sus responsabilidades como Miss Universo, pero siempre con el recuerdo de Nicaragua presente. En su apartamento cuelga una bandera nicaragüense, y durante las festividades, como la Navidad pasada, preparó tamales tradicionales con su madre, quien también se trasladó a los Estados Unidos en 2022.
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«Me ha hecho crecer como mujer. Me ha hecho ver oportunidades diferentes que no sabía que podían presentarse», dijo Palacios sobre su experiencia como Miss Universo, mientras se prepara para culminar su reinado y seguir adelante con sus planes, siempre con la mirada puesta en su país natal, aunque su regreso sea incierto.
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