Milton Glaser murió a los 91 años en su ciudad natal, a la que dio el reconocimiento gráfico más célebre a nivel mundial: “I ♥ NY”. Con su profundo conocimiento del arte y entendiendo el dibujo como pensamiento, reinventó el diseño y aportó a la publicidad frescura, fantasía, narrativa y genialidad.

Por Gonzalo Galarza Cerf

Poco antes de morir, Milton Glaser buscaba comprar un estudio al lado de su departamento en Nueva York, su ciudad natal. El 26 de junio iba a cumplir 91 años. Padecía de insuficiencia renal, por lo que se dializaba. “Eso es el colmo del optimismo, comprar un departamento a los 90 años”, le reveló Glaser al director creativo de la revista “The Atlantic”, Jeremy Elias. En medio de la pandemia, donde la soledad e incertidumbre alteran el ánimo, Glaser seguía vital enfocado en el tratamiento gráfico de una nueva obra: “Together”. El día de su cumpleaños, Glaser sufrió un derrame cerebral y murió.

Que Glaser pensara adquirir un estudio a esa altura de su vida obedece también a su constante búsqueda y renovación. “En cierto momento fuimos aceptados, y una vez que eso sucede, todo se vuelve menos interesante”, dijo sobre el reconocimiento que obtuvo con su firma en 1970 y luego de su primera muestra en el MoMA. “Cómo vives cambia tu cerebro. El mundo quiere que seamos especialistas, pero es el sentido del descubrimiento lo que saca lo mejor de nosotros”, declaraba el hombre nacido en el Bronx cuyo padre era dueño de una tintorería y sastrería, y su madre, ama de casa.

Ese sentido lo llevó a crear –tal como lo afirmó “The New York Times”– “el vocabulario de la cultura visual estadounidense en las décadas de 1960 y 1970, con sus carteles, revistas, portadas de libros y fundas de discos extrovertidos y de colores brillantes”. Un vocabulario que actualizó y amplió, haciendo libros infantiles con su esposa Shirley o interiores. “Soy una persona que se ocupa del material visual, sea lo que sea”, reflexionaba.

“Together”, pieza que trabajaba antes de morir, apuntaba a generar una idea universal a partir de la frase: “En esto estamos todos juntos”. “Podemos crear el equivalente simbólico de esa frase simplemente usando la palabra ‘together’ y después haciendo que esas letras estén todas distintas pero relacionadas. (…) ‘Together’ nos recuerda toda esa frase y la idea de que tenemos algo en común”, le dijo a Elias en “The Atlantic”.

Letras distintas pero relacionadas. Glaser creía que el arte podía conectar a personas diferentes: “Si a ti te gusta Mozart y a mí me gusta Mozart, ya tenemos algo en común. Tenemos un puente”. Este ejemplo siempre lo repetía. Eso pretendía hacer con Together: vincular a personas con diversas culturas y pensamientos en el mundo. Lo que hizo con “I ♥ NY”, pero traspasando fronteras con los sentimientos más profundos. Como su obra. Como su propia vida.

Imágenes: cortesía de Milton Glaser Studio
Artículo publicado en la revista CASAS #283