Jorge Muñoz, actual alcalde de Miraflores y candidato al sillón metropolitano de Lima, propone un sistema de cables y teleféricos para solucionar el problema del transporte en la ciudad, y plantea una política que prioriza al peatón y al ciudadano sobre el cemento.
Por Edmir Espinoza / Retrato de Elías Alfageme
Jorge Muñoz Wells es alcalde de Miraflores desde hace siete años, tiempo en el que ha desplegado una política municipal que prioriza la recuperación de espacios públicos, el transporte masivo sostenible y el incremento de las áreas verdes. Con el respaldo de una gestión exitosa, a pesar de no pocas críticas, el hoy candidato de Acción Popular al sillón metropolitano asegura tener las virtudes y la visión necesarias para transformar a Lima en una ciudad digna y viable, donde el ser humano sea el fin supremo de su gestión.
–Si tuviera que destacar un logro de su gestión como alcalde de Miraflores, a manera de carta de presentación para su postulación a la Alcaldía de Lima Metropolitana, ¿cuál sería?
–Creo que lo más importante que hemos hecho es la construcción de ciudadanía, y desde ahí es que comienzan a construirse otras tantas cosas. Te lo pongo de otra forma: si me preguntas cómo nos paramos, te digo que sobre dos pies. Por un lado, el pie que tiene que ver con el rostro humano; por otro, el pie que corresponde al rostro urbano: la construcción de cosas en ambas situaciones para y por los ciudadanos, con todo lo que esto implica. Yo siempre he concebido que detrás de las obras tiene que haber una finalidad para el ser humano. Si no, la obra no tiene sentido. Se vuelve un pedazo de cemento, nada más. Hay muchos alcaldes que tratan de perpetuarse a través del cemento. Yo creo que el cemento tiene que tener sentido, estar puesto al servicio de los seres humanos.
–Es justamente esta política de priorizar al peatón y al ciclista por sobre los automóviles lo que ha desencadenado polémica. Por ejemplo, La clausura de estacionamientos en la avenida Diagonal le ha valido diversas críticas.
–Yo no trabajo ni dejo de trabajar por las críticas, sino que lo hacemos por la planificación y por la visión de darle al ciudadano lo que se merece. En esa línea de haber concebido un plan de movilidad que involucra la creación de infraestructura, pero pensando en el ser humano y no solo en el cemento, intervenimos la avenida Diagonal y Larco, que hoy disfrutamos. Fíjate en Larco, era una avenida distinta. No había ciclovías, había estacionamientos antitécnicos a la izquierda, había carriles que se utilizaban mal, huecos, veredas menos anchas y con mosaicos diferentes. Hoy la transformación es total, tenemos una avenida mucho más fluida y amable, con bancas que funcionan como espacios públicos.
–Desde la Alcaldía de Lima ya hubo intentos previos para reformar el transporte masivo. ¿Qué le hace creer que, en una hipotética gestión metropolitana, podrá lograr descongestionar Lima?
–Yo creo que lo fundamental es tener la voluntad política. Aunque se tengan los recursos, sin voluntad las cosas no se hacen. Y además hay que conocer Lima, que es una ciudad país, con más de diez millones de habitantes. La ciudad más provinciana del Perú, y que cuenta con muchas y diversas realidades. Hay que tener muy claro dónde puedes tú propiciar obras “de Primer Mundo”, por decirlo de alguna forma. Pero hay otros lugares donde vamos a tener que utilizar mucha creatividad para propiciar un transporte digno y adecuado.
–Más allá de voluntad política y decisión, Lima necesita acciones concretas que brinden soluciones rápidas al problema del transporte. ¿Qué plantea al respecto su candidatura?
–Tenemos muchos planes para trabajar el tema del transporte en la ciudad, entre ellos la alternativa del transporte por cable, mediante teleféricos, que ahora se usa muchísimo. Existen experiencias como la de Medellín, que funciona como conexión al metro de Medellín, y te lleva a las zonas altas de la ciudad; o La Paz, donde se han instalado treinta kilómetros de transporte por cable. Ambas ciudades sudamericanas son pioneras en el mundo en el uso del transporte masivo en teleféricos, y es un sistema que podemos importar a Lima. Si te fijas, entre Bayóvar y El Naranjal tenemos un cerro que tranquilamente puede ser atacado con teleféricos y conectar ambas líneas y darle una mayor fluidez al transporte.
–Pero el caso de los teleféricos se utiliza en contextos muy particulares.
–Yo creo que es aplicable a varias zonas. En Villa El Salvador, por ejemplo, hay que aprovechar sus amplias avenidas. Si ahí se utiliza transporte por cable, la gente podría bajar hasta las playas de Villa. Incluso se puede usar el transporte por cable en todo el eje de Javier Prado, La Molina y San Miguel. Y la instalación de este sistema es algo que se puede hacer en dos años. Entonces, podrías salir desde La Molina y llegar a San Miguel de forma rápida y con tranquilidad, evitándote todo el tránsito de la avenida Javier Prado.
–Incluso para el alcalde de Lima, algunas de estas obras exceden sus competencias. Necesariamente se tendría que coordinar con el gobierno central.
–Hay que trabajar de forma coordinada con el Ministerio de Vivienda. Por ello, el alcalde tiene que ser un gran articulador, un gran promotor. Uno no puede hacer las cosas solo o aislado. En Miraflores tenemos pruebas de que eso es posible. El Puente Mellizo se hizo concertando, porque no teníamos los recursos. Tocamos puertas, y encontramos que existía un fondo para proyectos de esta naturaleza. Hicimos gestión tras gestión, con tres ministros distintos, y logramos que el ministerio financie el 50% de la obra, con la Municipalidad de Miraflores como ejecutor.
–Además del ordenamiento, existen problemas profundos que afectan a los estratos más necesitados de la ciudad. El tráfico de tierras, por ejemplo. ¿Cómo atacar estos temas desde la Alcaldía de Lima?
–El tráfico de tierras es un tema complejo que tenemos la obligación de abordar como autoridades. Fíjate, en los últimos años tenemos tres alcaldes procesados o presos por tráfico de tierras. Entonces, hay que pacificar la tenencia de las tierras. Nosotros tenemos un plan para formalizar la tenencia de las tierras, lo que haría que haya una menor potencialidad de conflicto en estas zonas. Son temas y retos muy grandes que tiene Lima. Somos una ciudad compleja, por las diferentes realidades y necesidades, y que responden a distintos momentos de migraciones, a diversas etnias que han ido llegando, y un crisol de orígenes y mentalidades. Y en eso tenemos que ser muy claros: la gran misión del Estado es poder atender a los ciudadanos. Es decir, poner el Estado al servicio de los ciudadanos. Lo demás son cuentos.
–El alcalde de San Isidro basa también su candidatura a Lima en una visión que prioriza los espacios públicos y la construcción de ciudadanía. ¿Cuáles son las principales diferencias entre su candidatura y la de Manuel Velarde?
–Nosotros somos personas distintas. Yo tengo una mayor experiencia municipal y en gestión pública ciudadana. Veo con buenos ojos que se repliquen muchas acciones que hemos implementado en Miraflores, pero la gran diferencia entre ambas candidaturas radica en que el alcalde Muñoz es un gran concertador, un gran articulador, que es una de las cosas que más se necesitan en la ciudad.
Artículo publicado en la revista CASAS #257