Si no revertimos la irresponsabilidad fiscal en las leyes del Congreso, la derecha no tendrá nada que la diferencie económicamente de la izquierda

Por: Isabel Miró Quesada*

El Consejo Fiscal ha advertido que la deuda pública podría llegar al 70% del PBI en menos de 10 años. Esos son aproximadamente S/. 35 mil millones al año por el impacto fiscal de leyes impulsadas por el actual Congreso.

Un despilfarro sinsentido que se hace desde el Congreso que manejan Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Podemos y otros partidos de derecha, en alianza con la izquierda de Perú Libre.

El cálculo considera unas 229 leyes con impacto fiscal negativo desde agosto del 2021, una cifra que triplica el promedio de los tres periodos parlamentarios previos. Ellas implican un incremento del gasto público, una reducción de los ingresos fiscales y una afectación a las finanzas subnacionales. En simple: leyes populistas hechas por un Congreso prebendario. Y clientelista.

Detalle importante: el 44% de estas leyes fueron aprobadas por insistencia. Es decir, pese a las observaciones técnicas del Poder Ejecutivo.

Al vuelo, esto confirma lo nefasto que fue el gobierno de Perú Libre en sus dos versiones. Pero también subraya el pésimo trabajo de los partidos en el Congreso, que con sus proyectos de ley no hicieron extrañar a Castillo. Y que en el 44% de los casos insistieron en aprobar estas leyes a pesar de las observaciones de Dina Boluarte.

¿Qué sentido tiene criticar las medidas económicas de la izquierda si la derecha va a cometer las mismas atrocidades como “homologar” sueldos en el Estado sin sustento técnico y exonerar de impuestos a gremios que no dan mucho trabajo pero sí hacen lobby? Ni siquiera es un tema de votos, como cree la partidocracia en el Congreso. Porque la cercanía a Boluarte les pasará la factura electoral hagan lo que hagan. Y encima, perderán el voto de la derecha si siguen por la senda prebendaria.

Si la derecha populista va a repetir las pésimas políticas públicas que la izquierda históricamente ha aplicado, terminará por perder su autoridad moral en términos económicos. Y también perderá las elecciones del 2026, porque no podrá ganarle a la izquierda en su propio juego clientelista.

(*) Editora general de la revista COSAS.

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