Después de más de tres siglos de historia, el convento de las Carmelitas Descalzas inaugura un espacio museográfico que revela piezas coloniales nunca antes expuestas.
Por: María Jesús Sarca Antonio
El Monasterio de Santa Teresa de Ayacucho abrió por primera vez sus puertas al público con la inauguración de un museo que exhibe 1,500 piezas virreinales. Tras más de tres siglos siendo un claustro cerrado, el recinto se convierte en un espacio cultural gracias al trabajo conjunto del convento de Carmelitas Descalzas, la Embajada de Estados Unidos y la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC).

Joan Perkins, encargada de negocios de la embajada de EE. UU.; madre Carmen Rosa, representante de la comunidad del Monasterio de Santa Teresa y Juan Carlos Arango, alcalde de Huamanga, estuvieron presentes en la inauguración.
La comunidad religiosa, junto a un equipo de investigadores de UTEC, consolidó la iniciativa tras años de gestiones y análisis técnico. Ignacio Montero Dasso, director de investigación de la universidad, destacó: “Por primera vez, en más de tres siglos, abre sus puertas al mundo”. El espacio permitirá al visitante recorrer ambientes coloniales y conocer piezas artísticas resguardadas desde el siglo XVII.
La madre Carmen Rosa, representante de las Carmelitas Descalzas, subrayó el compromiso de la orden con la custodia de este legado: “Siempre hemos sido las guardias de este tesoro que nos dejaron nuestras madres predecesoras y sentimos una enorme responsabilidad de cuidarlos, pero nos hacía falta herramientas”.

Por más de tres años, el Monasterio de Santa Teresa (fundado en 1683) fue un claustro cerrado.
El rector de UTEC, Javier Bustamante, resaltó la dimensión académica y social del proyecto: “El proyecto del Monasterio de Santa Teresa representa con claridad la manera en que desde UTEC concebimos el conocimiento y la tecnología como herramientas a favor del país».
Y agregó: «Con este proyecto hemos mostrado que se puede conectar ciencia, patrimonio y comunidad para rescatar y compartir historias que han permanecido durante siglos. Nos enorgullece haber contribuido con una propuesta interdisciplinaria, rigurosa y profundamente humana que hoy se pone al servicio del Perú”.

El Museo Monasterio Santa Teresa cuenta con obras virreinales.
Conservación y tecnología
El proceso de recuperación comenzó en 2023 con un financiamiento de US$ 255,000 del Fondo del Embajador para la Preservación del Patrimonio Cultural. La inversión permitió la catalogación de más de 1,500 objetos, entre los que destacan pinturas ayacuchanas, cuzqueñas e italianas, platería mexicana, textiles asiáticos, mobiliario europeo y libros del siglo XVI.
El investigador Andrés de Leo detalló la metodología aplicada: “Para hacer posible esta catalogación, junto a distintos equipos interdisciplinarios de UTEC, empleamos tecnologías como fotografía UV, IR, recorridos virtuales, microscopía óptica y sistemas digitales de gestión de colecciones. Además, desarrollamos manuales de conservación preventiva y capacitamos a personal técnico local con apoyo de expertos internacionales, generando capacidades sostenibles en la región”.

La sala de exposición cuenta con platería en distintos objetos religiosos.
El alcalde de Huamanga, Juan Carlos Arango, señaló la relevancia de este nuevo museo para la ciudad: “Este espacio no solo preserva reliquias y obras de gran valor, sino que inspira identidad, fortalece el turismo y nos conecta con nuestras raíces”. La iniciativa coloca a Ayacucho como un referente patrimonial en el Perú, atrayendo turismo cultural y fortaleciendo la educación en torno al arte virreinal.
La inauguración fue celebrada con la presencia de autoridades locales, representantes de la academia y la diplomacia, quienes resaltaron el valor de articular ciencia, comunidad y espiritualidad en un mismo proyecto.

La piezas son objetos y figuras ayacuchanas, cuzqueñas, europeas y asiáticas.
Cine comunitario como complemento
Además de la apertura del museo, se lanzó el Festival de Cine Comunitario, donde se presentaron cuatro cortometrajes: «Entre campanas y juicio», «La última hilera», «El novio» y «Tinku». Las producciones fueron realizadas por jóvenes, estudiantes y líderes culturales de la región.

La apertura incluye también un Festival de Cine Comunitario con cortometrajes ayacuchanos.
Las producciones, que abarcan géneros como documental, animación y ficción, surgieron de talleres de formación que incluyeron guion, dirección y edición. Las proyecciones serán en el atrio de la iglesia.
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