Los chifas más elegantes. Los puntos de encuentro de empresarios o familias sibaritas, esta es la oferta más exclusiva de la capital. 

Por Rodrigo Schang

Wa Lok

Clásico y emblemático, el Wa Lok aún mantiene ese posicionamiento como referente gastronómico chino-peruano para disfrutar entre la familia o amigos. Cuenta con 2 locales: el primero, en el Barrio Chino; el segundo, en Miraflores. Venden todo tipo de bocaditos, desde siu mais y bolitas de carne, hasta varios tipos de enrollados. Cabe mencionar que sus platos estrellas son las 3 presentaciones de su “taipá” y los calamares rellenos. Si bien ambos locales difieren un poco sobre lo que se ofrece en sus cartas, lo cierto es que en el local del Barrio Chino se ofrecen más opciones para menús grupales.

Titi

Con una historia de larga duración, el Titi, ha sido premiado 8 años consecutivos con el premio SUMMUM como el mejor restaurante en su categoría. Sus orígenes remontan a los años 50 en el Barrio Chino, pero es recién allá por 1992 que se establecen en el local actual. La familia Chan (que ya está en su tercera generación) se asegura de brindar una experiencia culinaria insólita. No puedes dejar de probar los langostino Kintú, una verdadera estrella de la sazón del Titi.

Madam Tusan

Si bien fue fundado hace poco más de una década por Gastón Acurio, Madam Tusan busca tener esa conexión con los grandes chifas de antaño. Moderno pero a la vez acogedor. Aquí se ofrece una carta que no solo se centra en los tradicionales platillos dignos de un chifa, sino también en usar insumos de la costa, sierra y selva. Posee una propuesta muy original y súper variada para todos los gustos. Bocadito clave: Los encamotados, que son bombones de langostinos y pollo envueltos en camote y salsa de naranja.

Shi-Nuá

“Un paso más allá del chifa”, es como lo describe la revista Sommelier. Sin duda alguna Shi-Nuá es una experiencia totalmente distinta. Desde la decoración (súper vanguardista y refinada) hasta los platos, que emplean ingredientes europeos y americanos, como también de “otras regiones del lejano oriente”, según mencionan ellos. Tiene una variedad de dim-sums enorme, donde inclusive puedes pedir un plato de degustación con 16 unidades a elección. Para picar te puedes pedir, por ejemplo, min paos de pulled pork. Indiscutiblemente tienes que probar el arroz chaufa de pato trufado.

Mi Amigo (el ‘huarique pituco’)

Si no has ido, al menos lo debes conocer por nombre. Este icónico chifa, que se remonta al año 1984, es sinónimo de experiencia y tradición de la auténtica comida cantonesa. La siempre amable atención, junto a las delicias que brinda en su carta, hacen honor a su nombre. Sin duda alguna, entre su chanchito al ajo y el kaypi (piernitas de pollo rebozadas rellenas con almendras, acompañadas de una salsa de limón con canela china) son una de las tantas razones por la cual volverás a visitarlo.

Royal

Nació en 1995, y desde entonces, ha mantenido su principal ideal: no contravenir la técnica de la cocina de China. Este lugar destaca por ser un chifa “5 tenedores”, con una exquisita decoración finamente hecha en madera, al mejor estilo mandarín. Su carta presenta platos (más de 300) que se nutren de la milenaria cocina china y son preparados para los paladares más exigentes. El pato pekinés y el tallarín Royal con fideos semi fritos son un must aquí. Como dato, ofrecen servicios de buffet

Hou Wha

Esta “casa acogedora” (significado de Hou Wha) también inició operaciones en el 1995. Fue fundado por Chan Sam y su esposa, Charito. Aquí se respira la tradición y esfuerzo de una familia que dedicó su vida a la buena cocina. Nutridos de pasión por la alta calidad, Hou Wha presenta no solo una carta envidiable, sino también un servicio de primera. El dueño afirma que tienen una sazón “más casera” que en otros restaurantes, por lo que se le considera una tradicional comida cantonesa.

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