El Tribunal Supremo británico respaldó la política que prohíbe el ingreso a prisiones de mujeres para aquellas personas trans con condenas por delitos sexuales. La decisión ha reavivado un intenso debate sobre identidad de género, derechos humanos y seguridad carcelaria. JK Rowling, una de las figuras públicas más activas en esta discusión, celebró el fallo desde sus redes sociales.
Por Redacción COSAS
El Tribunal Supremo del Reino Unido confirmó este martes la legalidad de una norma que impide que mujeres trans con condenas por delitos sexuales sean recluidas en cárceles femeninas. La medida, implementada en Escocia y cuestionada por algunos sectores, fue defendida por el gobierno escocés como una política de seguridad necesaria para proteger a las reclusas.
La sentencia responde al caso de una mujer trans condenada por violación cuando aún no había hecho su transición de género. Aunque la persona había solicitado cumplir su pena en una prisión de mujeres, las autoridades decidieron enviarla a una cárcel masculina, priorizando la seguridad de otras internas. La Corte Suprema respaldó esta decisión y la política más amplia que regula estos traslados, al considerar que no constituye discriminación por identidad de género.

La medida busca evitar que las mujeres trans cometan violencia sexual contra otras reclusas.
Una de las figuras que rápidamente reaccionó al fallo fue la escritora JK Rowling, quien desde hace años se ha convertido en una voz visible y controversial en el debate sobre las políticas de género en el Reino Unido. Desde un yate, y a través de redes sociales, Rowling celebró la sentencia como “una victoria para las mujeres vulnerables”, en alusión a los riesgos que, según su postura, representa permitir el ingreso de mujeres trans con antecedentes violentos a espacios exclusivamente femeninos.
La decisión judicial ha generado opiniones divididas. Activistas por los derechos trans denunciaron el fallo como un retroceso que refuerza estigmas y perpetúa la exclusión. Por otro lado, grupos feministas que promueven políticas de un solo sexo en espacios sensibles —como prisiones, refugios o vestuarios— lo interpretan como un paso hacia una regulación más equilibrada.

Según la legislación de Reino Unido, las mujeres trans tienen el derecho a ser reclusas en cárceles femeninas, a diferencia de otros países.
El Reino Unido, donde los debates sobre identidad de género han adquirido una gran carga política en los últimos años, se convierte así en uno de los países que establece una distinción explícita en contextos carcelarios según el tipo de delito y el historial del recluso, sin desconocer la identidad de género, pero subordinándola a criterios de seguridad.
La discusión está lejos de cerrarse. Para muchos, el reto es encontrar un punto de equilibrio entre el respeto a la identidad de las personas trans y la protección de derechos en espacios donde la convivencia requiere medidas especiales. La sentencia del Supremo abre una puerta legal, pero también una conversación que seguirá cruzando argumentos éticos, jurídicos y políticos en el Reino Unido y fuera de él.