Creadora del proyecto familiar que consolidó la tradición culinaria chiclayana en Lima y Chiclayo, su influencia marcó la formación de Héctor Solís y el desarrollo de una propuesta basada en producto, origen y valores transmitidos desde la cocina doméstica.

Por: María Sarca

Bertha Cruz de Solís murió y su fallecimiento marcó a la gastronomía peruana. Fundadora del restaurante Fiesta junto a su esposo Alberto Solís Serrepe, fue una figura central en la construcción de la cocina norteña. Su enseñanza formó a su hijo Héctor Solís, actual responsable del negocio, y dio origen a un proyecto con presencia en Lima y Chiclayo. El chef Gastón Acurio le dedicó un mensaje público de homenaje.

Alberto Solís Serrepe y doña Bertha Cruz, fundadores del restaurante Fiesta.

“Hay vidas que no se miden por lo que acumulan, sino por lo que irradian”, escribió Gastón al despedir a Doña Bertha. En su mensaje, resaltó trayectorias silenciosas que dejan huella y afirmó que “vivir con honor —con decencia, con fe, con amor— no es un gesto grandilocuente: es una disciplina diaria”.

Gastón subrayó el impacto de esa formación en la familia Solís. “Quienes heredan esas enseñanzas no reciben un simple recuerdo, sino una responsabilidad. Un nombre que cuidar. Un ejemplo que sostener”, señaló, antes de destacar que “la familia Solís puede hacerlo con la frente en alto”, sostenida por “valores que no se negocian y que perduran más allá de la ausencia”.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Gaston Acurio (@gastonacurio)

La cocina como origen

El chef recordó que el aprendizaje de Héctor Solís nació en casa. “Fue siempre Héctor quien lo dijo, con agradecimiento y orgullo: fue su madre quien le enseñó los secretos de la buena cocina”, escribió, aludiendo a las “tradiciones culinarias chiclayanas” y a “los caminos hacia la sazón verdadera”.

De esa cocina doméstica surgieron platos que más adelante llegarían a Fiesta, cuando “todavía no era habitual que una cocina regional brillara en un barrio que miraba con mayor entusiasmo hacia lo europeo”. Según Acurio, “lo que allí se sirvió no fue solo comida: fue memoria, identidad y respeto por un origen”.

Héctor Solís, hijo de Alberto y Bertha, actual director del restaurante.

Un proyecto familiar de largo aliento

Fiesta nació en 1983, cuando Bertha Cruz y Alberto Solís apostaron por un restaurante de mantel largo que respetara los sabores del norte. Ella dirigió la cocina con una sazón heredada por generaciones. Con el tiempo, el restaurante se convirtió en una de las referencias más notables de la gastronomía peruana y en estandarte de la cocina norteña.

El proyecto sostuvo una relación directa con el productor. El arroz con pato se elabora con aves criadas por la familia Solís; el zapallo loche se cosecha en un fundo propio; el arroz corresponde a un grano lambayecano seleccionado. Ese mismo cuidado aparece en el codillo de lechón adobado con vinagre de uva, la sangrecita criolla, el cabrito lechal de Batán Grande y el Mero Murike del Pacífico.

Arroz con pato alochado.

“El legado que hoy permanece” fue definido por Gastón como “honor” y “ejemplo”. Y concluyó: “En cada gesto noble de la familia Solís, su presencia seguirá celebrando la vida. Su vida”.

Suscríbase aquí a la edición impresa y sea parte de Club COSAS.