Con la llegada al Callao del buque-escuela español que lleva su nombre, recordamos a este navegante vasco quien dio la primera vuelta al mundo, cumpliendo los sueños de su fallecido capitán y líder, Fernando de Magallanes

Por: Redacción COSAS

Este viernes 18 de abril, el puerto del Callao recibió nuevamente al imponente buque-escuela Juan Sebastián Elcano, ícono de la Armada Española. A bordo llegó Leonor de Borbón, princesa de Asturias, en una visita que evoca la memoria de un personaje esencial en la historia de la navegación.

El buque escuela San Sebastián Elcano estuvo escoltado por buques de la armada peruana.

Juan Sebastián Elcano fue un navegante que, con temple y conocimiento, completó la más ambiciosa travesía del siglo XVI: circunnavegar el planeta. Elcano fue el primero en hacerlo, luego de que Fernando de Magallanes muriera en Filipinas en 1521.

De fugitivo a héroe náutico

Nacido en Guetaria alrededor de 1487, Juan Sebastián Elcano vivió una existencia marcada por la audacia. Sirvió en campañas contra los turcos en Orán y Trípoli, y tuvo bajo su mando un navío de doscientas toneladas en la expedición del Gran Capitán a Italia. Sin embargo, las deudas lo llevaron a entregar su barco a comerciantes saboyanos, hecho considerado alta traición en Castilla. Acorralado, buscó refugio en Sevilla.

Allí, sus conocimientos náuticos lo llevaron a unirse a la expedición de Magallanes. Fue nombrado maestre de la nave Concepción. A pesar de participar en un motín —por el que Magallanes le perdonó la vida—, su experiencia resultó crucial tras la muerte del capitán portugués en Mactán. En Mindanao, asumió el mando de la Victoria y lideró el regreso a España.

López Martínez al rememorar a Juan Sebastián Elcano, afirmó con contundencia: “Su vida es una novela”.

Un viaje sin escalas

Cargada de valiosas especias desde las Islas Molucas, la Victoria zarpó el 21 de diciembre de 1521 con una orden precisa: no tocar ningún puerto. Las penurias del regreso incluyeron hambre, frío y enfermedades. De los 265 hombres que iniciaron la expedición, solo 18 regresaron. El 6 de septiembre de 1522 arribaron a Sanlúcar de Barrameda, y dos días después desembarcaron en Sevilla, donde fueron a postrarse ante la imagen de Santa María la Antigua en la Catedral.

Ante el emperador Carlos V, Elcano relató su gesta y recibió honores, incluido un escudo de armas. No obstante, enfrentó acusaciones impulsadas por el cronista Antonio Pigafetta, admirador de Magallanes. Elcano logró defenderse con firmeza y obtuvo el perdón imperial por el caso del barco entregado a los saboyanos el 13 de febrero de 1523.

El buque-escuela Juan Sebastián Elcano en el puerto del Callao.

A pesar del reconocimiento, Elcano buscaba más: pretendía el Hábito de Santiago, liderar otra expedición y asegurar el sustento de su familia. Tuvo un hijo fuera del matrimonio con María Vidaurreta en Valladolid, lo que derivó en tensiones familiares. Para protegerse, solicitó escolta armada.

Fue nombrado Piloto Mayor de la expedición de Jofre de Loayza a las Molucas en 1525. El viaje estuvo marcado por dificultades. El 30 de julio de 1526, Loayza falleció en pleno Océano Pacífico. Seis días después, Elcano murió, probablemente de tuberculosis. Ambos fueron sepultados en el mar.

El arribo del buque español en Callao fue marcado por una salva de 21 cañonazos, lanzada por el buque al aproximarse a la Escuela Naval del Perú, en la península de La Punta.

El cronista Francisco López de Gómara lo inmortalizó con estas palabras: “Los rodeos, los peligros y trabajos de Ulises fueron nada en comparación a los de Juan Sebastián; y así, él puso en sus armas el mundo por cimera y por letras ‘Primus circumdedisti me’, que conforma muy bien con lo que navegó, ya la verdad él rodeó todo el mundo”.

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