El hijo de Carlos III acudió al tribunal para solicitar la reinstalación de su seguridad personal en el Reino Unido, un privilegio que perdió tras su retiro oficial de la familia real en 2020

Por: Redacción COSAS

El príncipe Harry regresó a Londres para asistir a un juicio sobre su derecho a recibir protección oficial. Sin previo aviso, el duque de Sussex se presentó hoy en el Palacio de Justicia para escuchar su apelación, en la que solicita que el Gobierno británico restablezca su protección personal en el Reino Unido, tras haberla perdido en 2020 al retirarse de sus funciones reales.

El príncipe Harry decidió dejar sus roles oficiales como miembro de la realeza británica, en 2020.

El juicio, que se celebra en el Tribunal de Apelación, aborda los términos bajo los cuales el Ministerio del Interior debe garantizar su resguardo, un asunto delicado que será tratado en parte a puertas cerradas, dado el carácter confidencial de los temas de seguridad.

Aunque el príncipe no explicó públicamente su presencia en el juicio, su demanda está ligada a la solicitud de que se restablezca el servicio de protección personal proporcionado por la Policía Metropolitana de Londres (MET) durante sus visitas al Reino Unido. «En virtud de haber nacido dentro de la familia real«, afirmó el duque en su apelación, sugiriendo que esa condición le otorga el derecho a recibir protección oficial, especialmente dada la exposición mediática y los riesgos asociados a su figura.

Harry, acompañado de su abogada, ocupó un asiento en la última fila de la sala 73, la cual estaba reservada para los representantes legales de las partes implicadas.

El contexto de su solicitud

Harry perdió el derecho a la protección pública tras su retiro de las funciones reales, confirmado oficialmente durante el Acuerdo Sandringham, en el que la reina Isabel II, junto a su heredero Carlos III, aprobó su salida. En ese momento, el Gobierno británico dejó claro que no estaba dispuesto a financiar su seguridad. Además, la Casa Real rechazó la propuesta de Harry y su esposa Meghan Markle de costear ellos mismos la protección a través de la MET.

Desde su mudanza a Canadá y su posterior residencia en California, el duque pasó a ser considerado un «ciudadano privado«. Esta situación generó una creciente controversia, ya que, aunque Harry ya no desempeña su rol dentro de la realeza británica, sigue siendo objeto de atención mediática constante.

La demanda de Harry pide el resguardo personal del Gobierno británico para él y su familia cuando visitan el Reino Unido.

Riesgos actuales y su alegato

El príncipe subrayó en su apelación que, a pesar de su nuevo estatus, su esposa e hijos siguen siendo un objetivo vulnerable debido a su alto perfil público. En su alegato legal, Harry expresó que los riesgos aumentaron desde su salida del Reino Unido, debido a la atención de los medios y por «capas adicionales de racismo y extremismo«, lo que según él ponen en peligro a su esposa y sus dos hijos, Archie y Lilibet.

También hizo referencia a incidentes trágicos del pasado que marcaron la historia de la familia real, especialmente la muerte de su madre, la princesa Diana, en 1997. En esa ocasión, los fotógrafos persiguieron el vehículo en el que viajaba Diana, un hecho que culminó en una tragedia.

A través de su testimonio, Harry remarcó que el riesgo en la actualidad es incluso mayor, debido a la magnitud de la exposición mediática y las amenazas que enfrentan los miembros de su familia.

El contexto familiar 

La visita del príncipe Harry a Londres coincide con la estancia del rey Carlos III en Italia, en una visita de Estado junto a la reina consorte Camilla. Sin embargo, no se espera un encuentro entre los dos hermanos, ya que el príncipe William decidió disfrutar de sus vacaciones de Pascua junto a su esposa, Kate Middleton, y sus tres hijos.

La disputa legal entre el príncipe Harry y el Gobierno británico promete prolongarse al menos hasta mañana, miércoles. La demanda del duque de Sussex sigue poniendo en evidencia las tensiones persistentes entre el hijo menor de Carlos III y la Casa Real británica.

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