Junto al auge de la alimentación orgánica, el rubro de los cosméticos también está virando hacia prácticas sostenibles con productos que no realizan pruebas químicas en animales. Aparte de ser una tendencia positiva para el medio ambiente, las marcas cruelty free también son un negocio con grandes cifras.

Hace unas semanas, Victoria Beckham anunció que tendrá una firma de productos cosméticos. Lo que más emocionó a sus fanáticos no solo fue que la ex Spice Girls ampliará sus negocios, sino que ella misma reveló el camino de su marca.
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“VBBeauty será cruelty free”, escribió en Instagram.

Pero Beckham no es la única celebridad con una tendencia animalista. El año pasado, Drew Barrymore lanzó la marca de maquillaje low cost Flower Beauty. En palabras de People for the Ethical Treatment of Animals, PETA, la actriz no paga publicidad para poder invertir más en el desarrollo de productos cruelty free.

Instagram: @flowerbeauty

Teniendo en cuenta que cada vez más consumidores se preocupan por la ética detrás de las marcas que utilizan, no es una sorpresa que estos cosméticos sean el último grito de la moda.

Según S Moda, la cosmética eco posee un crecimiento anual que oscila entre el 8 y el 10%. Además, en 2017, alcanzó los 12.190 millones de dólares en ganancias.
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Nada mal.

Más que un sticker

Instagram: @leapingbunnyprogram

Por más extraño que parezca, el término cruelty free no es nuevo. La primera vez que se utilizó fue en los años cincuenta: la baronesa británica Muriel Dowding persuadió a las fábricas de pieles falsas para que utilizaran la etiqueta “Belleza sin crueldad” en sus productos. En 1959, la activista fundó la organización Beauty Without Cruelty, consiguiendo que, hasta el día de hoy, su legado continúe intacto.

Pero ¿cómo saber que un producto realmente está libre de maltrato animal en el siglo XXI? La tendencia va más allá de afirmar que estos son cruelty free. El proceso implica minuciosas auditorías, y el monitoreo constante en la fabricación y prueba de los productos.
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Instagram: @leapingbunny

Después de esto, la organización Leaping Bunny otorga su certificación oficial a las empresas, la cual avala que no trabajan con productos de origen animal ni experimentan con estos.

¿Cuál es la lección a tener en cuenta? Antes de comprar un producto libre de crueldad animal, es importante revisar que esté avalado por una organización animalista reconocida o que cumpla con los criterios que certifican que no genera ningún tipo de perjuicio en los animales. El mundo nos lo agradecerá.

Para encontrar una guía actualizada de las empresas y marcas cruelty free visita: www.leapingbunny.org

¿Qué comprar?

Limpieza profunda:

Perfecto para todo tipo de piel y rico en antioxidantes, el No. 9 Jelly Cleanser es un gel cruelty free que ayuda a limpiar el rostro y eliminar todo tipo de impurezas. Detrás de su creación está la firma estadounidense Drunk Elephant, que no comulga con ingredientes sintéticos ni fragancias dañinas. www.drunkelephant.com

Explosión de color:

Este blush vegano de Flower Beauty, perteneciente a Drew Barrymore, proporciona una nueva manera de dar color a tus mejillas. Cada gota de esta fórmula sedosa y liviana se mezcla a la perfección con el rostro. www.flowerbeauty.com

Gran pigmentación

El lema de la firma de cosméticos de la tatuadora mexicana Kat Von D, una de las marcas más vendidas de Sephora, es claro: “Hecho con amor, no con animales”. El labial Studded Kiss Crème Lipstick posee una textura suave y cremosa de gran pigmentación, lo que lo convierte en uno de los labiales más codiciados de su marca. www.katvondbeauty.com