Desde su rol como millonaria caída en desgracia en “Los Vílchez” hasta su debut en la televisión española con “¿A qué estás esperando?”, Micaela Belmont avanza en su apuesta por una carrera internacional. Conversamos con ella a puertas de su matrimonio, y comparte reflexiones sobre cine peruano, cultura y detalles de su vida marcada por el legado de su madre, la exministra de Cultura Diana Álvarez-Calderón.

Por: Diego Ochoa Acosta

En poco tiempo, Micaela Belmont  ha logrado transitar con fluidez entre la televisión, el teatro, el cine independiente y las producciones internacionales. Aunque muchos la recuerdan como ‘Uchi’, la joven hija de una familia adinerada venida a menos en la serie “Los Vílchez”, su vocación actoral se despertó mucho antes. Estudió en el colegio San Silvestre, y fue allí, sobre un escenario escolar, donde tuvo una revelación: “Una vez que pisé el escenario, me enamoré de contar historias y de la posibilidad de interpretar todo tipo de personajes”, recuerda.

Formada en tres continentes, Micaela Belmont apuesta por una carrera internacional con raíces muy peruanas.

Criada en un entorno que fomentaba el pensamiento crítico y el amor por el arte –su madre, Diana Álvarez-Calderón, fue ministra de Cultura durante el gobierno de Ollanta Humala–, Micaela creció entre libros, museos y largas conversaciones sobre el Perú. Y pese a que ningún miembro de su familia había transitado por la actuación, asegura que sus padres le otorgaron “mucho apoyo a lo largo de su camino profesional”.

A lo largo de los años, ha reforzado esa vocación. Estudió Literatura en la PUCP, Actuación con Roberto Ángeles en Lima, se formó en la New York Film Academy y luego en Madrid con Claudio Tolcachir. También ha llevado una maestría en Guion y un taller de Showrunner en la Escuela de Cine de Madrid. “En estos años, los valores que mi familia me ha brindado, como el respeto por los demás, la honestidad y la búsqueda por la excelencia, fueron los tres pilares sólidos que me han permitido tener claridad como persona y en mi carrera”. 

A pesar de haberse formado en tres continentes, Micaela mantiene un marcado interés por las políticas culturales del país, así como por temas de patrimonio, turismo y economía. Está convencida de que su trabajo como actriz también puede dialogar con esos asuntos. Pronto se casará en España, y espera, eventualmente, convertirse en madre.

Su participación en “Los Vílchez” la hizo conocida a nivel nacional, pero su búsqueda actoral va mucho más allá.

¿Te preocupa que el compromiso o el matrimonio afecten tu carrera como actriz?

Creo que cuando uno es claro en cuanto a lo que quiere para su carrera y su familia, y lo comunica antes de tomar una decisión como esa, se establece una base que, lejos de ser un obstáculo, es más bien un gran apoyo para crecer profesionalmente con más fuerza. Así que, en realidad, no. 

«La actuación me ha enseñado a vivir. Para mí, es una profesión profundamente espiritual, que te invita de forma constante a habitar el presente».

¿Y cómo manejas la exposición pública?

Cuando he tenido la suerte de recibir el cariño del público, ya sea a la salida de una función de teatro o porque alguien, que me ha visto en la televisión, me ha reconocido, ese contacto me ha llenado de alegría. Quizá la contraparte que me podría preocupar sería la crítica a la que uno puede estar expuesto mediáticamente. Por el momento, agradezco que no me ha tocado vivirla, y soy consciente del riesgo que significa. 

¿Has pensado en ser madre? ¿Qué reflexiones tienes hoy sobre la maternidad?

Sí. Creo que la maternidad es una decisión muy personal, que sin duda te cambia la vida, pero que es maravillosa. 

¿Qué te ha enseñado la actuación sobre ti misma?

Podría hacer una lista infinita. Me ha enseñado cosas tan concretas como conocer bien mi cuerpo y mi voz, que son las herramientas con las que trabajo. Pero, sobre todo, me ha enseñado a vivir. Para mí, la actuación es una profesión profundamente espiritual, que te invita de forma constante a habitar el presente, desde lo incierta que es hasta la atención con la que uno debe escuchar al otro en escena. No solo se trata de comprender lo que dice el otro, sino también lo que transmite su cuerpo y su energía, para que así tus reacciones surjan siempre desde la verdad. 

