Del glamour de St. Moritz a la calma rústica de Baviera, estos retiros de montaña ofrecen el escenario perfecto para un verano de naturaleza, descanso y sofisticación.

Por Mery Jiménez

El verano en Europa ha llegado con una invitación a vivir experiencias únicas lejos del bullicio de la ciudad, sin perder el estilo y el glamour. Por eso, existen espacios que parecen reservados para la temporada de invierno, pero que en realidad resultan una excelente opción para disfrutar en los días más soleados reconectando con la naturaleza y la calma.

Rosewood Schloss Fuschl, Salzburgo, Austria

Rosewood Schloss Fuschl

El Schloss Fuschl combina siglos de historia con un enfoque contemporáneo del bienestar.

A orillas del centelleante Fuschlsee, Schloss Fuschl parece sacado de un cuento de hadas. Construido en 1461 como pabellón de caza para los Príncipes-Arzobispos de Salzburgo, fue escenario de las célebres películas de Isabel de Baviera y hoy alberga un museo dedicado a la icónica emperatriz.

Como hotel, deslumbra por su elegancia serena, y especialmente por su spa Asaya, profundamente enraizado en las tradiciones del bienestar austriaco: masajes con hierbas locales, largas sesiones en sauna y vapor, y tratamientos faciales firmados por Barbara Sturm. Las suites tienen camas enormes con vista al lago y baños amplios y suntuosos; algunas también cuentan con balcones privados ideales. Tras nadar en las aguas zafiro del lago o perderse en el bosque, no hay nada como regresar al castillo para una cena de schnitzel perfectamente crujiente.

The Alpina, Gstaad, Suiza

Caminatas con vista a los Alpes berneses, tardes junto a la piscina y cenas memorables en Monti.

Al pensar en Gstaad, ubicado en Saanenland, solo se puede traer a la mente es fascinante escenario que nos deja ver con su manto invernal, pero cuando la nieve se derrite, este punto, con los Alpes berneses de fondo, se transforma en un paisaje que da paso a la calma y la elegancia. En lo alto de la montaña se levanta The Alpina, un espacio que apuesta por el lujo y ofrece todo lo relacionado a la experiencia de la “Dolce Vita Alpina”.

Desde sesiones de caminata con vistas espectaculares, picnics a la luz del día e incluso celebraciones silvestres en los bosques cercanos, todo está cuidado hasta el último detalle. Y, por supuesto, no se puede dejar de mencionar las espectaculares cenas con risotto, carnes a la parrilla y una inolvidable selección de queso suizo del restaurante Monti.

Stubn, Baviera, Alemania

Diseño cálido, descanso profundo y cocina impecable en medio de los Alpes bávaros.

En el sur de Alemania, los lagos glaciares turquesa de los Alpes bávaros son sumamente codiciados por los viajeros más sofisticados. Allí se encuentra Stubn, que reinterpreta la clásica cabaña de senderismo con una propuesta de lujo sobrio y rústico a la vez. Tiene once habitaciones donde el minimalismo se combina con diseño inteligente: camas amplias como eje central para un descanso profundo tras un día de senderismo, silencio absoluto y una calidez envolvente.

El restaurante, dirigido por el reconocido chef Markus Erbach, ofrece una cocina deliciosa en un entorno acogedor. Y en cuanto al equipaje, este no supone un problema ya que un trasbordador se encargará de él, aunque los visitantes sí que deberán experimentar una sesión de senderismo para acceder a este mágico lugar.

Kulm, St. Moritz, Suiza

Jazz, paddleboarding, spa y postales de lago en este ícono de St. Moritz desde 1856.

St. Moritz en verano es puro esplendor: el lago brilla, los prados florecen, los cowbells marcan el ritmo de la temporada y, como cada año, la ‘jet set’ regresa a su base preferida, el Kulm. Fundado en 1856, fue el primer hotel de la villa y se convirtió pronto en el refugio estival favorito de los británicos en busca de tratamientos de spa y escapadas artísticas.

Hoy en manos de la familia Niarchos, mantiene su glamour clásico. Hay un Warhol en el bar, un Basquiat en el lounge de puros, y masajes Facegym en el spa con piscinas climatizadas frente al lago. El verano trae consigo festivales de jazz, exhibiciones de autos clásicos, picnics al sol, paddleboarding, golf en el campo más alto de los Alpes y extensos senderos por recorrer.

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