Martín Klingenberger y Fiorella Consiglieri, los arquitectos que diseñaron esta casa de playa, pensaron en las oportunidades que ofrecía el terreno y la ubicación. Su posición en una pendiente fue vista como una fortaleza. Partiendo de esa mirada optimista elaboraron un programa en cuatro niveles, con vistas hacia el mar y hacia el parque, asegurándose de que la piscina sea siempre el último espacio en ensombrecerse. Logro cumplido.
Por Laura Gonzales Sánchez / Fotos de Elsa A. Ramírez
La geometría de esta casa destaca dentro de un paisaje natural cuyas vistas son muy ricas. Para los arquitectos Martín Klingenberger y Fiorella Consiglieri debió ser todo un reto en tanto que el terreno se encuentra en una pendiente o cerro y, como tal, con diferentes alturas de piso a techo. Una de las ventajas para el logro de la volumetría es que no se cuenta con un vecino al lado izquierdo del terreno.
“Para nosotros, el punto de partida fue la ubicación y el paisaje y, en ese sentido, buscamos la manera de aprovechar al máximo la vista al golf que se tiene hacia el frente izquierdo y, al mar hacia el frente derecho”, enfatizan los autores del proyecto. Y es el nivel dos (-2,80 metros), el de las áreas sociales (sala, comedor, cocina, baño de invitados, terrazas y una piscina con vista al parque), donde mejor percibieron esta premisa, porque no hay elemento que interrumpa las panorámicas. La cocina es abierta y se integra a la sala comedor. Una de las terrazas es techada a doble altura, la otra no tiene techo y la piscina tiene la vista privilegiada al parque. “El sol fue el factor más importante a la hora de diseñar, y fue por eso que decidimos techar a doble altura una zona de la terraza, asegurándonos de que la piscina sea siempre el último punto en ensombrecerse”, refieren Klingenberger y Consiglieri.
Pero, además, este nivel se concibió como el más liviano y translúcido. “La ligereza del techo de la terraza contrasta con la robustez del volumen cerrado de la zona de servicio, en el primer nivel”, afirman los arquitectos.
El ingreso vehicular y peatonal se ubica en el retiro frontal, en la parte superior del terreno (nivel +0,00), donde confluyen tres estacionamientos, un dormitorio más baño de servicio, lavandería y un depósito. En el nivel inferior (-6,05 metros), con vista al parque, se ubica la zona privada, integrada por tres dormitorios, cada uno con baño propio y un family room para ser disfrutado, cuando no hay visitas, por la pareja de esposos y sus dos hijas. En el último piso (-8,70 metros) se encuentran los dormitorios para los visitantes, también cada uno con su respectivo baño. Cuatro niveles contemplados en el programa.
Para vestir la casa se eligieron materiales de fácil cuidado y larga duración. En el caso de los pisos interiores, estos son de porcelanato tipo madera. A los baños se les colocaron mosaicos en tonos grises. Pero, como la idea era otorgarle a los ambientes su cuota de calidez, se apeló a la madera shihuahuaco en las mamparas de la sala. Este mismo material se usó para enmarcar los espejos de los baños.
En la cocina se trabajó un tablero de cuarzo en grises e isla en blanco; los reposteros en melamina imitando las vetas de la madera, de color haya. En cuanto a las paredes, se revistieron en cerámicos de pequeño formato color gris claro. La escalera de ingreso, así como el mismo, son de piedra talamolle. Como se aprecia, la paleta de colores es neutra. Los blancos, los grises y el tono madera clara van a la orden del día.
El otro protagonista: la iluminación
La iluminación de la vivienda no quedó al azar. “En el caso de la exterior, buscó resaltar la volumetría a través de una iluminación indirecta, combinando puntos de luz en piso y de pared, los que se instalaron a media altura (en la doble altura)”, señala Fiorella Consiglieri. Estos mismos golpes de luz, ubicados estratégicamente, se proyectan a contraluz en la fachada aportando dramatismo a las siluetas de las fachadas.
La luminaria adosada a la pared, empleada en el área de doble altura, emite luz hacia arriba y/o hacia abajo, y crea diferentes escenarios de iluminación. En las escaleras se usaron luminarias de senderos de paso por seguridad, para evitar accidentes por falta de visualización. Cada espacio está correctamente dotado de la cantidad lumínica necesaria, creando ambientes que acogen a propios y extraños, y que llegan desde lámparas led de color cálido, que fue la elección de los artífices de esta casa.
Artículo publicado en la revista CASAS #253