Pese a provenir de un entorno más privado, te lanzaste a hacer novelas populares como “Los Vílchez”. ¿Eras consumidora de series y telenovelas en señal abierta? 

De chica veía telenovelas, así que no era un registro desconocido para mí. Ahora el contenido audiovisual que suelo ver son películas y series. Entre mis películas favoritas están: “Leyendas de pasión”, “Interstellar”, “Persona”, “Los puentes de Madison”, entre muchas otras. Una serie que me fascinó fue la primera temporada de “True Detective”, y recientemente me conmovió mucho “Adolescence”.

«Películas como ‘La teta asustada’, ‘Retablo’ y ‘Yana Wara’, entre otras, demuestran que al cine peruano no le falta talento: lo que necesita es mayor apoyo estructural para que pueda desarrollarse plenamente».

 ¿Cómo fue ganarte el cariño del público y pasar a ser reconocida en la calle por “Los Vílchez”? 

Fue una experiencia maravillosa, por la que siempre estaré agradecida. “Los Vílchez” fue de mis primeros trabajos profesionales, y tuvo un alcance muy grande en el país. Fue muy reconfortante ver que el público apreciaba mi trabajo y que lo recibía con tanto cariño; me dio mucha confianza. 

En “¿A qué estás esperando?”, Micaela debutó en la ficción española junto a Rubén Cortada.

Entre el arte y la realidad

La reciente participación de Micaela en la serie española “¿A qué estás esperando?”, junto al actor cubano Rubén Cortada, ha marcado un punto de inflexión en su carrera. Se está entrenando en acento neutro para ampliar su rango en castings internacionales, y ha iniciado un proceso constante de exploración profesional que incluye guion, producción y dirección. Aunque aún mantiene un perfil reservado, la exposición no le incomoda siempre que esté vinculada a “proyectos con propósito”.

¿Cómo viviste esta experiencia grabando una serie española?

El año pasado tuve la oportunidad de participar en esta producción para Atresplayer, y viví la experiencia con mucha ilusión. Creo que, para todo el que empieza a trabajar fuera de su país, cada oportunidad que se abre es una conquista que da satisfacción y te impulsa a crecer en el plano personal. Desde entonces, y gracias a la representación de Alma Management, he estado haciendo castings en España para producciones de distintos países. Ese proceso me ha permitido ganar seguridad y más herramientas para enfrentar audiciones exigentes. Creo que cada casting, con todo lo que implica a nivel de preparación, te entrena para futuros proyectos. Además, he podido conocer mejor cómo funciona una industria como la española, que está muy consolidada y aún sigue creciendo. 

¿Qué opinas del tipo de cine que se está haciendo hoy en el Perú? ¿Qué lugar ocupan actrices como tú dentro de esa producción nacional?

Creo que a nivel creativo y productivo está atravesando un momento muy interesante. Cada año se producen más películas, con propuestas muy diferentes, con una mejor calidad en la producción y un creciente profesionalismo en todos los rubros. Películas como “La teta asustada”, “Retablo” y “Yana Wara”, entre otras, demuestran que al cine peruano no le falta talento: lo que necesita es mayor apoyo estructural para que pueda desarrollarse plenamente. Creo que cada actor aporta algo único. Yo espero poder aportar mi sensibilidad. 

¿Sientes que la Ley de Cine ha traído avances reales para la industria?

Creo que el apoyo económico que ha brindado el Ministerio de Cultura en los últimos años ha sido fundamental para el desarrollo del cine peruano. Ha permitido que el cine regional despliegue el inmenso talento que tiene, que se cuenten historias valiosas, con una mirada propia y de una belleza estética muy potente. Sin embargo, es preocupante que con la Ley de Cine actual se limite el porcentaje que el Estado puede financiar de una película. En una industria que aún está en proceso de consolidación, este tipo de medidas suponen un obstáculo serio para los realizadores, sobre todo para proyectos independientes o regionales que no cuenten con los recursos para completar la parte restante del presupuesto. En ese sentido, nos arriesgamos a excluir voces relevantes y a restringir la diversidad de miradas. También es alarmante que se introduzcan mecanismos de censura, que van en contra de la libertad creativa y del espíritu mismo del arte.

