Las últimas imágenes de Mario Vargas Llosa: una despedida íntima y familiar

Las últimas fotografías del Nobel de Literatura fueron publicadas por última vez hace dos semanas, mientras celebraba su cumpleaños número 89 en compañía de sus hijos.

Por Redacción COSAS

Los últimos registros de Mario Vargas Llosa lo muestran sereno, rodeado del afecto de su familia y conectado con los espacios que marcaron su vida y su obra. El escritor peruano cumplió 89 años el pasado 28 de marzo y celebró esa fecha en una reunión íntima junto a sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana, su exesposa Patricia Llosa y algunos amigos cercanos.

Las imágenes fueron difundidas por su hijo Álvaro a través de sus redes sociales, donde compartió un emotivo mensaje: “89 años. Cuántas vidas en una. ¡Feliz cumple, Varguitas!”.

Mario Vargas Llosa Junto a sus hijos, Morgana, Álvaro y Gonzalo.

El Nobel de Literatura pasó su último cumpleaños con sus hijos y Patricia.

Días antes, Vargas Llosa había emprendido un recorrido por Lima junto a su hijo y su nieto Leandro. Visitaron el Colegio Militar Leoncio Prado, que inspiró la novela La ciudad y los perros; el bar La Catedral, escenario de Conversación en La Catedral; y algunos rincones del centro histórico, como la zona de Cinco Esquinas, en Barrios Altos, donde transcurre parte de Le dedico mi silencio, su última novela publicada.

Vargas Llosa con su nieto de visita a la zona de cinco esquinas en los Barrios Altos.

El escritor cumplió 89 años muy bien acompañado en una cita repleta de anécdotas, complicidad y afecto.

La primera imagen de Mario Vargas Llosa tras su regreso al Perú. Entonces cumplía 89 años.

“Con su nieto Leandro, en Cinco Esquinas en Barrios Altos (donde aparece un cadáver y viven dos protagonistas en la novela), paso por la inaccesible casa donde nació Felipe Pinglo (Le dedico mi silencio) y la Quinta Heeren (gracias, administrador, por el acceso)”, escribió Álvaro, acompañando una fotografía que retrata al escritor caminando con su nieto.

Además de las celebraciones familiares, la estadía de Mario Vargas Llosa en Lima tuvo un carácter simbólico. Fue la primera vez en varios años que el escritor permaneció tanto tiempo en el país, luego de residir largas temporadas entre Madrid y París. Durante esta visita, evitó actos públicos y mantuvo un perfil bajo, en línea con el carácter reservado que adoptó tras dejar la vida política activa y la exposición mediática.