El presidente ecuatoriano confirmó el traslado de 300 presos de alta peligrosidad —entre ellos el exvicepresidente Jorge Glas— a una prisión de máxima seguridad que replica el modelo salvadoreño para frenar la violencia entre bandas.

Por: Redacción Cosas

El presidente Daniel Noboa busca frenar la ola de violencia carcelaria en Ecuador siguiendo la línea del mandatario salvadoreño Nayib Bukele. Este lunes, Noboa confirmó la llegada de los primeros 300 reclusos de alta peligrosidad a una nueva prisión de máxima seguridad ubicada en un paraje aislado de la provincia costera de Santa Elena, construida con el propósito de replicar la megacárcel de El Salvador. Entre los trasladados figura el exvicepresidente correísta Jorge Glas.

El operativo se llevó a cabo apenas un día después de que 31 internos fueran asesinados durante un enfrentamiento entre bandas criminales rivales dentro de la cárcel de Machala, uno de los episodios más violentos registrados en el sistema penitenciario ecuatoriano. Aunque el Gobierno atribuyó la masacre a los movimientos de traslado, los propios prisioneros rechazaron esa versión.

Movida clave

La inauguración de esta megacárcel coincide con una semana decisiva para el gobierno de Ecuador, quien enfrenta un referéndum nacional destinado a abrir el camino hacia una Asamblea Constituyente que redacte una nueva carta magna. El proyecto incluye, además, reformas polémicas como la posibilidad de instalar bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano.

Con esta medida, el mandatario Daniel Noboa consolida su imagen de líder de mano firme en un país marcado por el control de las prisiones por parte de bandas criminales. El traslado a Santa Elena representa tanto una acción de seguridad como un gesto político: el intento de recuperar el dominio del Estado sobre un sistema carcelario desbordado por la violencia.