En el ambiente, ubicado en el piso 43 de una torre en el Brickell City Centre, se llevó a cabo una celebración al diseño y a la manufactura. El artífice de este espacio: Roque Saldías, el único diseñador peruano que participó en el primer Casa Cor de Miami. Los críticos que acudieron al evento hicieron hincapié en la sutileza y sobriedad de las piezas “made in Peru”, combinadas con el estilo contemporáneo.
Por Laura Gonzales Sánchez / Fotos de Alejandro Cupi
Un quipu de tres metros de largo en tonos crudos, trabajado para la ocasión, con acentos de color intenso y colgajos de vidrio a manera de lágrimas, hecho completamente a mano por la artista Maricruz Arribas; fotos del Cusco precolombino por Gonzalo Cáceres Dancuart, y una alfombra bordada en ponchos antiguos de alpaca por Thibault Van der Straete confluyeron magistralmente en el área de ingreso a la sala de estilo contemporáneo con la que se lució Roque Saldías en la primera edición de Casa Cor de Miami.
El único diseñador peruano elegido para exponer en el evento combinó, como ya es su expertise, piezas que sin necesidad de ser “vernaculares” remitían a lo peruano de manera muy sutil. A las anteriores, se sumaron el menaje de la ceramista Sonia Céspedes Rossel –en lo particular, un bol de porcelana con filo de oro–, una talla en piedra de Huamanga de KusArt Design / Teresa Pinilla, un azafate de caoba de Rocío Rodrigo y el libro “Perú. Arquitectura y espacios sagrados” de Marisa Mujica, con muebles, obras de arte y accesorios de iluminación de importante factura de diseñadores europeos.
Las fotografías expuestas, de Gonzalo Cáceres Dancuart, correspondían a detalles de estructuras arquitectónicas presentes en Machu Picchu y Ollantaytambo, detalles que tanto por su forma, color, textura o utilidad llamaron la atención de su autor. Según el fotógrafo, fueron elegidas por Saldías porque, enfrentadas al mobiliario de diseño contemporáneo, marcaban un contrapunto interesante que acentuaba la influencia peruanista del espacio.
Mezcla de culturas
“Lo que he querido transmitir con esta presentación es que en nuestro país se hacen cosas más globales, no solo lo vernacular”, dice Saldías, para quien sus expectativas sobrepasaron todo cálculo. “Importantes publicaciones de arte y diseño dedicaron líneas al espacio, y el número de visitantes internacionales fue alto, tomando en cuenta que simultáneamente, en el mes de diciembre, se desarrollaron en la ciudad varios eventos de este rubro, entre ellos ArtBasel y Miami Design”.
Para cerrar el círculo de la mezcla de culturas, la escultura “Le Croco” tomó su ubicación en los treinta metros de “Un lienzo en blanco”, como denominó Saldías al ambiente. “Este es un símbolo que une continentes, proviene de Bali y fue fundido en bronce y bañado en oro de 24 quilates en París, por el diseñador Michael Wagner”, explica el interiorista.
Los objetos escogidos por Saldías fueron, desde luego, los mejores puntos de referencia para que aquellos que visitaron Casa Cor Miami conocieran de dónde provenía el diseñador.
Artículo publicado en la revista CASAS #253