Durante una videollamada de más de dos horas, el exlíder de Pink Floyd sostuvo una conversación con la esposa del golpista, quien denunció una supuesta “persecución política”. El gesto coincide con los recientes intentos de reposicionar a Castillo de cara a las elecciones de 2026.
Por Daniel Crespo Pizarro
Roger Waters, fundador de la banda Pink Floyd y activista político, ha iniciado una inesperada campaña de respaldo a Pedro Castillo. El punto de partida fue una videollamada de más de dos horas con Lilia Paredes, esposa del exmandatario, quien desde México —país que le ha brindado asilo político— aseguró que el fallido autogolpista es víctima de una persecución y no el autor de un intento de ruptura del orden democrático.
Durante la reunión, Waters escuchó atentamente los testimonios de Paredes y de los exministros Iver Maraví y Walter Ayala, además de abogados cercanos al exmandatario. En distintos pasajes, el músico mostró empatía, expresó dudas sobre el sistema judicial peruano y pidió la liberación inmediata de Castillo, aunque reconoció que no conoce los detalles del caso.
“Pedro Castillo es un hombre del pueblo. Espero que sea liberado mañana, obviamente”, dijo Waters en uno de los momentos más comentados de la videollamada. Y añadió: “Los amo a todos ustedes, gente del Perú, y amo a todas las personas en todos los países del mundo”.

El fundador de la banda británica se comprometió a ayudar con su causa, aunque admitió desconocer los detalles de la política peruana.
La intervención de Lilia Paredes buscó reforzar esa imagen. Desde su exilio, declaró que en el Perú “no hay justicia” y que su esposo “fue sacado del poder por ser un hombre del pueblo”. Afirmó que la familia mantiene una comunicación limitada con él, que el teléfono del penal estaría intervenido y que deben organizar rifas y eventos para costear su defensa legal. “Nosotros no tenemos ingresos. Nos estamos organizando como familia. Dios es nuestro sustento”, afirmó.
La aparición pública de Paredes coincide con el anuncio de la bancada “Juntos por el Perú – Voces del Pueblo”, que ha planteado recientemente una propuesta legislativa que permitiría la participación de Pedro Castillo en las elecciones generales de 2026.
En la reunión, organizada por el activista venezolano William Camacaro, también se discutieron aspectos legales del caso. Los abogados de Castillo reiteraron que la vacancia fue inconstitucional y que su detención constituye una vulneración al debido proceso. Waters, por su parte, evitó profundizar en detalles técnicos, pero se mostró abierto a seguir involucrándose. “Me alegra mucho que este enlace de Zoom funcionara para empezar”, comentó al inicio del encuentro.
Roger Waters ya había expresado su respaldo
El acercamiento de Roger Waters al caso de Pedro Castillo no comenzó con la videollamada revelada esta semana. El pasado 18 de marzo, el exintegrante de Pink Floyd publicó un video en su cuenta oficial de X donde expresó su preocupación por el expresidente peruano, a quien —según dijo— habían encarcelado “en un acto de guerra judicial”.

«Presidente Castillo, mi amigo, estoy contigo», fue el mensaje que dejó Waters en marzo de este año.
“Me llamo Roger Waters, soy un músico inglés. Estoy publicando este video porque estoy preocupado por la vida de Pedro Castillo”, señaló entonces. En el mensaje, Waters aseguró estar en contacto con los abogados del exmandatario y acusó al sistema judicial peruano de ser “racista” y de estar “controlado por la élite de Lima”.
Ese primer pronunciamiento fue seguido por un segundo mensaje en mayo, donde Waters pidió a la CELAC interceder para la restitución de Castillo. El expresidente respondió agradeciendo el gesto, y sus abogados internacionales intensificaron la estrategia de visibilidad enviando cartas a líderes de la región.
La postura de Roger Waters no es un caso aislado. El músico británico ha sido un activo defensor de causas de izquierda en América Latina durante los últimos años. En el pasado, ha expresado públicamente su respaldo a líderes como Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Nicolás Maduro en Venezuela y Gustavo Petro en Colombia. También ha criticado abiertamente el intervencionismo estadounidense, la represión policial y las desigualdades estructurales en la región.
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