Después de cuatro años, el 21 de febrero regresa, en su edición XXIV, el evento que reúne diversas piezas del arte tradicional peruano, que se realizará en el Balneario de Asia

Por: Redacción COSAS

Esta edición promete ser una de las más destacadas, con una curaduría especial centrada en las riquezas del arte peruano, incluyendo una mezcla de piezas contemporáneas y tradicionales. El evento, que se llevará a cabo el 21 de febrero en la Playa Golf, contará con lotes en cerámica, grabado en madera, cestería, textil y pintura.

La tradicional Subasta de verano del Museo de Arte de Lima (MALI) regresa después de cuatro años de ausencia, una pausa ocasionada por la pandemia del Covid-19. Jarrón de Tater Vera con puja inicial de S/ 10.000.

Esta es una nueva oportunidad para poder exhibir y valorar nuestro arte. Además de ser una ventana para ofertar las piezas, es una gran oportunidad para conocer más de ellas. “Lo que buscamos desde la subasta es dar a promocionar estos trabajos y a los artistas, que son fantásticos, y que a veces es difícil que la población se pueda acercar a ellos”, nos cuenta Talía Durand Neuhaus, presidenta del comité de la Subasta del MALI.

El MALI cumple una función educativa y de difusión para quienes desean conocer más sobre la rica tradición artística del Perú. Obra de Jorge Vinatea Reinoso, valorizada en una puja inicial de $25,000.

La subasta cuenta con piezas con precios desde los S/ 120, con el fin de motivar al público a iniciarse como coleccionistas. Gonzalo Li, miembro del comité, comentó que “uno de los roles importantes es fomentar el coleccionismo”. También explicó que la preselección de las obras ha sido «muy cuidadosa» y el proceso involucra a varios expertos para asegurar una selección de altísima calidad.

El caballito, de unos 90 cm. alto y un precio inicial de S/ 2800, es una obra que fue descrita por Talía como «extraordinaria».

Desde la mirada como urbanista y arquitecto, Li añadió que otro rol que cumple la subasta, que es brindar el conocimiento para ubicar piezas de arte tradicional en espacios contemporáneos, «porque muchas veces uno ve una pieza muy linda, pero se pregunta ‘cómo lo uso’ o ‘dónde lo pongo’; en ese aspecto, la subasta también es una gran experiencia educativa”.

Un lote completo de cuadros tiene el valor inicial de $ 35,500, con nombres de artistas como José Sabogal, Julia Codesido y Ricardo Grau.

Armando Andrade, experto y miembro del comité, destacó que «hay muchas piezas que pueden irse más arriba de los precios con los que inicia la puja», mencionando particularmente los cuadros de Ricardo Grau. Además, mencionó que cuentan con retablos del difunto maestro Joaquín López Antay, cuyos trabajos «son cada día más difíciles de conseguir».

«Me encantaría, por ejemplo, que los retablos marcaran un nuevo récord», expresó, emocionado, Armando Andrade acerca de las ventas de la próxima subasta.

Una de las piezas más anticipadas es un caballito de cerámica del maestro Artemio Poma. Soledad Mujica, curadora de la subasta, experta y promotora del arte peruano, elogió el enfoque del maestro Poma, destacando que en sus piezas «une la tradición aprendida de sus ancestros y a la vez el toque contemporáneo», lo que les da una «modernidad interesante«.

La Subasta del MALI busca mostrar el arte tradicional en su forma más pura y ofrecer una plataforma para su apreciación y adquisición. Pintura de José Sabogal, en costo inicial de $4000.

Además, el evento será transmitido online a nivel internacional, incluyendo ciudades como Madrid, Londres, y ahora también, Miami y Nueva York, lo que demuestra el creciente interés por el arte peruano a nivel global. Armando resaltó este fuerte componente internacional de la subasta, mencionando que «el 30% de la subasta, hoy en día, es internacional». Esto contribuye a que las pujas se intensifiquen y se eleven.

Olinda Silvano

La artista peruana Olinda Silvano celebrando la venta de su obra en la Subasta del MALI 2024.

La subasta será abierta al público con un registro previo, y todos los interesados podrán participar o seguirla en la transmisión virtual. «Todos estamos invitados a participar o seguirlo online«, invita Talía.

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