Micaela transita con naturalidad entre el arte y la crítica cultural, sin perder de vista el país del que proviene.

 ¿Y qué opinas de la reciente reforma de la Ley del Artista?

Considero que es indignante que hayan querido quitar el apartado sobre propiedad intelectual de la Ley del Artista, porque viola el legítimo derecho que tenemos los artistas a percibir los ingresos que nos corresponden cuando uno de los contenidos audiovisuales en los que hemos podido participar es retransmitido. Así funciona en todo el mundo. Quitarlo no solo no tiene ningún sentido, sino que es debilitar la posición de los artistas, cuando lo que se debería buscar es fortalecerla.  

«En Perú el gobierno brilla por su impopularidad y ausencia, y el Legislativo prioriza sus intereses por encima del bienestar de la ciudadanía. Será necesario un cambio profundo para salir de la crisis». 

Pasadas las Fiestas Patrias: ¿cómo ves el país hoy? 

Fiestas Patrias siempre ha sido una fecha que vivo con alegría, ligada a la música y a la comida criolla. Sin embargo, este año también la vivo con preocupación, porque el Perú está atravesando un momento complicado, en el cual la violencia escala exponencialmente, el gobierno brilla por su impopularidad y ausencia, y el Legislativo prioriza sus intereses por encima del bienestar de la ciudadanía. Será necesario un cambio profundo para salir de la crisis. 

¿Qué rol crees que debería tener la cultura en la vida pública del país? ¿Sientes que en el Perú se le está dando el lugar que merece?

Creo que es fundamental que la cultura esté más presente en la vida pública, ya que es lo que nos une, lo que nos hace valorar nuestras tradiciones, lo que permite que nos miremos como sociedad y abre el camino al diálogo y a la evolución. 

Micaela, ¿has visto que algunos países, como Canadá, han calificado a Machu Picchu como un destino riesgoso? ¿Qué opinas de que se esté viendo así a un lugar tan importante para el Perú?

Es una pena y nos afecta como país. El Perú venía ganando reconocimiento como destino turístico por su riqueza cultural, natural y gastronómica. Que todo ese esfuerzo se vea opacado por la corrupción y la inacción frente a la criminalidad es frustrante. Nuestro país merece estar a la altura de su historia.

¿Qué opinas sobre la nueva temporada lírica en el Perú? ¿Te interesa? ¿Has asistido últimamente al teatro en el Perú?

No he tenido la oportunidad de asistir últimamente porque he estado en España, pero pronto iré a ver “Retablo Sinfónico” en el Gran Teatro Nacional. Me parece un espectáculo impresionante, que nos permite gozar de nuestras danzas tradicionales. 

¿Has visitado la Feria del Libro anteriormente? ¿Qué autores peruanos o extranjeros te interesan? ¿Qué estás leyendo actualmente?

Por supuesto. Es un espacio del que disfruto mucho; es un lujo tener a tantas editoriales reunidas y poder asistir a conversatorios y presentaciones de libros tan estimulantes. Hay muchos autores peruanos y extranjeros que me interesan. Entre los peruanos: Mario Vargas Llosa, Blanca Varela, César Vallejo y José Watanabe, entre otros. Y extranjeros: Borges, Stendhal, Yourcenar, Joyce, García Márquez, los clásicos, en general. En este momento estoy leyendo “Otra vuelta de tuerca”, de Henry James.

Micaela Belmond viste diseños exclusivos de Ana G y piezas selectas de Malva.
Dirección Creativa y Producción: Adriana Hidalgo Alva
Fotografía: Midchel Meza
Asistencia de Fotografía: Sebastián Chacón
Realización Audiovisual: Patio Av.
Encargados: Andrés Cárdenas, Andrés Rodríguez Velit y Sebastián Gaspar
Asistencia de Arte: Camila Miyauchi y Roma Corrales
Maquillaje: Adrián Rey
Pelo: Ligia Flores
Agradecimientos: Pinacoteca Municipal. Ignacio Merino,
José Alberto Christiansen Chu.

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