Con motivo del cambio de legislación en Suecia, reabrimos el debate sobre las fronteras entre trabajo sexual y contenido para adultos en plataformas digitales. El gobierno considera la pornografía a medida como una forma de prostitución, mientras creadoras denuncian que la norma criminaliza su única fuente de ingresos

Por: María Jesús Sarca Antonio

En Perú, la prostitución entre adultos es legal —siempre que el trabajo se realice dentro del ámbito privado, se cuente con licencia municipal y se posea un certificado de salud— aunque en la práctica la mayor parte se ejerce en el sector informal. El Código Penal Peruano, en su título IV (Delitos contra la libertad), distingue entre la prostitución permitida y el proxenetismo o rufianismo: los artículos 179 y 180 sancionan a quienes promueven, facilitan, gestionan o lucran con la prostitución ajena, con penas de 4 a 6 años de prisión

Cina Podenphant, creadora de contenido en OnlyFans, rechaza la legislación que clasifica su trabajo como una modalidad de prostitución.

Vender contenido sexual en OnlyFans desde Perú, mediante cuenta propia, no encajaría en estos delitos, ya que no involucra intermediarios ni explotación directa. Dicha actividad se desarrollaría, bajo una lectura literal, dentro de la legalidad –siempre que haya consentimiento y sea entre adultos– y no se interprete como «gestionar la prostitución ajena».

Sin embargo, existe riesgo si alguien produce contenido en condiciones de coacción, explotación o sin libre consentimiento: en esos casos se podría aplicar legislación sobre trata de personas, pornografía no consentida o transmisión de contenido sexual sin autorización, sancionados incluso con penas más severas .

Suecia: ampliando el modelo nórdico

A partir del 1 de julio de 2025, Suecia extendió su Ley del Modelo Nórdico para criminalizar la compra de contenidos sexuales personalizados o en vivo a través de plataformas como OnlyFans. La legislación castiga a los compradores (no a los creadores) con hasta un año de cárcel, y hasta cuatro si se trata de proxenetismo

El argumento oficial es que cualquier acto sexual con consentimiento modificado por pago —incluso si es remoto o virtual— se considera prostitución, y por tanto la demanda debe penalizarse para proteger posibles situaciones de explotación, tráfico y abuso infantil .

Para mujeres como Cina Podenphant y Mirka Norrstrom, esta medida representa una amenaza directa a su sustento. «OnlyFans era la única solución», explicó Mirka, madre de seis hijos. Casada con un hombre ausente y con cuatro hijos a cargo, Cina encontró en la plataforma una forma de mantener a su familia. Ambas defienden que su labor no encaja con la definición de prostitución. «No vendemos sexo», afirmó Mirka, quien lleva tres años en el sitio web. «Vendemos un sueño, una fantasía, un vídeo o una imagen. Son cosas completamente distintas».

La ley y su impacto en la economía digital del sexo

OnlyFans no ha sido prohibida, pero sí restringida. La legislación impide cualquier transacción en la que el comprador pueda influir en el contenido recibido. “No se permite comprar nada que los compradores puedan controlar”, advirtió Cina. “Se puede entrar y comprar lo que hay, material pregrabado y fotos. Se puede entrar y mirarlo”.

La ministra de Igualdad de Género, Nina Larsson, defendió la medida señalando que “la industria del sexo se estaba trasladando al mundo digital”. Desde su perspectiva, “la legislación debe seguir el mismo camino”.

Nina Larsson, ministra de igualdad de género.

Una plataforma millonaria frente a la criminalización

Fundada por el británico Tim Stokely, OnlyFans generó 1.300 millones de dólares en 2023 y transfiere el 80 % de los ingresos por suscripción a los creadores. El caso más mediático es el de Bop House, una mansión en Florida que aloja a ocho influencers que pasaron de TikTok a la pornografía por suscripción, obteniendo beneficios cercanos a 32 millones de libras anuales, según Elle.

Sin embargo, esa no es la realidad de la mayoría. Para personas como Cara (en anonimato), quien lleva más de ocho años en plataformas de streaming, la plataforma representa un trabajo. «Es mi trabajo», sentenció. «No hay vuelta de hoja». Recientemente se mudó a Dinamarca para continuar con su actividad profesional sin violar la nueva ley. «La nueva ley no tiene en cuenta en absoluto que se trata de una profesión jurídica que ha sido mi fuente de ingresos pensionables durante ocho años», reclamó. «Si fueras experta en algo y de repente alguien lo prohibiera, creo que muy poca gente lo aceptaría sin más».

Los integrantes de Bop House lograron dirigir a sus seguidores hacia sus cuentas en OnlyFans.

Censura digital y consecuencias no previstas

Desde la entrada en vigor de la legislación, OnlyFans desactivó sus servicios de chat en Suecia. «Nuestros seguidores no pueden contactarnos de ninguna manera», lamentó Mirka. «Sigue siendo muy importante poder escribir a tus seguidores y establecer algún tipo de contacto con ellos».

Las afectadas denuncian que el gobierno nunca las escuchó. «¿Cómo van a saber si se trata de un vídeo personalizado que alguien ha comprado o si en realidad es un vídeo pregrabado?», cuestionó Cina. «Ni siquiera podemos controlar los delitos en Suecia, así que no sé cómo van a resolver esto».

Para Cara, las consecuencias pueden ser mortales: “Conozco a varias personas que se han dedicado a la venta de sexo físico. Vender sexo físico es mucho más arriesgado que trabajar desde casa. Quienes solo han trabajado en línea no tienen experiencia en eso. No saben cómo hacerlo de forma segura. Morirá gente”.

Posturas opuestas y sin consenso judicial

A pesar del rechazo expresado por las creadoras, el gobierno aún no ha dialogado con ellas. Larsson aseguró que “son las autoridades policiales, la policía y el poder judicial quienes, ahora que la legislación está en vigor, desarrollarán métodos para poder aplicarla”.

Por su parte, OnlyFans indica en su sitio web: “La plataforma cumple con todas las leyes y regulaciones en las jurisdicciones en las que opera”.

Mirka concluye con una reflexión crítica sobre el efecto adverso de la ley: desde su aplicación, ha recibido propuestas de sexo presencial por redes sociales. “Es irónico, porque eso es precisamente lo que la ley quería eliminar. Mi respuesta siempre ha sido y siempre será no”.

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