En el formulario oficial del Censo 2025, el castellano aparece recién en el punto 7 de la pregunta sobre idioma aprendido en la niñez, detrás de seis lenguas originarias y una opción abierta. Expertos alertan sobre posible sesgo en los resultados.
Por Redacción COSAS
El diseño del Censo Nacional 2025 vuelve a generar controversia. Esta vez, por el modo en que se plantea la pregunta 16, referida a los idiomas o lenguas que una persona aprendió a hablar en su niñez. En ella, el castellano —idioma más hablado en el Perú— aparece recién en la opción 7, luego de cinco lenguas indígenas específicas y una opción abierta para detallar otras.
El orden llama la atención de varios sectores, que advierten un posible sesgo metodológico. No es casual que se coloque al castellano en esa posición. En una encuesta, el orden de las alternativas puede influir en la respuesta, sobre todo si el encuestador va leyendo una por una.

La alternativa «castellano» se ubica debajo de la pregunta abierta de otros idiomas.
Además, se cuestiona que la pregunta se enfoque exclusivamente en el idioma materno y no en el idioma de uso cotidiano, lo cual podría dar lugar a interpretaciones parciales. Claramente, es una forma de inflar cifras vinculadas a lenguas originarias, que luego servirían como sustento para justificar programas o financiamiento externo.
La estructura de la pregunta —que además da prioridad a seis lenguas antes de mencionar el castellano— ha sido calificada por algunos como una forma de «contrabando ideológico», en alusión a la intención de insertar una agenda cultural a través de instrumentos oficiales de medición.
Hasta el momento, el INEI no ha emitido una explicación pública sobre el criterio utilizado para ordenar las opciones. Lo cierto es que este punto técnico, aparentemente menor, podría tener consecuencias importantes en cómo se presenta y se entiende el país lingüístico que el censo pretende retratar.