Modelo, madre, empresaria, influencer y conductora, Natalie Vértiz ha construido una carrera sólida y versátil. Hoy, con los pies bien puestos en la tierra, tiene claro que su gran sueño sigue en pie: subirse a una pasarela de Victoria’s Secret. Después de más de una década en medios, Natalie prioriza su bienestar, su familia y una carrera consciente.
Por: Diego Ochoa Acosta
Natalie Vértiz no es un personaje que nació de la noche a la mañana. Su rostro se hizo conocido tras ganar Miss Perú, pero su presencia mediática ha evolucionado hacia algo mucho más potente: una figura que combina autenticidad, elegancia y una claridad inusual sobre lo que quiere. En un contexto donde las redes imponen un ritmo voraz y las comparaciones son inevitables, Natalie se ha mantenido fiel a sí misma.
Hoy, en su faceta más madura, habla de sus logros con agradecimiento, reconoce su ambición con equilibrio, y no tiene reparos en decir que su sueño de ser parte de Victoria’s Secret sigue en pie. Lejos de una pose perfecta, se muestra como una mujer que duda, que se cuestiona, que prioriza su salud mental, y que entiende que el éxito no tiene sentido si no hay paz interior. Esta es una conversación que recorre su historia, pero también sus nuevas búsquedas.

Entre cámaras y cambios, Natalie Vértiz reafirma su autenticidad y mantiene vivo su sueño de llegar a Victoria’s Secret.
Una vida entre cámaras y cambios
Desde pequeña, Natalie supo que quería dedicarse al mundo del modelaje, aunque no siempre se sintió la más linda del colegio. “Mi nana me decía que iba a ser Miss Perú, y yo me reía”, cuenta. Lo cierto es que tenía una timidez que la acompañaba, incluso cuando ya estaba en televisión: “Me acuerdo que me ponían el micro y me daba vergüenza hablar”. Pero su convicción pudo más.
El salto a la fama fue rápido y abrumador. Ganó Miss Perú, entró a la televisión y, en poco tiempo, estaba viajando por el país con un fandom enorme que la aclamaba. “Estar envuelta en eso puede hacerte perder la cabeza, pero a mí no me pasó. Nunca fue algo que me cambió”. Mucho tuvo que ver su educación: su madre la crió para sentirse segura sin tener que compararse con nadie. “Nunca sentí que tenía que demostrarle nada a nadie más que a mí misma”.
Cuando Natalie apareció en la televisión peruana, rompió con el estereotipo de belleza tradicional. “Era un cuerpo más largo, más flaco, más de modelo”, recuerda. Y aunque algunos hacían comentarios sobre su delgadez (“más papa al caldo”, le decían), ella siempre prefirió enfocarse en llevar un estilo de vida saludable.
Su conexión con el público, sin embargo, no vino solo por lo físico. “Trato de ser genuina y dulce. Mi mamá siempre me enseñó a tratar a todos igual. Creo que eso se transmite”. De hecho, ese mismo enfoque lo aplica en la crianza de sus hijos: respeto, igualdad y autenticidad como valores fundamentales.

Equilibrio y propósito. Natalie prioriza su bienestar, su familia y una vida en paz consigo misma.
Sueños en marcha: Victoria’s secret y más
El gran sueño que Natalie aún guarda como meta es desfilar para Victoria’s Secret.
«Ya ha tenido primeros contactos con la marca», y aunque aún no revela detalles concretos, dice con entusiasmo que «se vienen novedades». Mientras tanto, sigue explorando otras áreas que le apasionan: la conducción, el emprendimiento, la creación de contenido y hasta una posible incursión más seria en la actuación.
¿Cómo aprendiste a no compararte con otras mujeres en este medio tan competitivo?
Mi mamá siempre me hizo sentir especial, pero en el buen sentido. Nunca sentí que tenía que demostrarle nada a nadie. Me gusta inspirarme en otras mujeres, ver sus logros, pero no me genera envidia ni ansiedad. Cada una tiene su camino.
¿Qué significa para ti el éxito hoy?
Antes era cumplir metas. Hoy tiene que ir de la mano con salud mental. Quiero seguir creciendo, pero no a cualquier costo. Necesito sentirme tranquila, disfrutar el presente, y no vivir en ese “quiero más, quiero más” que te imponen las redes.
Televisión, exposición y carrera
¿Qué significó para ti “Esto es Guerra”?
Fue una etapa de mucho aprendizaje. Le agradezco mucho al programa, pero nunca fui de las que querían robar cámara. Estaba ahí porque me hacía feliz, no porque quería ser la protagonista. Entré con muchas inseguridades, pero crecí.
¿Cómo fue pasar de una vida privada a que todo el mundo te pidiera fotos?
Un cambio gigante. De pronto la gente me reconocía en la calle. Y aunque al principio fue abrumador, siempre traté de mantenerme agradecida. Nunca quise que esa fama me cambiara.

“Nunca sentí que tenía que demostrarle nada a nadie.” Natalie comparte su historia con la misma naturalidad y seguridad que la han acompañado desde sus inicios.
¿Qué piensas del certamen Miss Perú actual?
Creo que está mucho mejor organizado que en mi época. Ahora tienen un equipo, un acompañamiento real. Yo hablé con la actual Miss Perú antes de que gane y le dije: no pongas en duda quién eres. Es un show, pero lo más importante es lo que haces después con esa plataforma.
¿Cómo haces para equilibrar tantas cosas: hijos, trabajo, viajes…?
Prioridades claras. Mis hijos son lo más importante. Me levanto temprano, organizo mi día, entreno, trabajo, pero siempre busco tiempo para ellos y para mí. El equilibrio lo lográs con disciplina y apoyo. Tengo un equipo que me respalda y eso hace toda la diferencia.
¿Qué planes tienes como empresaria?
Me interesa seguir creciendo. Tengo mis salones de belleza, mi marca Vestudio que ya es franquicia. Me gusta tener algo tangible. Las redes son un mundo incierto, pero un negocio propio te da estabilidad.
¿Y cómo te ves en unos años?
Feliz. Estable. Curiosa. Quiero seguir creciendo en redes, explorar más la actuación y desarrollar el lado empresarial. Pero sobre todo quiero estar en paz, con mis hijos bien y con una vida que me llene.
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