Hija de los reconocidos chefs peruanos Ugo y Sandra Plevisani, María conversa con COSAS sobre la creación de Mariacucina, una plataforma digital donde comparte recetas simples y saludables, tras dejar una carrera en finanzas en Estados Unidos.
Por: Alessia Carboni
Aunque creció rodeada del mundo gastronómico gracias a sus padres, María Plevisani nunca estudió cocina formalmente. De joven, optó por la carrera de Administración de Empresas y Finanzas en la Universidad de Nueva York (NYU), donde se formó en el sector financiero.
Consiguió trabajo en la prestigiosa y exigente JP Morgan, y se mantuvo en la sede de Nueva York durante tres años. Su ritmo era agotador y coincidía en jornadas de hasta 18 horas diarias. “Yo no conocía absolutamente nada de cocina. Por eso mi blog inicial se llamaba ‘The Designated Cheese Grater’, porque literalmente no cocinaba nada… hasta que sí”, explica entre risas.

Su enfoque se centra en enseñar a cocinar sin complicaciones y con intención nutritiva.
Los siguientes tres años se traslada a Los Ángeles, mientras se mantiene trabajando para la misma empresa, aunque esta vez no conocía a nadie. Entonces decidió, por fin, a cocinar para sí misma.
Llamaba a su papá para pedir instrucciones básicas, como una salsa de tomate simple, y ponía en práctica conocimientos teóricos que había absorbido en casa pero nunca aplicado.
Un amigo notó lo peculiar de su situación —venir de una familia de chefs y recién empezar— y le dijo: “Hay mucha gente como tú que le tiene miedo a cocinar. Deberías documentar tu proceso”. Así surgió el primer video —una pasta con salsa de tomate que nunca publicó—, marcando el inicio de su aventura en el contenido digital.

Tras un cambio de rumbo profesional, la creadora consolida una comunidad enfocada en hábitos sanos.
Pronto, en medio de su insatisfacción con las finanzas, Plevisani reflexionó sobre su vida. Escribió su historia: haber crecido con padres chefs, no haber cocinado nunca, pero amar la cocina y querer compartirla desde su perspectiva personal. De ahí nació Mariacucina. Publicó un artículo introductorio y su primera receta, y el proyecto despegó. “Para mí, cocinar simple y rico no tiene que ser complicado. Ese es el lema de Mariacucina en general”, afirma.
Este octubre obtuvo su certificación como Nutritional Therapy Practitioner (Nutricionista Funcional) por la Nutritional Therapy Association, institución con sede en Los Ángeles, un programa intensivo de un año que consolidó su transición profesional.

Sandra, junto a su hija, María Plevisani.
Un giro hacia la nutrición
Al inicio, Mariacucina se centraba en recetas simples que Plevisani probaba y compartía. Pero todo cambió cuando cae enferma y es diagnosticada con SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado), una condición gastrointestinal que puede causar dolor abdominal, inflamación, intolerancias alimentarias y alteraciones digestivas.
A partir de ese momento, se enfocó en aprender sobre nutrición y en realizar cambios alimentarios guiados que la ayudaron a mejorar su bienestar. “Ese proceso marcó un antes y un después para mí. Me llevó a estudiar nutrición de manera formal”, cuenta. Al ver el impacto que tuvo en su vida, tomó la decisión definitiva: “Ya no quiero seguir en finanzas; quiero dedicarme a la nutrición y ver hasta dónde llega”.

La creadora integra su formación académica con su historia personal para conectar con su audiencia.
Incorporó todo lo aprendido a Mariacucina, donde hoy las recetas y los mensajes están impregnados de su vivencia. “El poder de lo que hago está en ir más allá de la receta y mostrar el lado personal”, subraya. El SIBO fue un episodio difícil, pero también una fuente de claridad. “Después de estudiar y mejorar, entendí que muchas personas habían pasado por lo mismo y quise crear una comunidad donde se sientan comprendidas y acompañadas”.
Un podcast para sanar
Paralelamente a su certificación como nutricionista funcional, expandió su alcance con Ce real, su nuevo pódcast, cuyo nombre rinde homenaje a su amor eterno por el cereal —su comida básica cuando llegó a Estados Unidos sin saber cocinar— y juega con la idea de “ser real”.
Su equipo la animó a dar el paso: “Tienes tanto que contar que las recetas solas se quedan cortas; necesitas hablar más”. Ella, que llevaba tiempo con la idea pero no sabía cómo empezar, se lanzó justo al terminar los estudios. “El podcast me permite compartir en profundidad todo lo que he aprendido”, resume.
El objetivo de Ce real es construir la comunidad que Plevisani hubiera querido tener cuando estaba perdida y buscando respuestas. “Nos alimentamos de mucho más que comida”, insiste. Por eso invita a expertos y comparte experiencias transformadoras: en la primera temporada ya han pasado especialistas en trastornos alimenticios, en deportistas y figuras del mundo de la belleza, para ofrecer miradas diversas sobre el bienestar”.

María Plevisani junto a Camille Defago, ex columnista de la casa editorial, en entrevista para el podcast Ce real.
Para el verano, recomienda sus snacks favoritos y fáciles: dátiles abiertos, rellenos de mantequilla de almendra o maní, cubiertos de chocolate oscuro y congelados con un toque de sal; paletas caseras hechas con cualquier smoothie de fruta; y uvas congeladas, que aprovechan la calidad única de la fruta peruana y saben a dulce natural.
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