Las grandes pasarelas muestran menos maquillaje y casi ninguna tendencia nueva, porque todas optan por el rostro natural. Hoy la verdadera inspiración está en la calle y en las redes sociales, donde se definen los nuevos códigos.

Por: Sergio Corvacho*

Las Fashion Week perdieron fuerza y son cada vez menos influenciables. En maquillaje y peinado, ya no hay nada que sorprenda. Todo se volvió discreto, más natural, sin matices, sin riesgo, sin color. Hace años que las modelos desfilan con el rostro lavado y el cabello simple, sin una narrativa visual detrás. Cada show parece replicar al anterior.

Dior, 2009.

Dior, 2009.

Dior 2026

Dior, 2026.

Todo es más sobrio, los maquillajes sin grandes rasgos diferenciadores entre una casa de moda y otra, menos identificable con alguna inspiración. No se ve nada nuevo. Todo es natural, natural, natural. Si hay una tendencia, sería la aburrida make-up no make-up.

La Fashion Week está perdida, perdidísima.

Pueden tener 80 mil productos aplicados, pero el resultado final es cero: cero color, cero espectacular. Lo que buscan es verse lo más natural posible. ¡Ni en el peinado hay riesgo! Los espectáculos aumentaron, pero el maquillaje y el pelo desaparecieron. La Fashion Week está perdida, perdidísima. Antes el maquillaje era un discurso, ahora es un accesorio cada vez menos importante.

Saint Laurent 1994

Saint Laurent, 1994.

Saint Laurent 2026

Saint Laurent, 2026.

En los años 90 era otra historia. Se viajaba creativamente. Había una explosión de color, de pelucas, de creación y de creatividad en todos los estilos. En esa época, cada diseñador tenía un universo. El quiebre lo vi con Helmut Lang, el padre del minimalismo en maquillaje. Él lanzó las primeras pistas de que ese sería el futuro, y es lo que sucede ahora. Hoy parece que Helmut dominara los backstages. Ahora todo es exactamente igual. Lo mismo.

Chanel, 2015.

Chanel, 2015.

Chanel 2025

Chanel, 2025.

El maquillaje hacía resaltar la prenda. Cada casa de moda utilizaba el rostro como parte del discurso visual, un elemento que ayudaba a comprender la propuesta completa. El color de un labial, el delineado de los ojos o la textura de una piel podían reforzar una historia. Ahora, al eliminar ese componente, la prenda queda sola, sin un complemento que la enmarque. Y aunque muchos piensen que así se luce más la ropa, para mí no beneficia en nada, porque el público mira el look entero.

Versace 2021

Versace, 2021.

Versace 2026

Versace, 2026.

Antes había diseñadores que se arriesgaban. Chanel, por ejemplo, en 2013 y 2015 tenía maquillajes estrambóticos y exagerados. De pronto, entre 2020 y 2025, todo cambió: pieles nude. Versace: desnudo. Ferragamo: desnudo. Saint Laurent: desnudo. Dior: peor, desmaquilladas. El cambio se ve clarísimo porque dejan de maquillar y de peinar a las modelos conforme pasan los años. Cada vez menos. Y la Fashion Week, de tan perdida que está, termina copiando las tendencias de la calle. Ya no crea nada.

Mugler 1995

Mugler, 1995.

Mugler 2025

Mugler, 2025.

Las tendencias ya no salen de las pasarelas, salen de la gente de a pie. Como maquillador, ya ni las miro. No hay ninguna sola tendencia. Es una pérdida de tiempo mirar caras lavadas. El mundo cambió. La verdadera fuente actual de inspiración la encuentras en la experimentación y atrevimiento que ves en la calle. Ahí está la tendencia. En YouTube, TikTok o Instagram se ve más creatividad, más libertad. Si quieren seguir aprendiendo y ver reseñas de productos, recomiendo seguir las cuentas de Martin Catalogne, que hace todos los reviews de maquillaje, y Maquicienta, que también comparte diversos consejos. Las plataformas digitales son el nuevo vehículo de las tendencias.

(*) Gurú de belleza, maquillista profesional y columnista de COSAS.

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