Nueva encuesta revela que cada vez menos peruanos consideran al expresidente autor de un intento de golpe de Estado, aunque su intención de voto y su imagen pública continúan deteriorándose con el paso del tiempo.

Por: Redacción COSAS

A inicios del 2023, la mayoría de los peruanos consideraba a Pedro Castillo como responsable de intentar quebrar el orden constitucional con su intento de golpe de estado el 7 de diciembre. Sin embargo, una nueva encuesta de IPSOS revela que esa percepción ha decaído.

Un número significativo de ciudadanos expresa incertidumbre o escepticismo frente a la narrativa del golpe de Estado, ño que demuestra que crece el grupo que considera al expresidente como una «víctima» de presiones políticas o de un sistema que lo desbordó.

La tendencia indica un cambio paulatino en la percepción pública: crece el porcentaje de quienes lo ven como víctima de una conspiración y no como el artífice de un golpe.

Se debilita la idea del golpe

Los resultados publicados por IPSOS muestran un cambio progresivo en la interpretación ciudadana desde la salida de Pedro Castillo en diciembre del 2022. Esta lectura alternativa se vuelve cada vez más visible, aunque no necesariamente implique una reivindicación política.

A pesar del debilitamiento del relato original, el expresidente no logra convertir ese cambio en términos de respaldo popular. Su imagen permanece deteriorada y no hay señales de recuperación de su legitimidad. Más bien, el distanciamiento ciudadano parece alimentarse tanto del descrédito institucional como del escepticismo hacia su liderazgo.

Los niveles socioeconómicos C, D Y E son quienes tienen las cifras más altas respecto a considerar que Pedro Castillo fue «víctima» del Congreso.| Fuente: IPSOS/SAE, abril 2025.

Intención de voto en caída libre

En un eventual regreso electoral, Pedro Castillo no tendría posibilidades reales. Según los datos, el 44% de los encuestados afirma que no votaría por él si volviera a postular, frente a un escaso 15% que asegura que sí lo haría. Las otras variantes están indecisas a su respuesta de voto. Esta cifra, reveladora por sí sola, expresa la magnitud de su pérdida de capital político.

La percepción pública sobre su figura sigue siendo desfavorable, incluso entre quienes ya no lo ven como autogolpista. Aunque el relato del golpe pierde firmeza, esto no se traduce en respaldo político ni electoral. Castillo sigue siendo percibido como una figura cuestionada, incapaz de reconstruir una base de apoyo sólida.

Fuente: IPSOS/SAE, abril 2025.

En el voto en el extranjero, las tendencias también lo desfavorecen. Aunque Castillo obtuvo un porcentaje relevante de apoyo en la segunda vuelta del 2021, con un 33.81%, hoy ese respaldo parece desvanecido. Los peruanos en el extranjero mantienen posturas críticas hacia su gestión y no muestran disposición a reevaluarlo favorablemente.

Fuente: IPSOS/SAE, abril 2025.

Por último, el modo en que la ciudadanía se informa explica parte de estas percepciones cambiantes. Mientras la televisión sigue siendo la fuente principal para la mayoría, los jóvenes recurren más a redes sociales, donde proliferan discursos alternativos que van desde el rechazo frontal hasta versiones que lo absuelven de culpa. Este entorno fragmentado alimenta la ambigüedad.

Fuente: IPSOS/SAE, abril 2025.

Cómo decide y piensa el votante en Perú

En el escenario político peruano, la mayoría de los ciudadanos decide su voto días antes de la elección. Según IPSOS, solo una minoría lo tiene claro con anticipación, mientras que un gran segmento espera hasta las últimas semanas para definir su preferencia electoral. Este patrón refleja una relación débil con los partidos y alta volatilidad política, donde muchas decisiones se toman en función del clima mediático de último momento.

Fuente: IPSOS/SAE, abril 2025.

El modo en que se informan los votantes peruanos varía notablemente por edad. Los mayores de 40 años siguen confiando en la televisión como principal fuente de noticias políticas, mientras que los jóvenes optan por plataformas digitales como TikTok, YouTube e Instagram. Esta segmentación genera burbujas informativas, donde cada grupo recibe discursos y narrativas distintas.

Fuente: IPSOS/SAE, abril 2025.

En cuanto a su visión económica, más del 50% de peruanos apoya que el Estado tenga empresas propias que compitan en el mercado. Solo un tercio se inclina por una promoción empresarial privada sin intervención pública. Este dato refuerza la percepción de que la ciudadanía valora el rol activo del Estado en la economía, incluso en contextos de desconfianza institucional.

Fuente: IPSOS/SAE, abril 2025.

Débil respuesta institucional

Pedro Castillo vive un fenómeno político inusual: mientras su respaldo cae, también se erosiona la certeza de que haya dado un golpe de Estado. Este deslizamiento discursivo refleja una transformación en la percepción ciudadana y la fragilidad de las verdades políticas en contextos de alta polarización. El debilitamiento del rechazo al autogolpe también evidencia la falta de una narrativa firme por parte del Estado.

IPSOS muestra que esta reinterpretación es más fuerte fuera de Lima, donde el descontento con el sistema se traduce en respaldo emocional a quien es visto como “el presidente del pueblo”. Sin embargo, esa simpatía no cambia los hechos: Castillo intentó cerrar un Congreso, intervenir el Poder Judicial y gobernar por decreto, todo en cadena nacional.

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